Microsoft intentó enmascarar su poder sobre OpenAI: el drama de Sam Altman lo arruinó todo

Kali Hays,
Darius Rafieyan
| Traducido por: 
Los CEO de Microsoft y OpenAI, Satya Nadella y Sam Altman, en la primera conferencia de desarrolladores de OpenAI.
Los CEO de Microsoft y OpenAI, Satya Nadella y Sam Altman, en la primera conferencia de desarrolladores de OpenAI.

Justin Sullivan/Getty Images

  • El despido de Sam Altman de OpenAI ha puesto de manifiesto la influencia de Microsoft sobre la empresa.
  • Las dos empresas se han esforzado por demostrar que operan como entidades independientes.
  • Ahora, Microsoft se enfrenta a investigaciones preliminares en el Reino Unido y Estados Unidos.  

El despido y recontratación del consejero delegado de OpenAI, Sam Altman, han echado por tierra meses de esfuerzos de Microsoft por evitar que los reguladores antimonopolio investiguen su enorme inversión en la startup.

El mayor fabricante de software del mundo ha inyectado miles de millones en la startup desde 2019. La mayor parte de esa cantidad consistió en un acuerdo de 10.000 millones de dólares que aseguraba a Microsoft el 49% de los beneficios futuros de OpenAI, siempre que se cumplieran ciertos hitos financieros.

Resulta difícil evitar que una enorme asociación comercial como esta escape del intenso examen de los reguladores antimonopolio. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos, dirigida por Lina Khan, ha mostrado un claro interés en evitar que las grandes empresas tecnológicas engullan a nuevos posibles rivales. Microsoft lo intentó de todos modos.

Evitar intencionadamente la lupa de los reguladores

Una de las principales preocupaciones de Microsoft con OpenAI ha sido y sigue siendo el tema del control antimonopolio, según una persona familiarizada con la startup y su dirección. Ambas empresas se han dedicado a "mantener un muro entre ambas, muy intencionadamente", afirma esta persona.

Muchos anuncios de OpenAI no se compartieron con Microsoft y, cuando lo hicieron, las dos empresas se aseguraron de no anunciar nada a la vez o demasiado cerca.

OpenAI no suele informar de sus operaciones y acciones comerciales cotidianas, ni tampoco de muchos asuntos o discusiones entre la dirección de OpenAI y el consejo de administración de la startup.

"Todo era intencionado para evitar el escrutinio antimonopolio", añade esta fuente.

Sam Altman.

"Fricción" operativa

Todo esto se llevó a cabo a pesar de que creaba más "fricciones" operativas en la alianza, algo que "ocurría a menudo", según esta persona, que ha pedido no ser identificada al hablar de asuntos delicados.

Fricción es un término cortés para referirse a lo que provocó la sorprendente destitución de Altman en noviembre. Microsoft apenas recibió aviso de la intención del consejo de despedir a Altman por acusaciones de falta de franqueza.

Dirigentes como el CEO de Microsoft, Satya Nadella, y su CTO, Kevin Scott, no mantenían mucha comunicación con la junta independiente de OpenAI, pero estaban regularmente en contacto con Altman y otros altos cargos de OpenAI.

"El equipo de dirección pasaba mucho más tiempo con Kevin y Satya que con el consejo", añade la persona. "Mucho más".

Imperio del mal

Una persona con mucha experiencia en Microsoft dice que la compañía ha estado paranoica con las cuestiones antimonopolio desde los días en que era conocida como el "Imperio del Mal" y luchó contra una importante demanda antimonopolio por la vinculación de Internet Explorer con el sistema operativo Windows. Con Nadella, Microsoft ha aplicado una estrategia muy eficaz para evitar el escrutinio antimonopolio. Incluso se adelantó a los reguladores para comprar recientemente Activision-Blizzard.

Ahora, con el aparatoso regreso de Altman, el papel de Microsoft en la negociación de su reincorporación y su nueva posición como "observador" de un consejo mayoritariamente nuevo, la compañía se ha encontrado de nuevo bajo la lupa de los reguladores antimonopolio.

Control de facto

La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido informó el viernes de que está examinando de forma preliminar las implicaciones de la inversión de Microsoft en OpenAI, entre otras cosas si la primera tiene "influencia material" o "control de facto" sobre la segunda. Según Bloomberg, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos también está estudiando más detenidamente la alianza tras el episodio protagonizado por Altman.

Un portavoz de OpenAI no ha respondido a la petición de comentarios. El presidente de Microsoft, Brad Smith, ha declarado que la asociación con OpenAI "ha fomentado la innovación y la competencia en el ámbito de la IA" y que su nuevo estatus de observador en el consejo de administración es "lo único" que ha cambiado entre las dos empresas. 

Por su parte, el responsable de Comunicación, Frank Shaw, subraya que Microsoft "no es propietaria de parte alguna" de OpenAI.

OpenAI no quiere decir qué libros ha utilizado para entrenar a ChatGPT. Pero algunos expertos en datos lo han averiguado, y la lista es alucinante.

El papel de Nadella

Los dirigentes de Microsoft sólo recibieron un aviso de unos minutos antes de que se anunciara el despido de Altman, según afirmaron entonces fuentes internas, y los responsables de la empresa han repetido desde entonces que la decisión les pilló por sorpresa. Un antiguo confidente de Microsoft afirma que esto es un indicio positivo para Microsoft de cara a un posible proceso antimonopolio en el futuro.

"El hecho de que Sam fuera despedido y Microsoft no supiera nada sobre esa decisión dice mucho sobre si Microsoft tiene la capacidad de controlar OpenAI", explica esta persona.

Por supuesto, Nadella jugó luego un papel importante en el regreso de Altman. Altman y Nadella se mantuvieron en contacto después de que Altman se viera obligado a marcharse, mientras que el presidente y cofundador Greg Brockman renunció en solidaridad y la mayor parte del personal de OpenAI amenazó con hacer lo mismo, por poco que quisieran

Nadella accedió a dar a Altman y Brockman su propia rama de investigación en Microsoft, si no lograban pactar su regreso a OpenAI.

Vuelta a los orígenes

Ahora que Altman ha regresado como CEO de OpenAI, los líderes de Microsoft han retrocedido a los orígenes, trabajando duro para distanciar públicamente a la compañía de sus vínculos con la startup y sus operaciones.

En la reunión anual de accionistas de Microsoft celebrada el jueves pasado, Nadella dijo que, aunque su alianza con OpenAI ha proporcionado a la empresa un "modelo fronterizo líder", está trabajando en proyectos internos de IA independientes, como un modelo de lenguaje llamado Phi. También ofrece modelos de código abierto en Azure, como Mistral, Llama y Cohere, que compiten con los modelos y herramientas de OpenAI.

La directora financiera de Microsoft, Amy Hood, intervino durante la reunión para subrayar que la empresa también tiene socios de IA más allá de OpenAI. "Estamos trabajando con muchas otras empresas y socios en el ámbito de la IA", afirmó.

Una de las interpretaciones es que Microsoft quiere calmar la inquietud de los inversores tras el caos provocado por la destitución de Altman. Otra interpretación es que Microsoft quiere demostrar a los reguladores antimonopolio que OpenAI es una empresa independiente y no está controlada por el gigante del software.

 

Posibles multas

Ese nivel de control será uno de los elementos de cualquier análisis antimonopolio de su acuerdo con OpenAI, según una fuente que conoce bien las actuaciones de los organismos reguladores.

Si se descubre que la empresa ha ejercido un control real sobre OpenAI, o compartido información competitiva con la startup, antes de notificarlo a la FTC, podría ser multada por incumplimiento del deber de notificación previa (lo que se conoce como 'gun jumping'), una de las normas de la FTC más fáciles de aplicar, según explica esta fuente. Las multas de este tipo pueden ascender a más de 50.000 dólares por día de infracción.

"Ello podría explicar por qué están tratando de evitar la apariencia de que existe cierta coordinación ahora mismo", señala esta persona.

Los grandes acuerdos, como la inversión de Microsoft en OpenAI, a menudo deben notificarse a los reguladores federales, lo que a veces desencadena una investigación.

Microsoft ha optado por no informar de la operación a los reguladores, en parte porque OpenAI era un negocio relativamente pequeño hasta que ChatGPT irrumpió en el mundo hace un año. En la actualidad, Microsoft insiste en que en realidad no posee parte alguna de OpenAI. En su lugar, el gigante del software afirma que sólo tiene derechos sobre los futuros ingresos de la startup.

Incluso algunos de los abogados de la firma que representa a OpenAI están confundidos sobre cuál es exactamente la relación legal de Microsoft con la startup, según ha confesado a BI una de las personas al tanto del asunto.

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