Los científicos españoles que prometen retrasar el envejecimiento a través de unas supervitaminas

La eterna juventud ha sido a lo largo de la historia de la humanidad una deseada utopía. Sin embargo, una larga y sana vida, o lo que es lo mismo, retrasar el envejecimiento, sí parece ser un objetivo no solo real, sino cada vez más cercano.

Tanto es así que las personas más poderosas del mundo llevan tiempo obsesionadas con esta idea. Desde Jeff Bezos, inversor de una startup biotecnológica para la recuperación de las células, hasta Larry Page con Calico Labs donde investiga el envejecimiento y el desarrollo de medicamentos para combatir las enfermedades relacionadas con la edad.

No obstante, puede que la respuesta este mucho más cerca, a este lado del Atlántico y concretamente en España. Fernando Barrera es el CEO de Circe, una empresa biotecnológica que ha desarrollado un potente ingrediente nutracéutico que ralentiza los efectos del envejecimiento.

Como muchos buenos proyectos, nace de cenas entre académicos y amigos de la infancia. Entonces, Berrera, experto en transferencia de tecnología, dirigía la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la Universidad de las Islas Baleares y junto a Rafel Prohens, experto en Ingeniería de cristales y doctor en química, empezaron a proyectar lo que podían hacer.

"Había una oportunidad de poder aplicar esta tecnología en el mercado y que no se quede en un cajón o en una publicación, sino montar una empresa. Confiábamos en que la tecnología era buena y que tenía interés y viabilidad y hace 10 años di el salto dejando la vida académica", explica.

Así comenzó un camino lleno de piedras para buscar inversión y enfrentarse a las regulaciones pertinentes, pero que por fin ve la luz este año. 

Del laboratorio a la startup: así emprenden los científicos españoles

Ralentizar la aparición de enfermedades

Desde Circe creen que el resto de sus competidores no acaban aportando los beneficios que se observan en el laboratorio. Su producto, pterovita, se basa en el pterostilbeno, un componente que se puede encontrar en el arándano y otro tipo de frutas. En Estados Unidos se comercializa desde hace tiempo en suplementos, "el problema es que se absorbe muy mal en el cuerpo, con lo cual la eficiencia que tiene es pequeña", aclara. 

"En laboratorios ha dado resultados muy buenos, por eso hay mucho interés en él, ya que es un antioxidante muy potente y hemos conseguido tener en sangre la concentración necesaria para que haga esos efectos que hemos observado". 

La clave es el alto contenido antioxidante del pterostilbeno. Como explica el investigador, el envejecimiento, en parte, está relacionado con la acumulación de daño en las células. El cuerpo tiene unos mecanismos naturales para ir regenerándose, pero también va acumulando errores y esto es la base de muchas enfermedades. 

Este producto, en concreto, es activador de las sirtuina, uno de los llamados genes del envejecimiento relacionado con la reparación del ADN, por lo que tiene un gran impacto en la regeneración del daño celular. 

De algún modo, este tipo de enfermedades son síntoma de una enfermedad mayor: el envejecimiento. Por ello, "si en vez de tratar los síntomas, tratamos el origen, tendrá un efecto en todo lo demás a través de optimizar la regeneración de este daño celular, evitándolo o protegiéndolo". 

"Esto no quiere decir que vayamos a evitar las enfermedades", aclara" porque estadísticamente el cuerpo va a acabar de una manera u otra, pero sí intentar retrasar este daño máximo posible". 

Una de las grandes preguntas es cuánto tarda en hacer efecto cuando se empieza a tomar este producto. Berrera señala que ya existen experimentos de lo más esperanzadores. Uno de ellos, en colaboración con la Universidad Valencia. En él, para demostrar la capacidad antioxidante del producto, se somete a ratones a radiación gamma con una dosis letal que supondría la muerte a los dos meses. 

Aplicando este producto se vio una supervivencia del 95% al cabo de un año, siendo capaz de generar ese daño producido por la radiación. 

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Del laboratorio al mercado

Una de las cosas más complejas de este proyecto, según el CEO, ha sido pasar la barrera de la investigación a la comercialización. "Es un hito importante en la empresa. Había inversores a los que les interesaba mucho la tecnología que teníamos, pero nos decían: tenéis que demostrar que sois una empresa y es fundamental que paséis a tener un producto, lo cual es muy complicado", reconoce.

"Hace falta mucho dinero. Los procesos de desarrollo son muy largos y el tema regulatorio, al ser un producto que está relacionado con la salud y que se tiene que ingerir, son muy complejos y es una barrera de entrada muy elevada". 

Por ello sabe que ha sido clave identificar el mercado y lanzarse primero en Estados Unidos en un sector, relacionado con las farmacéuticas, que es muy competitivo y algo ambiguo. 

Empezar por Norteamérica es más fácil por la mayor implantación del pterostilbeno y a la reciente aprobación de una evaluación SELF-GRASS. Esta certificación implica que un comité de expertos, evalúa el producto, lo reconoce como seguro y esto ofrece una entrada directa al mercado. 

"Ya hemos tenido contacto con algunas empresas y están interesadas, sobre todo las que se dedican a hacer suplementos. Es un producto que suena muy jugoso, porque al final es un mercado en el que todo el mundo está interesado, el envejecer bien, teniendo en cuenta la sociedad hacia la que vamos". 

Ese interés, comenta Barrera, está en crecimiento también entre los Gobiernos: "Es un problema socioeconómico. Varios estudios indican que la industria del envejecimiento será la más grande de la historia. La población cada vez vive más tiempo, pero en gran parte sufre enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento cardiovascular, la aparición de cáncer o diabetes, entre otros".

"En las sociedades más desarrolladas las personas viven cada vez más, pero enferman, y eso es un gasto sanitario importante. Además, los sistemas de pensiones no estaban pensados para esto y al final se ven venir que habrá que trabajar más años. Eso requiere que la gente esté sana. Por eso hay mucho interés no tanto en alargar la vida, sino las condiciones de salud", aclara. 

De Estados Unidos a Europa

El lanzamiento será primero en Estados Unidos, ya que allí el pterostilbeno ya se comercializa. En Europa, en cambio, se trata de novel food, porque aunque está presente en algunas frutas, como producto estratopurificado no se había comercializado antes de 1997 y debe seguir un proceso de toxicología que aún no se ha hecho, aunque desde Circe están empezando el proceso.

"Sí se pueden encontrar este tipo de productos en el mercado, pero no se debería. Nosotros queremos hacer las cosas bien y por ello tenemos este retraso aquí que puede ser de entre 2 o 3 años", comenta Barrera. 

Por ello esperan entrar primero al mercado europeo por el sector de la cosmética. "En este campo también hemos obtenido buenos resultados en antienvejecimiento y podríamos lanzar productos a final de año". 

La investigación ha durado 10 años, pero entra en el mercado pisando fuerte y con proyección de lanzar más productos en 2024 tras cerrar una ronda de financiación de 1,7 millones de euros. 

"Tenemos cristales de varios productos mejorados. Es muy caro desarrollarlos a escala industrial con todos los procesos regulatorios controlados, por eso la idea es hacerlo de manera segmentada y que al final de año haya un segundo producto", adelanta.

Barrera habla de una molécula que se usa para bajar el colesterol con resultados muy buenos y de vitaminas relacionadas con las enfermedades neurodegenerativas.