Las cinco vitaminas prenatales imprescindibles para un embarazo saludable

La nutrición es fundamental durante el embarazo o a la hora de intentar quedarte embarazada. Dentro de la dieta —y de la suplementación— entran en juego las vitaminas prenatales. La American Pregnancy Association las define como una variedad de vitaminas y minerales que ayudan al bebé obtener los nutrientes que son esenciales para un desarrollo saludable. 

En un reciente artículo publicado en LiveStrong, McKenzie Caldwell explica que durante el embarazo,  "la nutrición materna es tan importante como la nutrición fetal. Es clave obtener suficiente folato, vitaminas B, hierro, vitamina D, colina o DHA de fuentes alimentarias y suplemento tanto para la salud del bebé como para la de la madre.

Instituciones como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomiendan las siguientes vitaminas prenatales durante el embarazo. El Ministerio de Sanidad de España recalca que la alimentación de la madre durante el embarazo es uno de los factores extrínsecos que tiene mayor influencia en el desarrollo fetal.

Ácido fólico

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad recomienda la ingesta de un suplemento de 0,4 mg de ácido fólico al día a toda mujer que esté planeando un embarazo. Aquellas con antecedentes de defectos del tubo neural (DTN) la dosis será de 4 mg/día.

El ácido fólico pertenece a las vitaminas del grupo B. Es una forma de folato (vitamina B9) que se usa en suplementos y algunos alimentos fortificados como cereales para el desayuno, arroz, pan y pasta, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). 

Los folatos ayudan al bebé a desarrollar un cerebro y una médula espinal sanos, y a disminuir el riesgo de tener un parto prematuro o un bebé con bajo peso. El nutriente también es esencial en la creación de glóbulos rojos, proteínas y ADN. 

Entre los alimentos más ricos en ácido fólico destacan la soja, el hígado, las espinacas, las habas, las nueces, la col lombarda, los espárragos o la naranja.

Calcio

El Ministerio de Sanidad recuerda que el calcio es el elemento más abundante en el organismo humano. Este nutriente es clave para mantener la estructura ósea, la transmisión del impulso nervioso, la excitabilidad neuromuscular, la coagulación de la sangre, la permeabilidad celular y la activación enzimática.

Durante el embarazo se producen cambios en el metabolismo del calcio, como el aumento de la absorción intestinal, con el objetivo de facilitar su aporte desde la madre al feto, manteniendo los niveles plasmáticos y óseos maternos.

Un metaanálisis realizado sobre 33 estudios aleatorizados, estudiando la población general de bajo riesgo, mostró una disminución de las cifras de presión arterial sistólica con la ingesta de 1.000-2.000 mg de calcio.

El peligroso efecto secundario de no tomar suficiente calcio, según un nuevo estudio

La mayoría de estudios epidemiológicos sobre suplementos de calcio durante la gestación demuestran una relación inversa entre el consumo de calcio en la dieta y la incidencia de enfermedad hipertensiva del embarazo. En la última revisión Cochrane, la suplementación con calcio mostró una reducción a casi la mitad de la incidencia de preeclampsia en relación con el grupo placebo.

Sanidad aclara que actualmente no hay datos para aconsejar la suplementación universal con calcio durante el embarazo. Lo que sí se aconseja es una ingesta diaria de calcio de 1.000 mg/día, igual que la mujer en edad reproductiva no gestante. En la población gestante española se alcanzan los valores recomendados por la FDA.

Para obtener el suficiente calcio diario incluye en tu dieta al menos tres raciones de alimentos ricos en calcio, como la leche y el queso, pero también fuentes no lácteas, como la soja, el tofu, las algas, las sardinas, la col rizada, las espinacas o las legumbres. 

El suplemento de calcio se reservaría para mujeres de alto riesgo como, las gestantes de países en vías de desarrollo, adolescentes, subgrupos con ingesta pobre en calcio (menor a 600 mg/día) o alto riesgo de preeclampsia, aclara el documento oficial del Ministerio. 

Hierro

‌El hierro es otro de los nutrientes prenatales clave durante la gestación debido al gran aumento del volumen sanguíneo que se producen durante el embarazo. Este nutriente ayuda a suministrar oxígeno esencial al bebé.

El US Centre for Disease Control and Prevention (CDC) recomienda la suplementación universal con hierro para cumplir con los requerimientos en el embarazo, salvo en excepciones como enfermedades genéticas como la hemocromatosis.

La recomendación del Ministerio de Sanidad de España es la siguiente: en las mujeres sin antecedentes de riesgo de ferropenia, en las que se presuma o se constaten unas reservas adecuadas, se recomiendan los suplementos de dosis bajas de hierro oral durante la segunda mitad del embarazo.

En aquellas mujeres con déficit previo, la administración de hierro debe iniciarse cuanto antes, aunque hay que recalcar que la intolerancia a los suplementos de hierro oral está acentuada durante el primer trimestre de la gestación.

La dosis recomendada de hierro elemental al día durante el embarazo (30 mg), se encuentra en 150 mg de sulfato ferroso, o 300 mg de gluconato ferroso (23). Es preferible tomar los suplementos en ayunas o entre comidas para favorecer su absorción y tampoco ingerirlos con té, leche o café. 

En este aspecto, cabe recordar que el carbonato de calcio y el óxido de magnesio inhiben la absorción del hierro y la vitamina C la favorece.

Ácidos grasos omega-3

Los ácidos grasos omega-3 ayudan a una presión arterial saludable, a cuidar de la función renal, a cuidar el desarrollo cerebral del feto o a prevenir la preeclampsia. También previenen el parto prematuro y ayudan a que el bebé nazca con un peso adecuado.

El Ministerio de Sanidad recoge que se ha relacionado el aumento en la ingesta de AGPICL omega-3 durante el embarazo con menor probabilidad de parto prematuro, mayor peso del recién nacido, reducción del riesgo de hipertensión, mayor desarrollo del sistema nervioso y de la función visual y optimización de las funciones posturales, motoras y sociales de los prematuros.

Expertos en nutrición, obstetras y neonatólogos concluyeron en la Conferencia Europea del Consenso sobre la Recomendación de los Ácidos Grasos Polinsaturados para las madres gestantes y lactantes que la ingesta diaria debería ser de 200 mg de DHA/día. Esta cantidad se consigue con el consumo de pescado graso entre una y dos veces por semana. 

Por otro lado, hay grupos de trabajo que recomiendan un suplemento de AGPI-CL n-3 durante el embarazo, la lactancia y las primeras etapas del desarrollo infantil. 

Vitamina D

‌La cantidad diaria recomendada: es de 600 UI, y la principal fuente es a través de la exposición a la luz solar, para la que bastarían unos 15 o 20 minutos diarios. 

La deficiencia grave de vitamina D durante el embarazo se asocia a retraso de crecimiento intrauterino (CIR), raquitismo e hipocalcemia neonatal, tetania y alteraciones en el esmalte dental. Este nutriente es clave para favorecer la absorción de nutrientes como el calcio y el fósforo, así como para propiciar el desarrollo óseo del bebé. 

Las necesidades a través de la ingesta se establecen en 5 µg (200 UI)/día y no aumentan durante el embarazo o la lactancia, por lo que en una gestación normal no es necesario utilizar suplementos de vitamina D, explica el Ministerio de Sanidad.

Otros nutrientes importantes durante el embarazo

También es importante tener cantidades adecuadas de las siguientes vitaminas prenatales para favorecer un embarazo saludable, según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG)-

• ‌Colina:‌ 450 mg
• ‌Yodo:‌ 220 mcg
• ‌Vitamina C:‌ 85 mg
• ‌Vitaminas B6 y B12:‌ 1,9 mg y 2,6 mcg, respectivamente
• ‌Vitamina A:‌ 770 mcg

Ante cualquier duda sobre alimentación o suplementación durante el embarazo, lo esencial es que la consultes con tu médico.