Una semana de Threads y el entusiasmo no decae: igual deberías controlar tus expectativas

Threads, red social de Meta.

REUTERS/Dado Ruvic

  • La llegada de Threads a Europa está forjando una comunidad de gente aliviada por huir de la toxicidad que sufrían en X, la red social que en su día fue Twitter.
  • Sin embargo, Meta tiene varios problemas bajo la alfombra y Threads puede llegar a ser una decepción: por eso deberías rebajar tus expectativas.

Threads, la nueva red social de Instagram, desembarcó el jueves 14 de diciembre en Europa. En realidad la plataforma nació en julio, prácticamente de la noche a la mañana, como un nuevo esfuerzo de Meta por competir de tú a tú con Twitter, ahora conocida como X.

El servicio no estuvo disponible en Europa hasta hace unos días por los supuestos desafíos regulatorios que Meta entiende que existen en la Unión Europea. Es cierto que Bruselas ha introducido en estos últimos años nuevas regulaciones, como el Reglamento de Servicios Digitales (DSA), con estrictas medidas para las plataformas sociales que operen en el continente.

Pero también es cierto que en Europa está en vigor desde hace más de cinco años el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y las principales redes sociales de Meta, Facebook e Instagram, todavía tienen problemas para cumplir con sus preceptos.

Mucho se ha escrito sobre el último órdago de Zuckerberg y compañía: mediante sus nuevas suscripciones de pago intentan demostrar ante los reguladores que los usuarios que deciden no pagar están consintiendo tácitamente que sus datos personales sirvan para perfilarlos con fines publicitarios. El debate está servido.

Pero lo cierto es que, más allá de los retos regulatorios, Threads está entusiasmando a los ciudadanos europeos. A raíz de las constantes polémicas que se han vivido en los últimos meses en X, diversas plataformas comenzaron a librar una batalla por sucederla. Esta guerra de la sucesión parece que tiene a una aventajada y la razón es muy sencilla.

En Threads ya hay famosos.

Sí. Mastodon fue la primera en posicionarse como una alternativa fiable a Twitter. El problema es que ante un público más mainstream resulta complicado —a pesar de la sencillez del concepto— explicar qué es eso del fediverso, de instancias, de federación de instancias.

Luego llegó el momento de Bluesky, que sigue creciendo en adeptos y también defiende un modelo de instancias federadas, aunque no comparte por el momento el mismo protocolo que sí comparte el fediverso y Mastodon, el protocolo ActivityPub. Paradójicamente, Bluesky es un spin off del cofundador de Twitter que impulsó la red social del pajarillo azul —ya extinto—, Jack Dorsey.

De forma paralela a Bluesky creció Threads de forma meteórica. Ahora ha llegado a Europa y aventaja a Mastodon y a Bluesky no porque su interfaz sea más limpia —que lo es— ni porque su moderación sea más segura —es discutible— ni porque haya menos toxicidad.

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Threads aventaja al resto porque hay famosos. Por eso, y porque es una red social dependiente de Instagram y sus usuarios solo necesitan registrarse con sus credenciales de la app social de fotografías, algo que también es un obstáculo para muchas personas que no confían en sus políticas de privacidad, por otro lado.

Pero es innegable que un síntoma de que una plataforma puede funcionar respecto a otras es algo que a menudo obvian los periodistas y los gurús expertos en tecnología. Más allá de los algoritmos —o ausencia de—, funcionalidades y bondades que puedan ofrecer, las plataformas son sus comunidades. 

Y en cuestión de una semana en Threads ya hay cineastas, cantantes, celebridades, marcas, medios de comunicación, e incluso políticas. La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, es una early adopter de Threads. Incluso Operación Triunfo se está comentando ya en Threads.

Con todo esto dicho, se podría pensar que suficiente; se barre, se recogen las cosas y se apaga la luz, que ahora hay que estar en Threads. Pero aunque la euforia inicial en estos momentos es más que comprensible, también hay bastantes razones para tratar de rebajar unas expectativas iniciales muy altas con respecto a esta plataforma. A saber:

La mayoría de los usuarios de Threads son curiosos de Instagram o desencantados de Twitter

Que no extrañe a nadie que la guerra por suceder a Twitter —si es que hay quien la suceda, lo que tampoco está claro— es una guerra en realidad entre plataformas sociales basadas en texto. Instagram o TikTok juegan en otra liga. Y quienes están abrazando la nueva red social de Meta lo están haciendo siguiendo una decisión moral, cuando no ideológica.

Elon Musk, el dueño de X, tiene por supuesto una ideología —fue invitado hace escasos días a un evento en Italia organizado por la primera ministra Giorgia Meloni al que también acudió el líder de Vox, Santiago Abascal—. Y esa ideología se está haciendo notar en las últimas polémicas de la plataforma. 

Varias marcas han anunciado la retirada de su inversión publicitaria en X tras un comentario de apoyo del multimillonario a una publicación antisemita, y la Comisión Europea ya ha puesto la plataforma en la diana ante la sospecha de que no se haya adaptado adecuadamente a las exigencias que le marca el nuevo Reglamento de Servicios Digitales.

Toda esa situación ha hecho que muchos usuarios estén buscando alternativas a Twitter. En realidad no están buscando algo a su juicio mejor, sino algo menos malo. Esto provoca, además, que la primigenia comunidad que se forje en Threads sea de todo menos leal a la plataforma. Será leal a sus vínculos y a las celebridades que ya están. 

Lo que lleva al siguiente punto...

Meta no es conocida por haber manejado mejor que nadie la moderación en sus plataformas

Cuando Threads nació, sus responsables —Adam Mosseri, responsable de Instagram, o Mark Zuckerberg, CEO de Meta— advirtieron que no pretenden que su plataforma se convirtiera en un espacio de farragosos debates políticos. Su enfoque es el de ser una red social basada en texto, sí, pero algo más diáfana y amable. 

Eso es una quimera. Las redes sociales las configuran, por lo general, sus usuarios. Y si bien es cierto que el algoritmo en Instagram no premia de la misma manera los contenidos relacionados con la política dura, sí suele servir polémicos fragmentos de podcasts que ya se alejan de esa idea de una plataforma algo más naif que pretendía el propio Mosseri.

El propio Musk adujo que compraba Twitter el año pasado por querer garantizar la libertad de expresión en el foro público del siglo XXI. Su concepto de foro público y de libertad de expresión es cuestionable, pero también lo es el papel que Meta pueda jugar como alternativa a ello.

Sobre la multinacional ya pesan denuncias públicas, como esta de Amnistía sobre cómo sus redes sociales han contribuido a difundir discursos de odio contra la comunidad rohingya en Myanmar. La denuncia es de hace un año. Este mismo 2023, otra polémica a raíz del asesinato de un profesor etíope al que en las redes de Meta se le había señalado de "traidor".

Todo ello sin entrar en el papel que Instagram ha jugado en la salud mental de los adolescentes, algo que ya denunció la exempleada Frances Haugen cuando filtró los famosos papeles de Facebook, o sobre lo que se ha pronunciado hace nada su exdirector de Ingeniería: "Un tercio de los menores de 16 años con cuenta en Instagram han recibido acoso sexual en el último mes".

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Threads apuesta por el fediverso, no va a hacer falta que tengas que depender de ellos

Un punto positivo de Threads es su apuesta por el fediverso. Ahora mismo ya puedes leer mensajes publicados en Threads por su CEO, Adam Mosseri, desde cualquier instancia de Mastodon. Medios como The Verge ya hablan de que el fediverso es hoy una palabra muy gastada, pero que en 2024 podría convertirse en industria.

Muy resumidamente, el fediverso es llevar a las plataformas sociales lo que ya funciona en el correo electrónico. Si tú tienes una cuenta de correo terminada en @gmail.com, eso no te va a impedir que escribas un correo al periodista que escribe estas líneas, que tiene una dirección corporativa terminada en @axelspringer.es.

El protocolo ActivityPub forja ese fediverso —universo federado—, en el que diferentes redes sociales podrán compartir contenidos. Cada instancia —Threads, por ejemplo— es soberana, y podrá decidir con quién comparte esa información y con qué instancia prefiere no relacionarse.

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Los últimos progresos de Threads por integrarse en ese fediverso han puesto patas arriba la comunidad de usuarios de Mastodon. Muchos de los que optan por el fediverso lo hacen porque prefieren estar en pequeñas instancias conectadas en red sin que detrás haya una gran multinacional depredadora de su privacidad.

De hecho, muchas comunidades comparten los gastos que genera el servidor en el que se aloja su instancia para garantizar así tanto su sostenibilidad como su soberanía. La llegada en tromba de Threads a un ecosistema como este puede asustar a cualquiera.

Sin embargo, Eugen Rochko, el desarrollador alemán que creó Mastodon, es quien se ha mostrado más entusiasta ante la idea de que Threads se federe con el resto de las instancias del fediverso —en el que no están solo instancias de Mastodon, ya hay otras redes sociales disponibles y Flipboard ha anunciado hace nada sus intenciones de convertirse interoperable con el mismo—.

"No os equivoquéis, esto es genial para Mastodon. Ahora la gente tiene que elegir entre X, Mastodon y Threads, y las redes juegan un factor dominante en esa elección. Lo que podemos decir es que podrás acceder a toda la gente que se ha ido a Threads desde una cuenta de Mastodon, lo que hace que esta sea una opción mucho más atractiva dadas nuestras otras cualidades", incidió.

Todavía no conoces a Threads tras superar el ciclo de la 'enmierdación'

Algo que repiten constantemente los usuarios recién llegados a Threads es que la plataforma les recuerda a Twitter en sus viejos tiempos. Esto también es discutible —como tantas cosas...— pero no nos vamos a detener en esto: en Threads hay un algoritmo de recomendación trabajando desde el principio, etc.

Lo que sí se puede aceptar es que Threads recuerda a cualquier otra plataforma social recién inaugurada. Todavía no hay publicidad. La opción de mostrarte mensajes para ti —seleccionados por ese algoritmo— es agresiva, ya que no puedes hacer que por defecto cargue la cronología con cuentas a las que sigas y sus republicaciones. Y sin embargo...

Esto es lo que se conoce como el ciclo de la enmierdación. El término es de Cory Doctorow, periodista tecnológico estadounidense y autor de libros como Radicalizado o Walkaway. A principios de este año, Doctorow publicó un ensayo en Wired sobre cómo TikTok había comenzado su proceso de enshittification enmierdación—. Y el resumen es idóneo y sirve para cualquier plataforma.

"Los beneficios se dirigen primero a los usuarios. Después, cuando estos ya están encerrados, los beneficios se dirigen a los anunciantes. Después, cuando estos ya están encerrados, los beneficios se dirigen a los accionistas, y la plataforma se convierte en una inútil pila de mierda. Desde aplicaciones móviles a Steam, de Facebook a Twitter, este es el ciclo de la enmierdación", escribió.

Todavía no conoces a Threads tras haber superado esa fase. La aparición de la publicidad en el feed de Instagram ya resultó traumática. Es pronto para respirar tranquilos.

Meta ya ha amenazado en el pasado con marcharse de Europa: ¿por qué ahora iba a ser distinto?

Durante años, Meta ha estado comunicando al regulador de los mercados en Estados Unidos que si no se solucionara un problema en Europa la compañía estaría obligada a marcharse del continente. El problema no era otro que una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2021 que tumbó el acuerdo entre Bruselas y Washington que amparaba las transferencias atlánticas de datos.

Meta extrae y recopila datos personales de sus ciudadanos europeos en Europa, pero necesita enviárselos a Estados Unidos para tratarlos y almacenarlos allí. La sentencia del TJUE entendió, tras una denuncia, que el acuerdo no era válido porque en EEUU no se ofrecía una legislación que fuera recíproca e igual de garantista que lo es el Reglamento de Protección de Datos en Europa.

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Tras unos cambios legislativos en EEUU, Washington y Bruselas llegaron a un entendimiento y firmaron un nuevo acuerdo este veranosin el beneplácito del Comité Europeo de Protección de Datos, entre otros—. Una nueva demanda y una nueva sentencia del Tribunal de Justicia podría llevar al traste ese acuerdo en un futuro, y poner a Meta en la misma tesitura.

Además, continúa el debate sobre las suscripciones de 10 euros con la que Facebook o Instagram permiten que haya usuarios en sus plataformas de los que no se pueda extraiga información personal con fines publicitarios. Meta entiende que esa tarifa es justa y cumple con el RGPD. Hay expertos y autoridades de protección de datos con dudas e investigando.

La conclusión, de no favorecer a Meta, volvería a poner a la multinacional tecnológica en una tesitura complicada. Threads llegó a Europa hace una semana. Quién sabe si en un futuro hará el camino inverso con la compañía de Instagram y Facebook.

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