Los niños podrían producir una respuesta de anticuerpos al coronavirus más débil que la de los adultos, lo que explicaría por qué sus infecciones son más leves

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Niños con mascarillas en España.
Niños con mascarillas en España.Europa Press News/Getty Images
  • Los niños tienen una respuesta de anticuerpos más débil al coronavirus que los adultos, según un estudio reciente.
  • Los hallazgos apuntan a que estos pueden eliminar el virus antes de que se replique a gran escala en sus cuerpos.
  • A su vez, podrían beneficiarse de la respuesta de memoria del sistema inmunológico a otros coronavirus.
  • Los investigadores aún esperan que los niños tengan cierta inmunidad a largo plazo y que respondan a una vacuna.
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Los científicos están empezando a entender por qué tan pocos niños desarrollan casos graves de COVID-19.

Un estudio reciente, publicado en la revista Nature, ha evidenciado que los niños tienen una respuesta de anticuerpos más débil al virus que los adultos

Esto puede ser una señal de que combaten el virus antes de que tenga la oportunidad de destruir sus células o de replicarse a gran escala.

"Sabemos que muchos niños, y muchos de los que muestreamos, eran asintomáticos", describe a Business Insider Donna Farber, inmunóloga de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y autora principal del estudio. 

"No tienen síntomas respiratorios, lo que sugiere que los niños pueden deshacerse de este virus antes de que les lleve a una enfermedad grave".

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Para el estudio, Farber y otros investigadores del Centro Médico Irving de Columbia, han examinado a 79 pacientes con coronavirus, tanto menores como adultos, en la ciudad de Nueva York, EEUU. 

Algunos tenían casos severos, mientras que otros tenían síntomas leves o ninguno. Los resultados mostraron que los pacientes adultos desarrollaron varios tipos de anticuerpos que neutralizaron la proteína pico del virus, que le ayuda a adherirse e invadir las células humanas.

Esos anticuerpos incluían IgM, que suele ser la primera respuesta a una infección viral; IgG, el anticuerpo más común que se encuentra en la sangre; e IgA, que se localiza principalmente en los tractos respiratorio y digestivo. 

Por su parte, los adultos también desarrollaron un anticuerpo que se dirigió a la nucleocápside, otra proteína clave que se requiere para que el virus se replique.

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Pero, en su mayoría, los niños sólo desarrollaron un tipo de anticuerpo: IgG, que se dirigían a la proteína espiga. 

Estos anticuerpos también eran menos eficaces para neutralizar la proteína pico que los de los adultos. Pero los investigadores no sospechan que los más pequeños tengan una inmunidad más efímera que los adultos. 

"Seguimos obteniendo muestras de estos niños y les hacemos un seguimiento meses después", apunta Farber. 

"En el seguimiento inicial, no hubo cambios en el nivel de anticuerpos, lo que sugiere que pueden tener una respuesta duradera, pero por supuesto tendremos que mirar mucho más allá para evaluar realmente esto".

Una posible ventaja innata

Los anticuerpos son la defensa natural del cuerpo humano contra un patógeno extraño. Su presencia indica un grado de inmunidad, aunque en el caso del coronavirus, los científicos aún no están seguros de cuánto tiempo dura

Pero el sistema inmunológico innato del cuerpo —su primera línea de defensa contra un virus— se desregula a medida que una persona envejece.

Por ello, según Farber, es posible que los niños estén montando una respuesta inmunológica más fuerte al virus que los adultos. El sistema inmunológico de los más jóvenes podría estar destruyendo el virus de inmediato, dándole menos oportunidades para replicarse.

En ese caso, el cuerpo no reconocería suficiente nucleocápside o proteínas pico para desencadenar una robusta respuesta de anticuerpos. 

"Es un poco contrario a la intuición que alguien que tiene una enfermedad realmente grave tenga una mayor magnitud de respuesta de anticuerpos, pero eso se debe a que probablemente tenga una carga viral más alta", explica Farber. 

"Tienen esa infección por mucho más tiempo, tienen problemas para eliminarla, así que siguen generando más proteínas virales".

Niño con mascarilla.
Getty

Su próxima investigación consiste en examinar las respuestas de las células T en pacientes pediátricos con coronavirus. Las células T ayudan a identificar y destruir patógenos extraños, imprescindibles en la respuesta inmunológica.

"Los niños están muy adaptados para responder a nuevos antígenos porque los bebés y los niños tienen en su mayoría células T ingenuas, la mayoría de sus células T son completamente nuevas", describe Farber. 

"Por ende, durante la infancia, generan todas estas robustas respuestas a los patógenos, y luego almacenan algunas como células T de memoria".

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De acuerdo con Farber, las células T de memoria inducidas por otros coronavirus —como los que causan resfriados comunes— pueden ayudar a los niños a identificar y destruir el nuevo coronavirus dadas sus similitudes genéticas. Esa teoría también podría explicar por qué los niños del estudio no produjeron anticuerpos IgM.

"Por lo general, si se trata de una nueva infección, el primer tipo de anticuerpo que se producirá será IgM, y en realidad no encontramos eso", reconoce. 

"Así que podría sugerir que están teniendo alguna reactividad cruzada con un coronavirus estacional".

Las respuestas de los anticuerpos son consistentes en los niños

De los 47 niños examinados en el estudio, 16 tenían el síndrome inflamatorio multisistémico (SMI-C), una rara condición asociada con el coronavirus que causa que varias partes del cuerpo se inflamen

Los investigadores se sorprendieron al saber que estos niños tenían los mismos perfiles de anticuerpos que aquellos con casos leves o asintomáticos.

"Pudimos entrar al biobanco de Columbia y sacar muestras de niños que por lo demás están sanos, que no tenían ninguna condición preexistente o inmunodepresores —y, de hecho, fue la misma respuesta—", cuenta Farber.

"Es decir, no se trataba del SIM-C. Se trataba de ser un niño".

Una enfermera examina a un niño.
Una enfermera examina a un niño.John Moore/Getty Images

Los investigadores aún no están seguros de por qué un pequeño grupo de niños desarrollan SIM-C. Según Farber, puede deberse a diferencias innatas en las respuestas inmunológicas de los niños. 

Otros estudios recientes han demostrado que los anticuerpos en pacientes con SIM-C se dirigen erróneamente a los tejidos sanos de esa persona.

Sin embargo, en su mayoría, los niños parecen ser bastante hábiles en la lucha contra el coronavirus, aunque los científicos aún intentan averiguar por qué.

Los niños podrían responder bien a una vacuna

Vacuna contra la gripe en niños.
Vacuna contra la gripe en niños.FatCamera/Getty Images

El estudio de Farber tenía algunas limitaciones: a algunos niños involucrados se les hicieron pruebas de anticuerpos contra el coronavirus mientras visitaban el hospital por otras razones, como un accidente o una apendicectomía. Eso significa que pueden haber sido estudiados en diferentes puntos de su enfermedad, lo que podría afectar al nivel detectado de la respuesta de anticuerpos.

Si otros científicos confirman que los niños sólo producen anticuerpos IgG, eso podría afectar en última instancia a la forma en que los niños son examinados para detectar el virus.

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"Si se usan, se perderá a muchos niños, independientemente de que hayan estado expuestos o no", reconoce Farber.

Pero los investigadores aún esperan que los niños generen una respuesta robusta de anticuerpos a la vacuna.

"Los niños generalmente responden bien a las vacunas", apunta. "Deberían responder bien o de manera comparable a un adulto joven. Y, tal vez, incluso mejor".

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