Hinchazón, gases o problemas de concentración: los síntomas que indican que eres intolerante a la fructosa

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  • La fructosa es un tipo de azúcar presente de manera natural en un gran número de frutas y verduras o alimentos como la miel. También forma parte del disacárido sacarosa, lo que se conoce como azúcar.
  • Si el comer estos alimentos te produce hinchazón, gases o dolor de estómago, podrías tener una intolerancia a la fructosa. Ciertos síntomas extradigestivos también pueden revelarla.
Primero en Upday Cintillo

La intolerancia a la fructosa se produce cuando el organismo no puede absorber correctamente este azúcar. Es, por tanto, un síndrome de malabsorción, que ocurre cuando el intestino delgado no es capaz de asimilar un determinado nutriente de los alimentos.

La fructosa la puedes ingerir como monosacárido, disacárido o en forma de fructanos. 

Como monosacárido la "encontramos de forma natural en gran cantidad de frutas, en la miel y jarabe de maíz. Como disacárido, unido a glucosa, formando parte de la sacarosa. También la podemos encontrar en forma de fructanos en el centeno, trigo, avena, cebada, etc.", explica la doctora Magdalena García Arredondo, especialista en aparato digestivo y miembro de Top Doctors.

Estará sobre todo en chirimoyas, manzanas, peras, cerezas o uvas, aunque en general todas las frutas la aportan en mayor o menor medida. También algunas verduras, como las cebollas dulces y los pimientos rojos.

Aunque "la mayor cantidad de fructosa que ingerimos proviene de su uso como edulcorante en la industria alimentaria, añadiéndolo a galletas, cereales, postres dulces, batidos...", matiza el digestólogo Daniel Luna, miembro de Doctoralia.

Si comer una pieza de fruta o algo bollería industrial se traduce en hinchazón, malestar estomacal y gases podrías pertenecer al 30% de la población que, se estima, presenta esta intolerancia.

En cuanto a las causas, según los especialistas existen 2 tipos principales. Puede deberse a un déficit de la enzima transportadora de este azúcar debido a una alteración genética. "Si el gen sufre una alteración el transportador no puede cumplir su función correctamente y daría lugar a una intolerancia a la fructosa primaria", aclara García Arredondo.

Esta intolerancia de carácter hereditario resulta grave si no se se trata. No obstante, es una rara condición que afecta únicamente a 1 de cada 10.000 personas.

Más común es una absorción inadecuada debido a procesos inflamatorios crónicos a nivel de la mucosa intestinal, que producen una disminución de la capacidad de absorción. También se da cuando las enzimas que rompen la fructosa y glucosa no funcionan correctamente. 

Lo que puede provocar problemas gastrointestinales. "Pueden ser variados y comprenden desde alteración del ritmo deposicional (diarrea), gases, distensión abdominal o dolor abdominal", enumera Luna. "Lo síntomas más inespecíficos extradigestivos incluyen neblina mental, dificultad de concentración, alteración del estado anímico o cansancio", añade García Arredondo.

 

Una dieta baja en fructosa (Fodmaps) resulta una herramienta muy útil para minimizar estos efectos. Lo idóneo es una "restricción parcial, manteniendo los alimentos en cantidades tolerables, para evitar el riesgo de carencias nutricionales", aconseja Luna.

Aunque antes de incluir la fruta entre tus alimentos prohibidos, lo adecuado es obtener un diagnóstico médico. Para el cual, lo habitual es realizarse una prueba de hidrógeno en el aliento

Si sospechas que podrías padecer este síndrome, aquí van los síntomas que pueden revelar que tienes intolerancia a la fructosa.

Dolor abdominal

dolor tripa

Cuando el organismo tiene problemas para descomponer las moléculas de fructosa, pasará por el tracto gastrointestinal sin ser bien digerida.

Esto claramente puede causar malestar, provocar calambres y dolores de estómago.

Hinchazón y gases

mujer con dolor abdominal

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Según un estudio de 2017 de la Sociedad Andaluza de Patología Digestiva (SAPD) los síntomas que motivaron un test de diagnostico fueron dolor abdominal (45,8%), meteorismo (43,4%) y 41,5% distensión abdominal (41,5%).

La fructosa no absorbida que llega al intestino grueso es fermentada por bacterias que producen gas. Lo que genera distensión que puede ir acompañada de flatulencias o eructos, signos similares a los que produce el síndrome del colón irritable.

Estos problemas suelen aparecer entre lo 30 minutos y 3 o 4 horas tras las comidas.

Diarrea

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Cuando la fructosa no se absorbe, también puede hacer que el intestino libere agua hacia su interior, produciendo diarreas.

Se trata de otro síntoma común, descrito en el 42,3% de los pacientes que se hicieron el diagnóstico del trabajo de la SAPD.

Náuseas y vómitos

vómito náuseas

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Estreñimiento, náuseas o vómitos son otros de los síntomas digestivos "más comunes" señalados por la doctora García Arredondo.

Estos efectos pueden deberse a la presencia de un tipo de flora intestinal que genera el gas metano, según información del laboratorio farmacéutico Cinfa.

Dolor de cabeza y fatiga

fatiga, cansancio

Como los nutrientes de los alimentos que contienen fructosa no se convierten en energía, esto puede traducirse en una sensación constante de fatiga y debilidad. De ahí que "en ocasiones, algunos pacientes también pueden notar dolor de cabeza y cansancio generalizado", puntualiza Luna.

Un estudio elaborado por la Fundación Migraña y la Sociedad Andaluza para el Estudio de las Enfermedades por Alimentos (SAEIA) en 2009 revela que hasta un 90% de las migrañas podría deberse a un trastorno alimentario.

 Llagas y úlceras en la lengua

Chica mirándose en el espejo la boca.

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Una infección viral, estrés o cambios hormonales pueden causar llagas en la boca. Tras una úlcera bucal incluso podría esconderse un diagnóstico de cáncer. 

Son además un síntoma no digestivo de alergias o reacción a los alimentos, incluyendo la intolerancia a la fructosa.

Problemas de concentración y alteración del estado anímico

procrastinar, distracción, pereza

En palabras de García Arredondo una intolerancia a la fructosa puede conllevar disminución de la capacidad de concentración y atención o alteración del estado anímico.

Como pone en evidencia un pequeño estudio de 2001, la malabsorción de fructosa puede desempeñar un papel en el desarrollo del estado de ánimo depresivo, sobre todo en mujeres.

Entre las posibles causas, una concentración intestinal elevada de fructosa parece interferir con el metabolismo del L-triptófano, y reducir la disponibilidad de triptófano para la biosíntesis de serotonina, neurotransmisor vinculado a un mejor estado de ánimo.

Sensación de frío

Un hombre pasando frío en casa

Algunos nutrientes pueden quedar "enmascarados" dentro de las moléculas de fructosa y ser desechados, como puede ocurrir con el hierro, según el gastroenterólogo Steven Batash.

Lo que podría conducir a una deficiencia de hierro si no se detecta. Aunque uno de los signos más comunes es un cansancio inusual, también puede manifestarse con manos y pies fríos, otro de los síntomas enumerados por García Arredondo.

Afecciones dermatológicas

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Aunque no muy frecuentes, los "picores en la piel, sequedad o distintos tipos de dermatitis", son un síntoma que puede aparecer como consecuencia de una intolerancia a la fructosa, según García Arredondo. 

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