Los jefes vuelven al poder: acostúmbrate a que este año las empresas hagan recortes y despidos silenciosos

Sawdah Bhaimiya
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Despido
  • Los jefes están despidiendo silenciosamente al personal haciendo que los puestos de trabajo sean poco atractivos mediante la imposición de la vuelta a la oficina y duras evaluaciones del rendimiento. 
  • En lugar de llevar a cabo despidos masivos, algunos jefes recurren a tácticas discretas para reducir el número de empleados. 

Algunas empresas están encontrando formas más discretas de recortar su personal sin llevar a cabo despidos masivos en su intento de reducir costes durante un periodo de incertidumbre económica.

Mientras que empresas como Google, Meta y Salesforce han despedido a miles de trabajadores a costa de intensas críticas públicas, también están recurriendo a tácticas menos obvias para prescindir de trabajadores de forma discreta.

La empresa tecnológica Dell ordenó recientemente a sus empleados híbridos que volvieran a la oficina tres días a la semana, independientemente de dónde vivan. Una fuente anónima declaró a The Register que los trabajadores que decidan trabajar a distancia verán limitada su progresión profesional.

Tras despedir a 10.000 empleados a finales de 2022, Meta introdujo revisiones de rendimiento más estrictas, incluidas dos revisiones de rendimiento anuales con instrucciones a los gestores de colocar a más empleados en categorías de bajo rendimiento. Los empleados de bajo rendimiento también recibieron menos bonificaciones.

En noviembre, Amazon decidió que los empleados pueden ver bloqueados sus ascensos si no cumplen su mandato de ir tres días por semana a la oficina.

Estas tácticas se conocen más comúnmente como "despido silencioso" o "recorte silencioso", una tendencia en el mundo laboral que ha despegado tras el fin de la era de los tipos de interés cero. Se trata de un movimiento sutil de los jefes para hacer menos atractiva una función, motivando a los trabajadores a renunciar en lugar de forzar su salida mediante despidos. 

Los rumores de despidos asustan a los empleados, pero hacen muy felices a los inversores.

Algunas de las formas en que los jefes están haciendo que los puestos de trabajo sean menos atractivos para los empleados son la imposición de restricciones sobre dónde pueden trabajar, los estrictos mandatos de vuelta a la oficina, el recorte de las ventajas y beneficios en el lugar de trabajo, la aplicación de evaluaciones de rendimiento más duras y la limitación de las oportunidades de progresión profesional. 

Ben Hardy, profesor clínico de comportamiento organizativo en la London Business School, explica a Business Insider que, aunque el despido silencioso pueda parecer un nuevo fenómeno laboral, las empresas siempre han utilizado este tipo de tácticas para deshacerse de la gente.

Hardy recuerda que hace 20 años, algunas grandes empresas de renombre mantenían "conversaciones en el aparcamiento" con los empleados para exponerles sus opciones durante los periodos de recortes.

Lo que ocurría era que tu jefe te decía: "¿Podemos tener una charla en el aparcamiento? Básicamente, la conversación era: 'Puedes aceptar el despido y marcharte tranquilamente, o podemos pasar por una revisión del rendimiento, y será miserable y lúgubre. ¿Qué prefieres?". 

Muchas empresas venden a sus empleados la retórica de "somos una familia", y los despidos públicos van en contra de esa percepción, afirma Hardy. El despido discreto es una forma de mantener el control sobre su imagen. 

Parte de la razón por la que los jefes pueden emplear estas tácticas es que el poder ya no está en manos de los trabajadores, y "el péndulo ha oscilado en sentido contrario", afirma Dan Schawbel, experto en trabajo del futuro y socio director de Workplace Intelligence.

Tras la pandemia de COVID-19, se produjo una afluencia de oportunidades de empleo, lo que dio lugar al surgimiento de tendencias en Estados Unidos como la Gran Dimisión, en la que los trabajadores se apresuraban a abandonar sus puestos de trabajo en busca de mejores oportunidades.  

Pero cuando el mercado laboral se estrechó y la economía se volvió más incierta, la Gran Dimisión dio paso a la "Gran Permanencia", en la que se ralentizó la rotación laboral.

Dimisión silenciosa o quiet quitting

Los despidos públicos invitan a un mayor escrutinio

Los despidos públicos dañan la reputación de una empresa debido a la atención mediática, así como al riesgo de que empleados descontentos cuenten sus experiencias negativas en las redes sociales. "Hacer públicos los despidos puede dar lugar a un escrutinio público que puede dañar la imagen de la empresa y afectar a la fidelidad de los clientes", afirma Schawbel.

"Puede indicar a los inversores que la empresa no va bien. También puede indicar a los solicitantes de empleo y a los grandes talentos que no es una empresa para la que deban presentar su candidatura porque están llevando a cabo un despido", añade.

Tanto Schawbel como Hardy coinciden en que la forma en que las empresas recortan plantilla —ya sea mediante métodos de recorte discretos o despidos más públicos— depende del tipo de imagen que intenten proyectar. 

Schawbel dice que los despidos podrían señalar a los accionistas y a los socios que hay una mala gestión en la empresa y arrojar dudas sobre cómo funcionará la empresa en el futuro. En el caso de las empresas que cotizan en bolsa, podrían mostrar al mercado bursátil que han controlado los costes y se centran en la obtención de beneficios, afirma Hardy.

Los despidos también generan más problemas legales, como demandas por discriminación y posibles demandas por despido improcedente, que pueden agravar los problemas de la empresa.

"Son más cosas de las que debe ocuparse una empresa, y si se trata de un despido publicitado, el riesgo puede ser aún mayor", afirma Schawbel.

En última instancia, los despidos discretos y los recortes discretos ayudan a los empresarios a mantener un mayor control sobre la narrativa y la forma en que son percibidos públicamente, añade Schawbel.

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