Concursos de acreedores y recortes: el panorama sombrío de las startups en España

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  • Prolongada durante varios trimestres, la actual situación de falta de financiación por los altos tipos de interés ha secado de recursos a muchas startups.
  • Las consecuencias ya se dejan notar en forma de despidos, concursos de acreedores y, en los peores casos, cierres totales.

Los analistas lo advirtieron y tenían razón. Se avecinan tiempos convulsos para el ecosistema emprendedor, meses que separarán el grano de la paja y permitirán distinguir las startups que de verdad tienen un producto que vender de las que solo vendían una idea, y a veces ni eso.

El duro invierno para ellas ya está aquí, coincidiendo con la llegada de la primavera. La cosa viene de lejos. Después de un 2021 de cifras absolutamente récord en inversión en startups, 2022 se antojaba como un año más que prometedor. 

Lo fue hasta bien entrado el año, cuando la invasión rusa de Ucrania y el fin de la política de bajos tipos de interés de los bancos centrales metieron a la economía en un ciclo de inflación y altos tipos que encareció el dinero. Como el capital es huidizo, los inversores entendieron que había llegado el momento de hacer apuestas seguras. Las startups nunca lo han sido ni lo serán.

Se dijo entonces que habían llegado para ellas las vacas flacas. Era verdad a medias. El acceso a financiación se había vuelto más difícil, sí, y esto además había traído consigo una interesante paradoja: tras años premiando sobre todo ambiciosos planes de expansión, los inversores volvieron a lo básico, es decir, a premiar cajas saneadas y negocios que generan dinero, lo que en el mundillo se conoce como traccionar.

Sin embargo, muchas startups aún tenían un remanente con el que tirar hasta que escampara. Bien entrado 2024, ha empezado a agotarse. Es difícil dar cifras al fenómeno. Lo es, en primer lugar, porque las startups no dejan de ser un concepto difuso. 

Con todo, se pueden rastrear algunas pistas. Según los últimos datos del Colegio de Registradores de la Propiedad, en el último trimestre de 2023 los concursos de acreedores de empresas aumentaron un 18,7% con respecto al mismo periodo del año anterior

El concurso de acreedores de personas físicas aumentó un 4,3% con respecto al mismo trimestre del año anterior y un 42,6% con respecto al trimestre anterior. Ha tenido mucho que ver la entrada en vigor hace año y medio del concurso de acreedores sin masa, que permite agilizar y simplificar el proceso a empresas que no tienen nada con lo que pagar sus deudas.

¿Cuántas de estas personas físicas o jurídicas en concurso de acreedores se pueden entender como startups? Difícil saberlo. 

Sin embargo, sí hay una cosa clara: según datos extraídos de Dealroom por la consultora PwC, a pesar de contar con un 3% más de startups, un 1% más de aceleradoras y un 8% más de incubadoras, el ecosistema español cerró 2023 con un 18% menos de trabajadores. Los recortes de plantilla empiezan a estar a la orden del día.

Muchas empresas atraviesan ya problemas o se encuentran en vías de cerrar su actividad. Estas son algunas de las que lo han reconocido en las últimas semanas.

1. MyPoppins

Fundada por los emprendedores Aleix de Castelar y Rubén Vilar, causó cierto revuelo al llegar y ha causado también cierto revuelo al irse. 

MyPoppins llegó hace siete años con la idea de trasladar la lógica del mundo de los riders, lo que se conoce como la gig economy, al ya de por sí precario mundo de la contratación de los servicios de limpieza.

Su funcionamiento era sencillo. Al igual que para pedir un Glovo y o un Cabify, para contratar a una trabajadora o trabajador a través de MyPoppins bastaba con registrarse en su plataforma y hacer el correspondiente pedido.

A partir de ese momento, la startup se ocupaba de todo para que el cliente recibiera un buen servicio de limpieza. Lo hacía, además, a un precio más que competitivo, unos diez euros la hora. No obstante, como está ocurriendo también con los repartidores a domicilio, el estatus laboral de las trabajadoras, consideradas por MyPoppins también como autónomas, quedó pronto en entredicho. 

En concreto, un informe de CCOO denunció la situación en MyPoppins, así como Clintu y Cuideo. Finalmente, en su caso no ha hecho falta ir más allá de este debate porque el pasado 11 de abril MyPoppins declaró el concurso de acreedores con una deuda de más de un millón de euros. Sus cuentas de 2021 y 2022 reflejan pérdidas de 280.000 euros entre ambos años.

2. Designable

Iban a triunfar con el crowbuilding, es decir, construir edificios cuyos vecinos iban a ser los promotores

En 2019, los arquitectos Pablo Betolín y Andrés Perales lo vieron claro: había mercado en España para una propuesta que se basaba en facilitar la compraventa de pisos mediante un sistema en el que eran los propios vecinos quienes, por medio de un adelanto, eran los encargados tanto de comprar el suelo como de contratar a los arquitectos y llevar la reforma.

Sin embargo, tal y como relatan los cofundadores a Valencia Plaza, se toparon con el enfriamiento de la economía de 2022. Los precios de las materias primas subieron, así como los intereses de las hipotecas. Esto, explican, les obligó a tratar de sacar adelante pisos con precios fuera de mercado, un 10% más caros, algo que retrajo de manera decisiva su facturación.

Además, fruto también de la situación macroeconómica, la ronda de inversión que iba a permitirles llevar a cabo un ambicioso plan de expansión por algunas de las ciudades más importantes de España finalmente no llegó. Según la plataforma financiera Informa, el pasado lunes presentaron concurso de acreedores.

3. Holaluz

No están en concurso de acreedores, pero desde hace tiempo atraviesan problemas. 

Las primeras señales de alarma saltaron a finales de año, cuando la empresa informó al BME Growth, el índice en el que cotiza, de que los ingresos durante el primer semestre de 2023 se quedaron en 323,5 millones de euros, una cifra que se puede comparar con los 562,6 millones que ingresaron en el mismo periodo del año anterior.

"El pasado invierno fue, en este sentido, históricamente cálido, los consumos de energía bajaron a mínimos históricos y, por consiguiente, los precios de la energía también disminuyeron en comparación con los precios del mismo periodo de 2022 (inicio de la guerra de Ucrania)", explicó entonces Holaluz.

En total, Holaluz perdió durante el primer semestre 20,9 millones de euros, frente a los 5,5 millones de beneficio de la empresa. Los resultados estuvieron lejos de las previsiones que tenía Carlota Pi, CEO de la empresa, para 2023, un año en el que quería dar el salto para convertir los barrios en inmensas centrales eléctricas.

La startup tardó poco en tratar de corregir el rumbo. A finales de año, Holaluz presentó un ERE para despedir a 200 trabajadores, casi un tercio de su plantilla. La mayor parte de los despidos se correspondió con los equipos que llevan a cabo las instalaciones solares de la startup.

Pero la sombra del concurso de acreedores siguen planeando sobre una empresa que forma parte de Estech, un club de startups de alto crecimiento en el que comparten espacio con unicornios como Factorial, Cabify o Glovo.

Holaluz ha informado recientemente a BME Growth de que la startup "tiene todo preparado para firmar un préstamo de 10 millones de euros con el Instituto Catalán de Finanzas; tres millones con Avançsa, un préstamo convertible con varios Family Offices catalanes de un estimado de 2 millones un Equity Line de hasta seis millones del cual se utilizaría el importe que fuese necesario".

En total, 21 millones de euros de financiación para espantar algunos fantasmas a la espera de que un invierno duro de verdad dé calor a sus cuentas.

4. Solarprofit

Holaluz no es la única empresa dedicada al autoconsumo energético que se encuentra en problemas. El pasado mes de septiembre, fruto del mismo contexto que padece Holaluz, Solarprofit ya informó de la puesta en marcha de una batería de medidas orientadas a mejorar la situación.

"Desde la publicación de la citada comunicación de información privilegiada de fecha 4 de septiembre de 2023, la percepción de la Sociedad es que el contexto de ralentización de la demanda residencial, lejos de mejorar, ha empeorado", empezó explicando la semana pasada la empresa a BME Growth. 

"La situación de menores ingresos ha determinado que la batería de acciones y los ajustes que la Sociedad ejecutó en 2023 hayan sido insuficientes para reposicionar el negocio por encima del punto muerto, debido a lo cual la Sociedad ha proseguido acumulando importantes pérdidas".

En concreto, la empresa ha tenido en 2023 un resultado neto de 66 millones de euros positivos, pero un ebitda negativo de 33 millones de euros. Como consecuencia, la semana pasada anunció un ERE que la empresa espera que afecte al 90% de la plantilla. El pasado 28 de marzo empezaron a negociar su deuda con los acreedores.

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