Llegados a los 50 es normal que te preguntes “¿Cómo puedo mejorar mis hábitos de salud?” A medida que te acercas a la edad madura no sorprende que te preocupes más por encontrarte bien. No solo es porque ya hicieron aparición las primeras arrugas o canas. Quizá notas que tu cuerpo no responde igual o que ya no duermes a pierna suelta como antes. 

Lo idóneo, recomiendan los especialistas, es empezar con objetivos alcanzables. Por ejemplo, en lugar de establecer la meta de bajar 5 kilos de golpe fija algunas metas más pequeñas para comer mejor y mantenerse más activo. Puedes cambiar tu tostada mañanera por un plato de cereales integrales o subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor en el trabajo.

Si quieres llegar a la vejez sintiéndote joven aquí algunos consejos indispensables para lograrlo.

Vigila tu peso

El exceso de peso aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes e hipertensión, además de algunos tipos de cáncer. También hace que estés menos ágil, lo que a partir de cierta edad cuenta y mucho.

El metabolismo empieza a ralentizarse a partir de los 60 años. Esto significa que tu cuerpo quemará calorías a un ritmo más lento haciendo más fácil que ganes peso. Los cambios generados por la menopausia hacen que las mujeres a partir de los 50 tiendan a experimentar un incremento de grasa abdominal. 

Puedes llegar a tu peso saludable y permanecer allí haciendo 3 cosas: vigilando el tamaño de las porciones, alimentándote bien y estando físicamente activo.

Come mejor que nunca

Según el Instituto Estadounidense de Envejecimiento comer bien se hace más importante que nunca a partir de los 50. No solo la dieta es clave en la longevidad y la protección de enfermedades. Además ayudará frente a cambios y problemas de la edad.

Con los años es se da una pérdida de masa muscular. Los huesos también pueden debilatarse, como el sistema inmunológico. Por lo  que es necesario cuidar la ingesta de proteínas, calcio, folatos, vitamina D, potasio o fibra entre otros nutrientes.

Para obtenerlos céntrate en los principales grupos de alimentos: frutas, verduras, proteínas, lácteos y cereales integrales.

Muévete

Nunca se es demasiado mayor para volver a estar en forma. Y hacerlo a partir de los 50 es el camino directo para envejecer con salud, e incluso añadir años extra a tu vida. El ejercicio fortalece, mejora el ánimo y ayuda a prevenir enfermedades crónicas. 

Si no has estado activo en mucho tiempo mejor empieza despacio.Lo adecuado para no desfallecer alguna actividad física que te agrade. Quizá probar algo nuevo sea más motivador.

El baile, la natación o montar en bici puede ser divertido y pedirle a un amigo que te acompañe tiene el extra de convertir la tarea en una actividad social.

Prepárate para los cambios que trae la menopausia

Es importante saber que las mujeres están en mayor riesgo que antes de la menopausia de desarrollar algunas enfermedades, como osteoporosis o problemas cardiovasculares debido al decrecimiento de estrógenos.

Además este periodo puede traer consigo cambios molestos, desde los sofocos a insomnio, problemas de memoria o peor salud mental. Puede ser bueno hablar con un especialista médico para que estos problemas tengan el menor impacto en tu vida.

No descuides amigos o familiares

El aislamiento y la soledad pueden afectar a la salud mental. También a la física. Estar solo es tan mortal como fumar 15 cigarrillos al día.  El aislamiento social se vincula a un incremento del riesgo de padecer demencia, enfermedad cardíaca y de accidente cerebrovascular. 

En cambio mantener relaciones estrechas es esencial para evitar el alzhéimer y mantener la memoria, según el reputado neurocientífico Richard Restak. También tiene efectos positivos en la salud general.

Duerme bien

Procurarse un buen descanso es vital a cualquier edad, pero las consecuencias de no hacerlo pueden ser incluso peores a partir de los 50.

Pasada la mediana edad la falta de sueño se relaciona con enfermedades como el alzhéimer o problemas del corazón. También con un envejecimiento acelerado. Las consecuencias para la salud a largo plazo de dormir mal incluyen presión arterial alta, aumento de peso, ictus, ataque cardíaco, diabetes, problemas de memoria e incluso un mayor riesgo de muerte.

Con la edad el sueño se vuelve más ligero. Entre otras cosas porque los niveles de melatonina, hormona que favorece la somnolencia, disminuye a medida que se envejece. Es probable que los achaques entorpezcan un descanso como es debido.

Si es así, lo adecuado es hablar con un especialista con el objetivo de que nada altere las horas de sueño necesarias para una salud óptima.

Toca ponerse serio con revisiones médicas y vacunas

Un análisis de sangre, medir tu colesterol o conocer tu índice corporal de masa (IMC), son pruebas médicas que deberías hacerte con regularidad sobre todo pasados los 50.

Vigilar la próstata, acudir a mamografías y realizarse colonoscopias son pruebas médicas que no deberías saltarte. Y una vez pasados los 60 tampoco te irá mal recibir la vacuna conjunta de gripe y COVID-19 con la que evitar casos graves.