Aceite, azúcar, patatas, arroz y mermeladas: estos son los productos que incendian la cesta de la compra en 2023

Es ir al supermercado y toparse con que los precios han vuelto a subir. Da igual que la inflación general se haya ido moderando: hay una serie de productos que continúan incendiando la cesta de la compra mes tras mes.

Aceite, azúcar, patata, arroz o mermeladas son algunos de los productos cuyo precio no ha dejado de subir desde que comenzó 2023, y que lo hace a tasas superiores al 20% cada mes, según los últimos datos del Índice de Precios al Consumo (IPC).

En 2021 y 2022 fue el precio de la la luz el que inflamaba el bolsillo. Ahora, en cambio, son los alimentos y la gasolina los que disparan precios y explican el repunte de la inflación en septiembre.

La inflación volvió a subir en septiembre con un repunte del 3,5%, el dato más alto registrado en 5 meses, desde abril. El dato de septiembre se trata de un aumento de casi un punto (nueve décimas) respecto a agosto, cuando los precios subieron un 2,6%, y todo por el encarecimiento de los combustibles y los alimentos. Concretamente, la gasolina se disparó un 15,8%, mientras que los alimentos subieron un 10,5%.

El aceite de oliva es el caso más evidente. Desde enero, el aceite viene encareciéndose cada mes un 47% de media, afectado por la dura sequía que se ha traducido en una mala cosecha que ha subido precios. A día de hoy, el precio del aceite de oliva extra se sitúa en torno a los 9 euros, y podría llegar a los 10 durante el otoño.

No es el único. El azúcar se encarece a ritmo del 36,9% cada mes desde enero, las patatas un 25,8% y el arroz un 23,9%. 

Pero también los viajes se cuelan entre los sectores que más se encarecen, por su alta dependencia del petróleo, cuyo precio ha vuelto a subir. Según los cálculos de BBVA Research, el precio del crudo se situará ente 82 y 84 dólares por barril, en promedio, durante 2023 y 2024, respectivamente. Como consecuencia de este repunte, la inflación volverá a sorprender al alza.

La gasolina ha estado subiendo de media cada mes un 21,3%, y al encarecerse ha contagiado al precio de los paquetes turísticos nacionales, que suben un 20,5% de media interanual en los últimos 9 meses.

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Duele en el bolsillo, porque son precisamente productos de primera necesidad los que están marcando máximos, y que de hecho impactan con mayor virulencia en las rentas más bajas, reduciendo el poder de compra de los hogares españoles y haciendo más difícil llegar a final de mes.

También se encarecen otros productos procesados, como los de confitería, cuyo precio se ha estado disparando mes tras mes un 23,6% de media, además de zumos, que suben de media un 23,2% y helados, con aumentos promedios del 21,5% y mermeladas (20%).

La inflación llevaba ya meses descontrolada, consecuencia de la escalada de la energía y por la crisis de suministros. La guerra en Ucrania tensó todavía más la cuerda de precios de la energía, elevando los costes de las empresas, y a día de hoy todavía no está bajo control, pese a los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE) por embridarla subiendo los tipos de interés.

Aún así, atendiendo a los datos, la situación empieza a controlarse, al menos en lo que se refiere a número de productos afectados por las subidas de precio. En septiembre de 2022, hace un año, había 64 productos cuyo precio se encarecía más de un 10% interanual. Ahora esa cifra ha bajado hasta alcanzar a 42 productos.

En 2021, eran principalmente productos energéticos y alimentos no elaborados los que más se encarecían. Precisamente la clase de productos que se excluyen del cálculo a la hora de sacar la inflación subyacente (porque son enormemente volátiles. Su precio sube y baja constantemente influido por factores tan cambiantes como el propio clima). En 2023, en cambio, hay todavía más partidas afectadas.

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 3 razones por las que la inflación vuelve a subir

Fue en unas jornadas celebradas hace unas semanas donde el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, avisaba del repunte de la inflación, y daba 3 razones:

1. Por el encarecimiento de los combustibles. Es lo mismo que ocurrió cuando estalló la guerra de Ucrania: el petróleo empezó a dispararse. En los últimos meses, los precios energéticos habían empezado a moderarse, y eso le había dado una tregua a la inflación, pero ahora ha vuelto a repuntar y el petróleo está en el entorno de los 45 dólares por barril.

2. Depreciación del euro. A mediados de 2022, el euro empezó a desplomarse hasta tocar mínimos no vistos en 20 años, lastrado por los temores a una recesión en el Viejo Continente y al efecto colateral de las subidas de tipos de interés en EEUU (las subidas de tipos apreciaron el dólar respecto al euro).

Que el euro pierda valor frente a otras monedas encarece todavía más las importaciones de petróleo, gas y de otras materias primas denominadas en dólares (el euro era más barato que otras monedas, por lo que había que pagar más euros para comprar bienes de otros países).

Durante 2023 seguirá pesando el efecto inflacionario resultante de la depreciación del euro, y solo a partir de 2025 dominarán los efectos de la apreciación, lo que empujará al alza inflación subyacente al alza en 2023 y 2024.

3. Más costes laborales. Aunque en 2022 fueron los márgenes los que explicaron buena parte de la subida de precios, en 2023 parece que serán los costes laborales. 

"Estamos observando una reducción de la productividad con un incremento salarial por encima del 5%, lo que lleva a un incremento de los costes laborales", observa De Guindos. Este incremento es el que explica que el BCE haya empeorado de hecho sus previsiones sobre la inflación.