Dudas tras la tormenta perfecta: preguntas y respuestas del presente y el futuro de las telecos en España y Europa

Tormenta perfecta de las telecos

BI España (Getty)

  • La venta de Vodafone España a Zegona y la nueva estrategia que presentará Telefónica son signos inequívocos de que el sector de las telecos se enfrenta a una tormenta perfecta.
  • Abundan las dudas, especialmente en torno a la respuesta regulatoria europea, el cambio en el modelo de negocio y la protección de una industria considerada estratégica.

El sector de las telecomunicaciones llevaba un tiempo lanzando mensajes de alerta sobre la llegada de una situación muy complicada. Ese momento ya ha llegado, y sí: es la tormenta perfecta.

Vodafone ha provocado que tiemblen los cimientos de la industria al vender su filial española a la británica Zegona por 5.000 millones de euros en el que es el movimiento más importante en un mayorista en las últimas dos décadas. 

El Gobierno todavía tiene que autorizar la operación, pero muchas de las consecuencias aún están por verse, desde el futuro impredecible para sus más de 3.000 empleados, hasta una más que probable guerra de precios en la que su marca low cost Lowi será la gran punta de lanza, pasando por los planes para retomar la fusión con MásMóvil si Orange fracasa.

Este terremoto coincide la semana más importante para Telefónica en mucho tiempo, ya que el operador celebrará este miércoles 8 de noviembre su 'Día del Inversor', una jornada que no tenía lugar desde hace 11 años. Telefónica presentará su plan estratégico para el periodo que va desde 2023 hasta 2026, y que ha bautizado con el nombre de GPS, puesto que —según marcan las siglas en inglés— se centrará en crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad.

La teleco llega a esta fecha señalada en su calendario con una lista de deberes pendientes en forma de incógnitas que los mercados ansían ver solventadas, empezando por aclarar qué sucede con la compra del 9,9% de sus acciones por parte de la saudí STC, que el Estado español también tiene pendiente aprobar o rechazar.

No te extrañe si ante la que está cayendo te surgen un montón de preguntas como las siguientes.

8 hitos que explican el terremoto en las telecos y que han desembocado en la entrada de Arabia Saudí en Telefónica

¿Por qué las telecos se han lanzado a vender activos?

Antena de telefonía.
Antena de telefonía.

Hasta hace muy poco compañías como Vodafone y Telefónica eran quienes protagonizaban las compras en el mercado español, pero no vendían sus activos. Eso está cambiando por varias causas. No se trata solo de la venta de Vodafone España a Zegona ni la compra del 9,9% de Telefónica por parte de STC, sino que los operadores han comenzado a deshacerse también de otros activos como las torres de telecomunicaciones.

En 2021, Telefónica vendió su división de torres de Telxius a la estadounidense American Towers por 7.700 millones de euros, incluyendo la infraestructura de sus grandes mercados europeos como España y Alemania pero también de América Latina (Brasil, Perú, Chile y Argentina).

Hace solo unos días, Virgin Media O2, la sociedad que comparten Telefónica con Liberty Global desde el 2020 —en la que se mantiene como su mayor operación corporativa hasta el momento—, vendieron también el 16,67% de su negocio de torres en el Reino Unido al fondo británico de infraestructuras GLIL, como recoge Expansión.

La principal razón de las ventas de activos de los operadores españoles es el momento complicado a nivel económico que afecta en mayor o menor medida a todas las empresas de telecomunicaciones de España. Aunque Telefónica ha seguido creciendo en ingresos en los últimos años, el precio de sus acciones ha caído a mínimos históricos (por debajo de los 4 euros, frente a los 8 euros de finales de 2018, y superando solo los niveles de pandemia).

Telefónica también ha tenido que encontrar soluciones para afrontar un importante problema de deuda, que mejora progresivamente en sus últimos resultados, pero que le está costando doblegar.

Peor aún es el caso de Vodafone. La filial de la británica en España estaba experimentando una situación económica insostenible en España, con una caída de ingresos en el último trimestre de 2022 que llegó al 9,8% y que se ha moderado ligeramente pero no se ha enderezado desde entonces.

Vodafone España ingresó 4.537 millones de euros durante el año pasado, lejos de las cifras de su mejor año, 2016, en el que llegó a facturar más de 5.800 millones de euros solo en nuestro país.

¿Por qué han comenzado a moverse las piezas de cara a la concentración del sector?

Eamonn O'Hare, presidente y consejero delegado de Zegona.
Eamonn O'Hare, presidente y consejero delegado de Zegona.

Zegona

Los últimos cambios en el sector de las telecomunicaciones no tienden hacia un mercado más fragmentado sino todo lo contrario, con cada vez una mayor concentración.

De hecho, grandes operadores como Telefónica y Orange se han mostrado partidarios en declaraciones recientes de una reducción en el número de operadores que hay actualmente en Europa.

El ejemplo que citan para justificarlo es recurrente: mientras que en Europa se calcula que hay unos 100 operadores para una población de 500 millones de personas, cada vez es más difícil competir con mercados como China y Estados Unidos en igualdad de condiciones, ya que solo en el país norteamericano viven 300 millones de personas y únicamente compiten 3 operadores.

Las telecos europeas, más fragmentadas, tienen más problemas a la hora de acometer gastos fundamentales para su negocio como el despliegue de las redes de telecomunicaciones, según argumentan.

Este es el tipo de sinergias que defiende Orange, que en España está sumido en el proceso de fusionarse con el cuarto operador, MásMóvil. Todavía necesita recibir el visto bueno —y las potenciales condiciones o remedios— de la Comisión Europea, algo que ya se ha retrasado, pero que confía en que suceda en el primer trimestre de 2024.

¿Por qué está entrando capital extranjero?

Stand de STC en el MWC 2022.
Stand de STC en el MWC 2022.

Reuters

Los casos de Telefónica con STC y Vodafone España tienen otra cosa en común: que los fondos que han entrado en su accionariado son de empresas extranjeras (Arabia Saudí y Reino Unido).

Aunque se trata de casos muy distintos, ambos casos ilustran un contexto en el que las telecos europeas, otrora las más importantes del mundo, están en decadencia con respecto al resto del mundo y a los mercados más grandes como América del Norte y Asia.

No es una cuestión exclusiva de operadores como Telefónica y Vodafone, sino que sucede lo mismo los grandes operadores europeos como la finlandesa Nokia y la sueca Ericsson. Ambas empresas han emprendido sendas rondas de despidos en los últimos meses, con 14.000 y 8.500 trabajadores afectados respectivamente, para garantizar su futuro pese al mal momento que afrontan todos los eslabones que componen el sector.

Y no solo Estados Unidos y China se aprovechan esta situación frente a Europa, sino que en los últimos tiempos han entrado en juego también otros actores que compiten con el G7 como los BRICS, es decir, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a los que ahora se ha invitado también otros como Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, los Emiratos Árabes e Irán.

Movimientos como la entrada de la saudí STC en Telefónica suponen una apuesta para que el país asiático tenga un futuro más allá del petróleo, pero también tienen la lectura geopolítica negativa de que la posición europea pasa a tambalearse frente al resto del mundo, como destacan los expertos.

¿Qué piden las telecos a las administraciones?

Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior.
Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior.

Reuters

Ante esta situación, las telecos han reactivado e incluso acelerado varias de sus peticiones históricas a las administraciones para que la regulación les permita recuperarse de la presente situación complicada.

Sin duda la gran petición de las compañías a los Gobiernos europeos es la propuesta del conocido como reparto justo o fair share, es decir, que las grandes tecnológicas como Netflix, Google, Meta o TikTok tengan que contribuir y abonar una parte de los gastos de la red.

Los 20 mayores operadores europeos han coordinado su postura, condensada en una carta abierta enviada al Parlamento Europeo a principios de octubre. En ella denuncian que unos pocos servicios acaparan más de la mitad del ancho de banda de las redes móviles y de fibra que ellos costean, y que además el tráfico aumenta un 20 o 30% cada año.

Por ello piden que el gasto del despliegue de redes como el 5G o la fibra óptica FTTH, las principales, pero no las únicas revoluciones en las que están inmersos, sea compartido al menos en parte por las plataformas que en momentos de pico llegan a suponer más del 5% del tráfico total de los proveedores de Internet.

Ahora le toca a la Comisión Europea analizar con detenimiento la propuesta, aunque Bruselas ya ha dado señales iniciales de estar dispuesta a dar la razón a las telecos, pero en cualquier caso estaríamos ante un proceso largo que no se resolvería hasta después de las elecciones al Parlamento Europeo de 2024.

En el caso de España, seguramente la petición más repetida de las telecos de nuestro país pasa porque el futuro Gobierno aclare su postura sobre los proveedores de equipo de telecomunicaciones que considera como de riesgo, en especial tras las decisiones contra Huawei y ZTE en otras partes del mundo.

Tras el veto de Estados Unidos, la Comisión Europea ha dado pasos en la misma línea y el pasado mes de junio tomó la decisión de ratificar el veto en los servicios comunitarios, pero España ha aplazado sistemáticamente adoptar una resolución para los servicios de la Administración de nuestro país.

En su lugar, la postura española es un tanto confusa, ya que Huawei sigue sin estar oficialmente prohibido, pero operadores como Telefónica ya lo han retirado motu proprio de su core

También se ha decidido apartar a los operadores con redes de Huawei de las ayudas para el 5G rural, aunque esto puede tener efectos adversos y la propia empresa china lo ha llevado a los tribunales por considerarlo una decisión "contraria a Derecho y desproporcionada" al haberse tomado antes de publicarse la lista de proveedores de riesgo.

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