El ejemplo de 1973 podría ser un precedente de la crisis actual: 3 razones por las que ahora Europa está peor preparada

Una central de petróleo gas

REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria/File Photo

  • La crisis de 1973 podría ser un precedente de lo que podría ocurrir si el panorama se tuerce (todavía más) con la guerra de Israel en Gaza. El problema es que la economía europea parte de una casilla de salida diferente, y es peor.
  • "A medida que transcurre el año, aumentan los paralelismos con la década de 1970, y son sorprendentes", observan los analistas.

Apagar las luces temprano y dejar de usar el coche se había convertido en una costumbre para muchos europeos a finales de 1973. No por el cambio climático (el Protocolo de Kioto no se firmó hasta 1997) sino por una cuestión de dinero: la crisis del petróleo había dejado una Europa en llamas.

Todo comenzó a mediados de octubre de 1973, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió que no le vendería más petróleo a los países que habían apoyado a Israel en la guerra de Yom Kipur con Egipto. 

La OPEP recortó en un 25% su producción de crudo y, a menor oferta, el petróleo se disparó. En cuestión de 5 meses, el precio del barril de crudo escaló un 300%, y la inflación se instaló en un Viejo Continente industrializado y muy dependiente del petróleo. 

Pero el panorama empeoró todavía más cuando la inflación dio paso a un largo periodo de estanflación, con precios desorbitados, crecimiento estancado y el desempleo en aumento

Cuando a mediados de 2022 la inflación prendió fuego a las economías europeas, las subidas de precio alcanzaron niveles no vistos desde, precisamente, la crisis del petróleo. 

Pero entonces ese era el único paralelismo. Ahora, en cambio, la lista de coincidencias va aumentando, hasta el punto de que 1973 podría ser un precedente de lo que podría ocurrir si el panorama se tuerce (todavía más) con la guerra de Israel en Gaza. El problema es que la economía europea parte de una casilla de salida diferente, y es peor.

"A medida que transcurre el año, aumentan los paralelismos con la década de 1970, y son sorprendentes", observan desde la gestora estadounidense Muzinich&Co: "Entre ellos, destaca que mientras la actividad económica se ralentiza en EEUU y la inflación se mantiene obstinadamente por encima del objetivo, la estanflación, al igual que en los años setenta, sigue siendo un riesgo de cara al futuro".

Un hombre delante de una plancha de billetes de euro

"Desde la perspectiva de la zona euro ya llevamos encadenadas dos crisis seguidas; primero la del COVID-19 y luego la energética derivada de la guerra en Ucrania. Tenemos ya una política monetaria restrictiva y un repunte de la inflación volvería a descompensar la situación, y esta vez partimos con unos colchones fiscales mucho menores para responder", resume Judith Arnal, investigadora sénior asociada en el Real Instituto Elcano y consejera independiente del Banco de España.

Por el momento, "el conflicto se percibe de manera local", aclara Arnal. Mientras sea así, las consecuencias económicas tendrán un carácter más local. "Pero si esto escala y pasa a ser global, las consecuencias económicas también serán globales", avisa.

Para Arnal, la crisis del petróleo es un claro precedente de lo que podría suceder si el conflicto escala. "Tenemos evidencia empírica de lo que podría ocurrir por una crisis geopolítica en la misma región: aumentaría el precio del petróleo, se produciría una crisis inflacionista y eso derivaría en bajo crecimiento y situación de estanflación".

"Hasta ahora, la reacción del mercado petrolero ha sido limitada. El principal factor es probablemente el hecho de que, aunque resulte tentador establecer paralelismos con 1973, el mundo árabe está ahora mucho menos unido, lo que debería limitar las ramificaciones a nivel de la OPEP", apunta Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM.

Pero si el conflicto se extiende a la región, por ejemplo con la intervención de Irán, "las consecuencias serían relevantes", advierte Francesc Xavier Mena, profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade: "el cierre de sólo un día del estrecho de Ormuz en el Golfo dispararía el precio en los mercados de futuros de petróleo del NYMEX y del ICE".

3 razones por la que la crisis ahora sería peor

No es la única razón que ensombrece el panorama. Para Arnal, "las consecuencias se verían agudizadas ahora". Básicamente por 3 razones.

En primer lugar, porque Europa ya arrastra dos crisis a sus espaldas. El golpe asestado por el COVID-19, primero, y por las consecuencias económicas derivadas de la guerra en Ucrania, han dejado unas economías europeas malheridas. Para poder levantarse, ha hecho falta un desembolso fiscal inédito a nivel nacional y con el maná de los fondos europeos. Solo España ha recibido 163.000 millones de euros de Bruselas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia y ahora de la guerra.

Pero ese esfuerzo fiscal ha dejado tiritando la tesorería del Estado, con una deuda pública y déficit por las nubes. ¿Con qué dinero podrían hacer frente a una nueva crisis?

En segundo lugar, por la política monetaria. También los bancos centrales han hecho un esfuerzo histórico para doblegar a la inflación: en poco más de año y medio, el Banco Central Europeo (BCE) ha subido 10 veces los tipos de interés, en lo que supone el mayor endurecimiento monetario de la historia. 

"Si persiste la inflación, creemos que los Bancos Centrales se encontrarán en una situación difícil durante un tiempo", observan los analistas de Muzinich&Co.

Con el dinero en su nivel más alto desde 2001, ¿qué margen de acción tendría el BCE para frenar un nuevo repunte de la inflación?

Ilustración de inflación o de escalada de precios

Por último, Arnal avisa del peligro de la desintegración de las cadenas de valor: "En un mundo globalizado, podríamos asistir a una desintegración de las cadenas de valor global, donde economías como EEUU decidan relocalizar fábricas en países amigos o en su propio país: eso supondría mayor inflación".

"La desglobalización está reduciendo la eficiencia de las cadenas de suministro, el cambio climático está reduciendo la disponibilidad y fiabilidad de los productos agrícolas, la menor circulación de mano de obra debido al deterioro de la cooperación internacional está presionando al alza los costes, y es probable que un periodo sostenido de tensión en las regiones productoras de petróleo mantenga elevados los precios de la energía", coinciden desde Muzinich&Co. 

"Ambos escenarios, el de 1973 y el de ahora, podrían parecerse mucho", coincide Diego López Garrido, vicepresidente de la Fundación Alternativas y ex secretario de Estado para la Unión Europea. 

Sin embargo, Garrido añade un punto de optimismo, y es que "ahora la Unión Europea está más cohesionada políticamente, precisamente gracias a las últimas crisis. En el 73, la UE estaba en sus inicios". El problema es que el conflicto Israel-Palestina podría sembrar diferencias entre países con posturas contrapuestas.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.