El "enorme obstáculo" por el que las grandes telecos no se convierten en auténticas campeonas europeas, según el excomisario de Competencia

Joaquín Almunia, exvicepresidente de la Comisión Europea, en un encuentro con socialistas vascos en noviembre de 2023.
Joaquín Almunia, exvicepresidente de la Comisión Europea, en un encuentro con socialistas vascos en noviembre de 2023.

PSE-EE

  • El excomisario de Competencia se pronuncia sobre la reivindicación de las telecos sobre una "retribución justa" por parte de las grandes tecnológicas.
  • También lanza una pregunta: ¿por qué las grandes telecos no se lanzan a por fusiones transnacionales para convertirse en auténticos titanes europeos?

El excomisario de Competencia de la Unión Europea, Joaquín Almunia, cree que es necesario "eliminar barreras dentro de Europa", especialmente en el mercado de las telecomunicaciones. Sobre todo para dar respuesta a muchos de los desafíos que tiene el sector, que sigue señalando por su parte a las grandes tecnológicas que explotan las infraestructuras que las primeras despliegan.

Almunia también considera que "las inversiones en redes las siguen haciendo las telecos, con dificultades y menos márgenes en su modelo de negocio, y con los grandes beneficios yendo a las plataformas digitales". "Eso hay que corregirlo, hay que reequilibrar esa relación".

El mercado de las telecos vive cambios vertiginosos. Hace apenas unos días se presentó en sociedad MásOrange, el fruto de la joint venture entre MásMóvil y Orange en España, que ha creado el grupo de telecomunicaciones líder en números de clientes en el país. También es cosa de semanas que se salga adelante la compra de Vodafone España por Zegona.

Estas transformaciones se producen en un momento en el que las telecomunicaciones han redoblado sus esfuerzos discursivos en hacer entender al gran público que ellas despliegan las redes de telecomunicaciones, pero que los beneficios de su explotación acaban en otras grandes compañías: las plataformas digitales. Desde Meta a Netflix.

Durante años ese argumento caía en saco roto. Las telecos, especialmente las europeas, hacían un llamamiento a imponer una retribución justa, un concepto más conocido como el fair share. No ha sido hasta el año pasado cuando la Comisión Europea empezó a escuchar.

José María Álvarez-Pallete, director ejecutivo de Telefónica, y Christel Heydemann, CEO de Orange

El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, que precisamente trabajó en el sector privado como directivo de France Telecom —lo que hoy es Orange— ha hecho un ejercicio de empatía con un sector que sufre de su fragmentación en el Viejo Continente. Comparadas con las grandes telecos de potencias como Estados Unidos o China, las europeas son más débiles.

Esto se refleja, por ejemplo, en el culebrón que se vive en el accionariado de Telefónica. El año pasado afloró en el mismo una participación de Saudí Telecom (STC), una teleco operada por el fondo soberano de Arabia Saudí. 

Para tratar de contrarrestar su efecto —Stc entró con 2.100 millones haciéndose con el 4,9% de las acciones y con el 5% restante en derivados—, el Gobierno español anunció la entrada en Telefónica con la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI). Es el retorno del Estado a la teleco más de 25 años después. El Gobierno ya ha confirmado que pedirá sitio en el Consejo.

Parte de esa debilidad se puede explicar precisamente en la necesidad de que las tecnológicas asuman la necesidad de acompañar a las telecos en la inversión que hacen para infraestructuras. Esa tarea la tendrá que asumir la Comisión Europea que emane a finales de año, tras las elecciones comunitarias que se celebrarán en junio.

"Ahora tenemos un sector más fragmentado, menos eficiente y con menos potencial de rentabilidad"

Hace unas semanas el comisario Breton presentó un libro blanco y una consulta pública que terminaría antes de que llegara el verano. Breton y la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, no han estado históricamente de acuerdo en muchos aspectos, pero en este tema sí han acabado encontrando complicidad.

En la necesidad de "establecer un nuevo diálogo y una nueva cooperación entre el sector de las telecomunicaciones", confirma el excomisario de Competencia, el español Joaquín Almunia, que en una entrevista con este medio ya ha dado su opinión sobre la necesidad de regular los abusos de mercado de las grandes tecnológicas o la concentración que hay en el mercado de la IA.

Almunia cree que es necesario "reequilibrar" esa relación que tienen telecos y tecnológicas. "El presidente de Telefónica ha repetido muchísimas veces que las grandes plataformas digitales deben contribuir a la financiación de una red". "Creo que tiene razón pero hay otro elemento que siempre he discutido ya cuando era comisario".

Ese otro elemento es la necesidad de contar con un verdadero "mercado único de telecomunicaciones y de los servicios que se prestan a través de las redes de telecomunicaciones en Europa". "No lo tenemos: históricamente teníamos monopolios de Estado, ahora tenemos un sector más fragmentado, menos eficiente y con menos potencial de rentabilidad".

Por eso, Almunia lamenta que en muchas ocasiones se señale a la Comisión, cuando el órgano ejecutivo de la Unión Europea "controla fusiones a nivel nacional en cada uno de los mercados y ha prohibido pocas: la inmensa mayoría las ha ido aprobando". "La última, la fusión en España de Orange y MásMóvil", refiere.

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Los presupuestos nacionales se benefician del reparto de espectro radioeléctrico: "Ese es un obstáculo enorme"

"Es una barrera enorme: sigue habiendo reguladores nacionales y no hay un regulador europeo digno de tal nombre, sino una coordinadora de reguladores nacionales", critica. ¿Por qué no hay fusiones transfronterizas entre las telecos? La operación entre MásMóvil y Orange, por ejemplo, es exclusiva para el mercado español.

La razón se hunde en la realidad de los presupuestos nacionales. "¿Por qué no hay fusiones transfronterizas de las grandes telecos o para aumentar el tamaño a escala europea con un mercado con cada vez menos barreras? Pues porque la asignación del espectro radioeléctrico es nacional y gobiernos y presupuestos nacionales se benefician de esa asignación", resume el excomisario.

José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, durante el Mobile World Congress de 2024.
José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, durante el Mobile World Congress de 2024.

GSMA

"La conclusión es que ese es un obstáculo enorme para afrontar una fusión transfronteriza. Hay otro tipo de razones que tienen que ver con la regulación todavía nacional, que ha ido disminuyendo, pero algo queda y siguen existiendo reguladores nacionales. Creo que hay que dar un paso más para construir el mercado único de telecomunicaciones".

Joaquín Almunia reconoce que ha oído muchas veces a los líderes de las telecos europeas lamentar que en EEUU sí que hay solo tres grandes telecos. "Claro, porque tienen un mercado único. Para las grandes telecos un mercado único supone una gran oportunidad de inversión y de negocio".

Por eso lanza una pregunta: "¿Por qué no presionan ustedes a los gobiernos nacionales para que renuncien a seguir controlando partes importantes del mercado de las telecomunicaciones y por qué no presionan a esos gobiernos para avanzar hacia un mercado único?".

Más allá de las telecos: los otros deberes de la Unión Europea

El excomisario también plantea que la necesidad de un mercado único no es exclusivo del mercado de las telecomunicaciones. 

"Lo mismo nos sucede con el mercado de capitales, seguimos sin mercado único de capitales. Seguimos con una unión bancaria que no está completa, con un mecanismo de resolución bancaria que existe pero que no está totalmente financiado para cualquier eventualidad que pueda ocurrir".

En ese sentido, Almunia lamenta que las ayudas de estado sean instrumentos utilizados para aquello para lo que "no habían sido pensadas", "como sucedió en el inicio de la crisis financiera hasta 2012", o que el mecanismo de estabilidad, "que no es una institución comunitaria pero sí lo es del ámbito de la Eurozona" todavía no tenga un tratado ratificado autorizándola a participar con sus recursos.

"En fin, tenemos una serie de temas por hacer en Europa en el ámbito económico y en el ámbito digital, cuando solo en política de competencia estamos avanzando. La política de competencia es importante, pero no basta para tener una economía que nos permita recuperar los niveles de competitividad que perdimos".

O para "crecer más y reducir la brecha que se ha abierto en relación con EEUU en términos de crecimiento y de renta de los ciudadanos", recuerda.

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