Me he contagiado de viruela del mono en mi primera fiesta del Orgullo en años y he sufrido dolor físico, autodesprecio y estigma: la gente empieza a mirarte de forma diferente

Joel Marino: a la izquierda, disfrutando del sol a principios de julio, antes de que aparecieran los síntomas de la viruela del mono; a la derecha: una lesión de viruela del mono.
Joel Marino: a la izquierda, disfrutando del sol a principios de julio, antes de que aparecieran los síntomas de la viruela del mono; a la derecha: una lesión de viruela del mono.

Cortesía de Joel Marino

ENSAYO

Pasé la mayor parte del mes de junio aislado con COVID-19, una enfermedad que había conseguido evitar hasta este verano. De manera frustrante, como hombre gay declarado, el diagnóstico significó pasar casi todo el Mes del Orgullo solo, paseando por mi apartamento de Nueva York [EEUU]. Cancelé los planes con amigos y me quedé en casa.

Se suponía que este sería el año en el que nada se interpondría en mi camino. El inicio de la pandemia en 2020 y la oleada de delta en 2021 habían echado por tierra 2 celebraciones del Orgullo; no quería perderme una tercera.

Así que una vez que mi semana de fiebre, fatiga y escalofríos quedó atrás, y mi prueba de covid fue negativa durante 3 días seguidos, me dirigí a una fiesta de baile queer en Manhattan el último domingo de junio.

Fue una noche fantástica. Por fin, después de tantos meses de ser cuidadoso, de vacunarme y ponerme la dosis de refuerzo, y de tomar las precauciones necesarias contra la pandemia (lo que, honestamente, significó menos citas), pude volver a tocar a extraños y pudimos disfrutarlo. Bailé, besé y conquisté. Conocí a alguien y nos preguntamos tímidamente: "¿Tu casa o la mía?".

La viruela del mono parece algo que le ocurre a otras personas... hasta que no es así

Lesiones de viruela del mono visibles cerca de la línea del cabello.
Lesiones de viruela del mono visibles cerca de la línea del cabello.

Joel Marino

Entonces no se hablaba mucho de la viruela del mono en el club. La gente lo mencionaba brevemente, aunque fuera para reírse de su mal nombre, pero seguía pareciendo algo que le ocurría a otras personas, en otro lugar

Mi madre, que ya estaba preocupada por mi recuperación de COVID-19, me había enviado un mensaje de texto y me había sugerido que tal vez debería vacunarme con Jynneos, pero en aquel momento apenas había vacunas contra la viruela del mono en la ciudad. 

Era muy difícil conseguir una cita, la gente solía esperar horas y horas bajo un sol abrasador y yo solo pensaba: "¿Qué posibilidades hay, realmente, de contagiarse de esta cosa?". Todavía no había oído hablar de nadie que hubiera cogido la viruela del mono en mi círculo social, ni siquiera en las redes sociales.

Señales de que tienes la viruela del mono y no lo sabes: síntomas de un caso sospechoso, probable, confirmado o negativo

Pasé una semana sintiéndome bien después de la fiesta, reconectando con amigos después de mi infección por covid y empapándome del verano. 

Entonces, unos 9 días después del baile, empecé a sentir un extraño picor en la parte posterior de la garganta. El cosquilleo se convirtió en hinchazón durante los días siguientes. Fui a urgencias. Nadie mencionó la viruela del mono. No estaba en mi mente, ni en la de nadie. Me hicieron pruebas de estreptococos, sífilis y otras enfermedades. Nada resultó positivo.

Mi viruela del mono apareció de la noche a la mañana

Conté al menos 25 lesiones en mi cuerpo, incluyendo la cara, los brazos, las piernas, los glúteos y la boca.
Conté al menos 25 lesiones en mi cuerpo, incluyendo la cara, los brazos, las piernas, los glúteos y la boca.

Joel Marino

El domingo, 2 semanas después de la fiesta, me desperté y de repente me di cuenta de que tenía la garganta tan hinchada que no podía tragar bien. No podía hablar. Me apresuré a mirarme al espejo y, para mi horror, mi cuerpo estaba cubierto de pequeños granos y ampollas. Habían surgido durante la noche como un montón de picaduras de mosquito. 

Tenía pequeños granos rojos por todo el cuerpo: conté más de 2 docenas en la cara, las manos, los brazos, las piernas, el abdomen y el trasero. Supe al instante que había cogido la viruela del mono. El periodo de incubación coincidía perfectamente con la fiesta de baile.

¿Dónde puedes contagiarte con la viruela del mono? 6 lugares que tienen un mayor riesgo de infección

El diagnóstico de viruela del mono fue mucho más duro para mí que el de COVID-19, no solo físicamente (las lesiones eran tan dolorosas que a veces ni siquiera podía sentarme o tumbarme); mental y espiritualmente, la enfermedad también me pasó factura.

El covid no me hizo el mismo daño emocional. La enfermedad se ha estudiado intensamente durante más de 2 años, hay vacunas, vacunas de refuerzo y tratamientos disponibles, y además sabía lo que podía esperar. Tengo muchos amigos que han compartido lo que se siente al contraer el COVID-19, por lo que mi pérdida de olfato y gusto no fue una sorpresa, y afortunadamente los Estados Unidos tienen ahora una abundante oferta de pruebas gratuitas para confirmar el diagnóstico.

14 errores que cometes al hacer un test de antígenos por los que puede no servir de nada (y cuándo es mejor realizar una PCR)

Sobrevivir a la viruela del mono supuso enfrentarse a pensamientos homófobos interiorizados que no había reconocido en años

Sentí la viruela del mono como mi castigo por ser un hombre gay orgulloso de serlo. Habiendo crecido en una familia cristiana fundamentalista, hijo de un ministro pentecostal, me encontré con que pensamientos que había abandonado hace tiempo volvían a aparecer en mis sueños febriles.

Mientras sudaba a través de las sábanas y mi temperatura subía a 104 grados Fahrenheit [40 °C], consideré brevemente la posibilidad de ir al hospital, pero me preocupaba poner en riesgo a otros o quedarme atrapado en el hospital durante días, y finalmente pensé: "Bueno, acabo de superar el COVID-19 por mí mismo. También puedo superar la viruela del mono yo solo".

9 cosas que tienes que hacer si te contagias con la viruela del mono (o si eres un contacto estrecho)

Estar solo en casa con viruela del mono me dio mucho tiempo para pensar, pensar demasiado y diseccionar mis propios pensamientos sobre el diagnóstico: "¿Es esto un castigo de Dios? ¿Me ha pasado factura mi falta de interés?¿He sido demasiado hedonista y esta es la forma cruel que tiene el universo de decírmelo?".

Volvieron a surgir ideas sobre la homosexualidad con las que no había luchado desde que mi padre me sometió a una única sesión de "terapia reparadora" a los 19 años. 

No era el único que las tenía.  

Mucha gente ha estado vomitando una retórica desagradable, tanto clara como codificada, sobre las formas en que las personas se están contagiando de la viruela del mono, sugiriendo que el contagio de la viruela del mono a los niños es algo depredador y pedófilo, o incluso simplemente que la enfermedad no es de su incumbencia. 

Los comentarios de Marjorie Taylor Greene [política del Partido Republicano estadounidense, miembro de la Cámara de Representantes de EEUU] de que la viruela del mono "no es una amenaza" para "la mayoría de la población" fueron probablemente algunos de los que más me molestaron: la clásica exclusión de los homosexuales, muy similar a lo que ocurrió durante la crisis del SIDA cuando yo era un niño. Es doloroso ver que la gente sigue reaccionando así cuando los gays enferman.

Ver episodios de RuPaul's Drag Race y Love, Victor mientras me recuperaba me ayudó mucho a contrarrestar los pensamientos apocalípticos y religiosos que rondaban por mi cabeza. "Oye, no pasa nada por ser gay, Joel", me dije. "Sigue recordando eso".

"RuPaul's Drag Race" fue mi bálsamo para la homofobia interiorizada.
"RuPaul's Drag Race" fue mi bálsamo para la homofobia interiorizada.

VH1

Mis compañeros me enviaron pintas de helado como regalo de bienvenida y el frío me ayudó mucho con la hinchazón de la garganta (también lo hicieron las gárgaras de agua salada, aunque al principio eran demasiado dolorosas).

Mis cicatrices, tanto las físicas como las emocionales, aún están cicatrizando

Mientras me recupero de la viruela del mono, he pasado tiempo visitando a mi familia, y es agradable estar en persona con la gente que quiero después de haber pasado tanto tiempo solo, enfermo y aislado este verano. Pero hay cosas que no mencionamos. 

No les he señalado las cicatrices de viruela del mono que aún están curándose en mi cuerpo, la nueva piel rosada que ha quedado donde las lesiones se han desprendido. Reconocer las cicatrices sería reconocer mi homosexualidad delante de ellos. Eso ya no se hace.

 

Salí del armario con mi familia cuando era adolescente y, después de muchos años conflictivos en la veintena, hemos llegado a un punto en el que nadie quiere hablar de mi homosexualidad. Es demasiado molesto para todos, incluso para mí. Ver las cicatrices visibles de mi infección mientras escribo en mi ordenador me hace preguntarme: "¿Es esto algo que tengo que abordar?"

El aspecto de mi pulgar el 13 de julio, a la izquierda, y el 21 de julio, a la derecha. También tenía otras lesiones en la pierna, el torso y la nariz [a las que bautizó con diferentes nombres].
El aspecto de mi pulgar el 13 de julio, a la izquierda, y el 21 de julio, a la derecha. También tenía otras lesiones en la pierna, el torso y la nariz [a las que bautizó con diferentes nombres].

Joel Marino

Una vez que tienes viruela del mono, la gente empieza a mirarte de forma diferente. Muchos de mis amigos me han preguntado alguna versión de "¿Cómo ha pasado eso?" con la ceja levantada, que es algo que nadie se preguntaba sobre mi diagnóstico de COVID-19.

Ahora les digo a todos mis amigos homosexuales: "Por favor, vacúnate en cuanto puedas". Algunos lo han hecho, otros dicen "tengo cuidado" o "estoy en una relación", lo que sugiere que no están preocupados por infectarse todavía.

La gente tiene que darse cuenta de que la viruela del mono afecta a personas que conocen y quieren. Y no es un castigo por ninguna falta moral.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.