La inmunidad híbrida es la mejor protección contra el COVID-19 ahora mismo: un único gráfico compara la efectividad de las vacunas y la infección previa contra el coronavirus

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Una mujer recibe una dosis de la vacuna contra el COVID-19.

REUTERS/Jose Cabezas

Dos años después de empezar a investigar las vacunas autorizadas contra el COVID-19 —que llevan ya más de un año en el mercado—, los científicos empiezan a encontrar respuestas para muchas de sus incógnitas sin resolver. 

La primera de ellas es que las vacunas son seguras y eficaces para proteger a la población del virus que se ha expandido por todos los rincones del mundo. Pero, ¿durante cuánto tiempo?

Aunque se han aproximado a un periodo de tiempo para cada una de las candidatas —entre 6 y 8 meses, cuando se necesita un refuerzo—, aún no hay estudios concluyentes y las variantes cada vez dificultan más dar con la respuesta correcta

Contra ómicron, por ejemplo, 2 dosis ya no son suficientes. Sin embargo, el recuerdo de una infección previa es capaz de proporcionar protección con más de un 50% de éxito. 

"Cuando nos enfrentamos a la infección natural, nuestro sistema inmune se ve expuesto a muchas partes del virus y conseguimos una respuesta más diversificada, que va a recordar más partes del virus que la vacuna, que está diseñada sólo para la parte más importante", explicaba en una entrevista con Business Insider España Yvelise Barrios, vocal de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). 

"Aunque el virus mute, el sistema de inmunidad celular, los linfocitos T, reconocen al virus cortado en unidades muy pequeñitas y es prácticamente imposible eludir este tipo de respuesta sin alejarse tanto, sin mutar tanto", concluye.

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Esto ha llevado a muchos a sopesar si es el momento ideal —en el que se propaga una variante más leve que las anteriores— para dejarse infectar por el SARS-CoV-2 y desarrollar inmunidad natural. Y no, no es buena idea, según Margarita del Val, viróloga e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 

Primero, porque no se sabe si ómicron es más leve en general. Segundo, porque los no vacunados siguen teniendo el mismo riesgo que en los inicios de la pandemia. Y, tercero, porque las personas más vulnerables aún corren graves riesgos y no se han estudiado lo suficiente los antivirales diseñados para proteger sus sistemas inmunes

"Ómicron es más suave en vacunados, pero no sabemos si lo es en general", aclara la expera.

"Muchos dicen 'total, ¿si me voy a infectar en algún momento, por qué no me infecto ahora?'. Y no. Al virus ahora mismo le conocemos poco, probablemente la cantidad de virus es superior y los tratamientos están ya ahí pero no tenemos experiencia", insiste.  

Eso no quiere decir que sea mejor contagiarse que vacunarse para protegerse del virus, porque el coronavirus aún sigue matando a muchas personas en el mundo. Y se sigue propagando con fuerza —con el riesgo que eso supone de que surjan variantes de escape—, mientras van desapareciendo las restricciones para frenar la pandemia. 

Pero sí que, incluso habiendo pasado la infección, las vacunas ayudan a proteger mejor contra el SARS-CoV-2.

La mejor inmunidad es híbrida: una infección previa más la pauta completa y la dosis de refuerzo

Los niveles de anticuerpos son sólo una parte de la respuesta del organismo a la infección con el virus. 

A largo plazo, entran en escena las células de memoria B —que se pueden detectar hasta 8 meses después de la infeccióny las conocidas como 'asesinas' células T —que se han observado hasta 2 años más tarde del contagio—. 

Esto podría explicar por qué tras la infección natural —donde se reconocen más partes del virus y no sólo la proteína con la que infecta, como lo hacen las vacunas— la protección se mantiene estable.

De acuerdo con uno de los últimos estudios publicados, relacionados con la efectividad de las vacunas y la infección natural contra ómicron, la eficacia de esta última resiste a más del 50%. Sin embargo, la de las 2 dosis de Pfizer y Moderna prácticamente es inexistente para los casos sintomáticos —que no contra hospitalizaciones y muertes, para las que aún resiste a más del 70%—.

De facto, tal y como puedes observar en el gráfico, la pauta completa junto a una infección previa se mantiene en niveles cercanos a los de la inmunidad natural (55,5% en el caso de Pfizer y 52% con Moderna). 

Y, en el caso de Pfizer, ni siquiera las 3 dosis (54%) se posicionan por encima de estos niveles. Mientras que en el de Moderna, con la tercera inyección se consigue una eficacia del 61,3%.

Sólo el cóctel de la pauta completa, el refuerzo y la infección previa consiguen acercarse a los primeros niveles de efectividad (76,3% y 79,4%, de Pfizer y Moderna) que se observaron cuando las vacunas se lanzaron al mercado —que estaban por encima del 90%—. 

Reinfecciones con BA.2: este es el riesgo de contagiarte con el COVID-19 si ya has pasado ómicron

El estudio, que aún no ha sido revisado por pares, se basa en los datos de vacunación e infección de todo Catar. Y concluye que la mejor protección contra una infección con ómicron, ya sea con BA.1 o con BA.2, es una infección previa más una vacuna de refuerzo reciente

Una  investigación de The New England Journal of Medicine encontró también que las personas vacunadas en el estudio que tenían una infección previa con el COVID-19 (presumiblemente BA.1) tenían un nivel de anticuerpos neutralizantes contra BA.2 más de 3 veces superior al de cualquier otra persona.

Con anterioridad, estudios que ya han sido revisados por pares, habían encontrado que la inmunidad híbrida —que entonces era sólo la infección previa, seguida de la vacunación— era muy potente y seguía siendo eficaz durante más de un año. También que era capaz de desencadenar una respuesta de anticuerpos muy fuerte y durante un tiempo prolongado.

"Fue muy interesante ver que en los contagiados, una sola dosis de vacuna es equivalente a los niveles de anticuerpos y de respuesta celular que conseguimos con 2 dosis de vacuna", cuenta Barrios.

"De ahí que los protocolos de vacunación de las personas que han pasado la infección, sólo consistían en una dosis extra para conseguir esta potenciación y esa inmunidad híbrida que es especialmente efectiva, porque tiene tanto la parte sistémica, como la parte local que conseguimos con la inmunización por haber pasado la enfermedad", explica.

Hasta la fecha, tanto los estudios preliminares, como los revisados por pares y los expertos concluyen que la inmunidad híbrida es la mejor respuesta contra cualquier versión del coronavirus. Pero también están de acuerdo en que se necesita más investigación y vacunas que frenen la infección y la propagación del virus: las esterilizantes —como la que se estudia en España— o las polivalentes.

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