La OCDE mejora sus previsiones económicas para España en 2023, pero lo peor llega en 2024

Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos en funciones.
Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos en funciones.

REUTERS/Yves Herman

  • El PIB crecerá un 2,4% este año, una décima más de lo esperado, pero apenas avanzará un 1,4% en 2024, 5 décimas menos de lo esperado.
  • La OCDE avisa al Gobierno de que las medidas anticrisis deberían "finalizar según lo previsto", es decir, en 2023.

Como si no hubiera techo, las previsiones para la economía española en 2023 no dejan de mejorar. El problema es que el año que viene pasa lo mismo, pero al revés: España no deja de empeorar en 2024.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha vuelto a elevar su previsión de crecimiento para España en 2023, y a recortar la de 2024 en su último Economic Outlook publicado hoy. 

El PIB de España crecerá un 2,4% este año, una décima más de lo esperado en sus anteriores estimaciones, publicadas en septiembre; pero apenas avanzará un 1,4% en 2024, cinco décimas menos de lo esperado.  

"El endurecimiento de la política monetaria necesario para atajar la inflación está surtiendo efecto. A pesar de un crecimiento del PIB mayor de lo previsto en 2023, el endurecimiento de las condiciones financieras, la debilidad del comercio y el debilitamiento de la confianza están pasando factura. Los mercados inmobiliarios y las economías dependientes de los bancos, sobre todo en Europa, están notando el impacto", observa Clare Lombardelli economista jefe de la OCDE.

Las 10 subidas de tipos de interés aprobadas por el Banco Central Europeo (BCE), una detrás de otra, han tardado en hacer mella en la economía, pero definitivamente lastrarán el crecimiento el año que viene. Los hogares, por ejemplo, están muy expuestos a la subida de los tipos de interés, con un 70% de las hipotecas a tipo variable. Eso, y una inflación que no termina de despegarse del bolsillo de hogares y empresas.

"El consumo privado y el crecimiento de la inversión se moderarán debido a las estrictas condiciones financieras y a la persistente inflación en 2024, antes de repuntar en 2025", observa el organismo en su informe, que pronostica un incremento de precios del 3,7% en 2024, antes de disminuir hasta el 2,3% en 2025.

Ilustración de inflación o de escalada de precios

Según el informe, indicadores de confianza empresarial y del consumidor han sido flojos desde la primavera. Además, "las encuestas de actividad empresarial muestran una evolución más débil en todos los sectores desde julio". 

Mientras tanto, el que hasta ahora había sido el motor de la economía, la demanda externa (de la mano de las exportaciones y el turismo), empezará a perder fuelle. "La demanda exterior apoyará menos el crecimiento que en años anteriores", destaca el informe.

El turismo y las exportaciones se habían convertido en los dos grandes motores de la economía española en 2022 y 2023, haciendo que creciera por encima de la media del euro. Pero en 2024 estos sectores se van a frenar y no aportarán casi nada al crecimiento del PIB. 

Ya en los últimos trimestres, las exportaciones (y también las importaciones) no han dejado de caer. Como la economía de los principales socios comerciales de España se está frenando, le compran menos a España. "El crecimiento de las exportaciones y las importaciones ha disminuido en los últimos trimestres, al reducirse la actividad en los principales socios comerciales de España", constata la OCDE. 

A ello se suma el endurecimiento de la política monetaria, "que está influyendo en la actividad". Los criterios de concesión de créditos a empresas y consumidores se han endurecido y los costes de los préstamos han aumentado en todos los sectores. El crédito a los hogares y el crédito a las empresas cayó un 3,4% y un 4,7%, respectivamente, hasta septiembre. 

Aún así, España sigue creciendo cuatro veces más que la zona euro, cuyo PIB avanzará apenas un 0,6%, lastrada por la crisis en Alemania, que podría cerrar 2023 en recesión.

¿Qué empujará el crecimiento entonces? "La demanda interna será el principal motor del crecimiento", explica la OCDE, gracias, en gran parte, al empujón de los fondos europeos.

También ayudará un mercado laboral sólido, con un crecimiento anual del empleo del 2,6% en octubre, reflejo de una mayor tasa de ocupación y de la incorporación de inmigrantes a la población activa. 

"La disminución gradual de las presiones inflacionistas, junto con la resistencia del mercado laboral y el despliegue de proyectos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resistencia (RTRP) apoyarán el crecimiento en 2025", asegura la OCDE.

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El peligro de extender las medidas anticrisis

Ahora mismo, el mayor riesgo del que alerta la OCDE tiene que ver con el déficit y la deuda pública. El organismo prevé que el déficit público descienda al 3,2% en 2024 y al 3,1% en 2025, por encima de las estimaciones del Gobierno, que prometió a Bruselas bajar el déficit al 3% el año que viene.

Que el Ejecutivo no vaya a cumplir su promesa de déficit puede tener que ver con las medidas anticrisis. En las últimas semanas, el presidente, Pedro Sánchez, ha adelantado la prórroga de algunas de estas medidas, como la bonificación al transporte público, que iban a caducar el 31 de diciembre. Una promesa que, sin embargo, desoye las advertencias de la OCDE, el FMI o la propia Comisión Europea.

"Se necesita una consolidación fiscal más fuerte y sostenida para mantener la deuda en una senda descendente y crear espacio para un gasto que fomente el crecimiento", recomienda el informe, que también advierte al Gobierno de que "el apoyo (de las medidas anticrisis) debería finalizar según lo previsto".

La OCDE avisa de que las perspectivas están rodeadas de importantes riesgos: "una nueva escalada de los conflictos geopolíticos podría hacer subir los precios de la energía y la inflación y empeorar las perspectivas económicas de los principales socios comerciales de España. La lenta aplicación del RTRP podría frenar el crecimiento más de lo previsto".

En el lado positivo, una mejora del entorno internacional más rápida de lo previsto y un mayor impacto de los fondos europeos apoyarían la actividad.

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