¿Renta fija o renta variable? En qué invertir en 2024

Invertir en bolsa.

REUTERS/Amanda Perobelli

  • Los analistas son mucho más optimistas con los mercados en 2024 que con sus perspectivas de hace exactamente un año. 
  • Esto es lo que esperan que pase en la renta variable y la renta fija en los próximos meses.

Los analistas no fueron muy positivos con 2023 y ahora parece que están siendo demasiado optimistas con 2024, teniendo en cuenta que el efecto de los tipos todavía no se ha hecho sentir en la economía real y que los precios —cada vez más cerca del ritmo objetivo— siguen subiendo mes a mes. 

"Será un año donde el temor a la recesión, la inflación, los tipos de interés y los riesgos geopolíticos afectarán a la evolución de los diferentes mercados", vaticina Juan Antonio Belmonte, delegado del Comité de Servicios a Asociados en Murcia de EFPA España.

"De todas formas —basándonos en lo ocurrido en 2023 e incluso en 2022—, 2024 debería de ser un buen año, con volatilidad y con periodos donde unos sectores lo harán mejor que otros", añade. 

Unai Ansejo, cofundador y CEO de Indexa Capital, y Jordi Bellobí, socio de RSM y responsable del área de Servicios de Asesoría Financiera de la firma, creen que la subida de los precios está empezando a estar bajo control. Aunque no pasan por alto la inflación subyacente, que ha estado durante meses creciendo más que el índice de los precios.

"Una de las principales pegas que le veía yo al comportamiento del mercado a futuro era la elevada inflación. Y esto parece que ya está remitiendo. Hasta que nos encontramos la siguiente pega —que ya llegará— no parece que haya algo muy claro que haga que los mercados no vayan bien", comenta Ansejo en una entrevista con Business Insider España.

 

"En España hay una inflación subyacente no menos importante y que hay que planificarla. Pero, en general, la inflación está caminando hacia el objetivo de largo plazo de un 2% que, con una vuelta a la política monetaria, se va a conseguir. Donde puede haber problemas es con los riesgos geopolíticos", señala Bellobí.

Ucrania, Israel e incluso las tensiones en Taiwán podrían influir en la evolución de los mercados en el año. Pero, una vez controlado este riesgo, 2024 parece que va a ser un año más tranquilo de lo que se esperaba hacía tres o cuatro meses. Y si tus inversiones están orientadas al largo plazo, ni siquiera te afectarán significativamente ninguno de estos eventos, añade Ansejo. 

"La realidad es que los temas geopolíticos suelen tener un impacto (siempre que no sea global) muy a corto plazo. Hay muchos ejemplos: Fukushima en 2011, el propio COVID —que no es geopolítico, pero fue puntual y afectó a muchos mercados— o ahora la guerra de Ucrania", ejemplifica. 

"Los hechos que son muy concretos suelen tener un impacto limitado en el tiempo. Lo que más afecta a los mercados son cambios, por ejemplo, de ciclo económico, que suelen venir acompañados de cambios en indicadores como la inflación. Eso afecta mucho porque es muy diferente una economía con tipos de interés al cero, que con tipos de interés al cuatro y medio", explica Ansejo.

 

En un escenario que consideran de desaceleración económica suave, inflación más controlada, pero por encima del objetivo y tipos altos, hay que ser muy selectivos en las inversiones, suma Pilar Barcelona, delegada Territorial del Comité de Servicios a Asociados de EFPA España en Aragón. 

"Llegados a este punto, hay otra cuestión importante a tener en cuenta: en la situación actual del mercado, la recesión también aporta gasolina al motor alcista. A peor para la economía real, mejor para las bolsas. Y ahora mismo lo que dispara las cotizaciones son las buenas cifras de inflación o cualquier dato que señale en esa dirección", aporta Víctor Alvargonzález, director de Nextep Finance.

Renta variable, con más oportunidades en 2024 que en 2023

Si a mediados de 2023, cuando ya se hablaba de una recesión en varios países de la zona euro, le hubieran dicho a los inversores que el año acabaría con un rally en bolsa, ni los más optimistas se lo habrían creído. Y eso que todavía suenan campanas de "lo peor está por llegar"...

"Es muy peligroso basarse en lo que ha ocurrido en el pasado, pero es un instrumento a tener en cuenta. Y nada es más favorable que haya un rally de fin de año. Según Bank of America, diciembre es estacionalmente el mes más fuerte. Incluso tras un noviembre positivo —como ha sido el caso—, diciembre fue positivo en el 66% de las ocasiones", cuenta Alvargonzález.

"Para las empresas va a ser un año un tanto anodino. No va a haber crecimiento económico, pero tampoco va a haber una caída de la economía que haga que se multipliquen los concursos. Este dato nos lo dan las dos crisis anteriores. El incremento de los conflictos se produce en función de esas caídas importantes durante un tiempo sostenido", explica Luis Martín, socio de Abencys.

En este escenario, valora Elizabeth Wakefield, asesora financiera independiente, la renta variable podría presentar más oportunidades que las que se vieron el año pasado. No obstante, sugiere Belmonte, se tienen que seguir las inversiones muy de cerca, ser muy selectivos y, dependiendo de cómo vayan evolucionando los acontecimientos, adaptarse lo más rápidamente a las variaciones.

Alvagonzález cree que los tipos marcarán el ritmo al que se animan los mercados. 

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"Evidentemente, la FED y el BCE siguen mandando mensajes para asustar al mercado de los bonos y que las condiciones crediticias no se relajen ni demasiado despacio ni demasiado rápido. Pero saben mejor que nadie que, si la inflación sigue bajando, no podrán mantener estos tipos de interés mucho tiempo. Y los mercados son muy agradecidos: basta que bajen un poco para animarse mucho".

"Cuanto más bajen los tipos de interés de los bonos —y, por lo tanto, suba el precio—, mejor para la renta variable. Solo tienen que ver lo mal que le sentó a la bolsa cuando los tipos subieron. Pues ahora es justo lo contrario. Y, de momento, la correlación de la bolsa con el precio de los bonos es claramente positiva. No tiene por qué ser siempre así, pero ahora mismo lo es", añade el experto. 

Luego, queda otro surtidor de gasolina muy importante, que es la liquidez. 

"Estamos hablando de ese dinero que está en cuentas corrientes, depósitos, fondos monetarios o Letras del Tesoro. Ese surtidor pocas veces ha estado tan lleno como ahora. Pero no significa que el mercado bursátil pueda aprovecharlo en breve. Podrá hacerlo cuando bajen los tipos de interés y, en paralelo, haya subido la bolsa", explica el socio de Nextep Finance.

Con estos datos, el inversor debería hacer una selección, siguiendo indicadores de calidad

"Tienen que ver qué títulos ofrecen ratios value y EBITDA razonables, un endeudamiento bajo control, un PER justo, una política clara de dividendos y, sobre todo, que tenga un negocio resiliente. Eso es lo que yo creo que hay que encontrar. Y la bolsa tiene empresas que creo que el inversor medio puede identificar y entrar a un precio todavía razonable", argumenta Bellobí.

"Destacaríamos los valores de sólidos balances y elevada rentabilidad por dividendo, evitando compañías con alto endeudamiento y sin capacidad para reducirlo. Las small caps se han quedado atrás y, en la medida que se confirme el escenario que planteamos, podrían ir ganando terreno frente a las large caps, siempre manteniendo ese criterio de calidad", apoya la asesora de EFPA España.

Bienes de consumo básico y de sectores relacionados con la sanidad y la tecnología deberían estar en el foco de la inversión para 2024, según Belmonte. Mientras que Wakefield mira a las tendencias positivas que pueden ser más constantes y no tan volátiles: robótica, inteligencia artificial, innovación, infraestructura, sostenibilidad y ecología, por ejemplo.

Ansejo y Alvargonzález coinciden en que la renta variable es todavía atractiva —aunque ha vuelto a los máximos anteriores y en algunos casos hasta ha superado máximos históricos—, pero seguirá siendo importante en 2024 mantener liquidez en fondos monetarios o fondos de renta fija a corto plazo para aprovechar las correcciones y las oportunidades que ofrezca el mercado en 2024.

Renta fija, sí, pero, ¿durante cuánto tiempo?

Está claro que cuando los tipos de interés están altos, la renta fija cobra cierto atractivo incluso para aquellos que tienen un perfil más arriesgado. 

"Cuando suben los tipos de interés, aumentan las expectativas de rentabilidad a largo plazo de manera automática. En bonos se ve muy claro, porque si antes comprabas un bono que te rentaba un cero, tu rentabilidad esperada era un cero y ahora es un cuatro y medio. Por el camino, podrás tener más o menos, pero si mantienes al vencimiento, tienes el cuatro y medio", comenta Ansejo. 

"Si ahora mismo compras un bono del Tesoro español, te renta un 4,5% al año. Si no cambian los tipos de interés y la curva está plana en el 4,5%, ese año vas a ganar un 4,5% —que ya está bien para la renta fija—. Si los tipos bajan, vas a tener más. Y si los tipos suben, vas a tener menos", añade.

"Si nos hubiera tocado hace dos o tres años, no merecía la pena invertir el dinero en fondos de renta fija o en bonos. Pero ahora se pueden garantizar rentabilidades de más de un 3% sólo por el cupón. Y el precio de los bonos seguiría moviéndose de forma inversamente proporcional al tipo de interés de los mismos", explica Alvargonzález.

Bellobí coincide, pero cree que la variable tiempo es más importante que nunca.

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"Es muy importante escoger bien dónde inviertes. Renta variable, sí, pero depende de la empresa. Renta corporativa, lo mismo. Hay oportunidades de renta corporativa con el repunte de los tipos, pero hay que vigilar más que nunca con qué empresas te estás asociando", advierte el experto. 

En el caso de la deuda corporativa, la elección depende de la situación en la que se encuentre dicha compañía. Si es una empresa bien gestionada financieramente y con un negocio resiliente, Bellobí cree que entonces es un buen momento para comprar su deuda y aprovechar el repunte de los tipos.

Con los bonos del Estado, más o menos lo mismo, pero sin ir más allá de 2024.

"Hay un problema de deuda en el mundo. Hay un exceso de endeudamiento que algún día habrá que corregir. Si es a tres meses, a seis meses, o a un año no pasa nada. Puedes comprar deuda de casi todos, pero no deberías comprarla en bonos a 10 años, o tendrías que mirar un poquito más allá. Eso sí, mejor comprar una Letra del Tesoro a tres meses que nada", dice Bellobí. 

 

Como no se espera que los tipos bajen (al menos no significativamente) este año, Barcelona cree que la renta fija seguirá ofreciendo una rentabilidad atractiva, predominando en el inicio del año duraciones cortas en deuda pública y exposición al crédito corporativo de mayor calidad.

Pueden ser también atractivos productos financieros como las cuentas de ahorro a plazo fijo, aunque el economista Fernando Castelló Sirvent reconoce que todavía las entidades no han transmitido el efecto real de los tipos a estos productos. Lo mismo sucede con los depósitos bancarios, dice Wakefield —que considera esta una estrategia más de ahorro que de inversión—. 

"Se puede tener el colchón en la cuenta corriente, pero tiene la posibilidad de invertirlo en un fondo monetario que está más diversificado y, además, tiene la ventaja de que no tienes que negociar con el banco para que te pague el depósito. Todas las subidas de tipos se recogen en el precio. Ahora, neto de comisiones, está en el 3,65% y es líquido", añade Ansejo.

Con todo, advierten tanto Ansejo como Alvargonzález, si los bonos dan un cuatro y medio, la gente tiene que estar esperando ganar más en bolsa, porque si no todo el mundo estaría en los bonos. 

"Todo esto para decir que la bolsa debería rentar más de un cuatro y medio", dice el directivo de Indexa Capital. "Por eso las expectativas también crecen con las subidas de tipos, tanto en bolsa como en bonos. Se tiene una rentabilidad esperada de un 6% en el perfil agresivo, y también está muy bien".

La cartera de inversión ideal para 2024

2024 puede que no sea el mejor año para invertir, porque tienes tantas opciones y oportunidades que es difícil quedarse con sólo una de ellas. Aunque, como todos los años, los expertos siempre recomiendan invertir mirando en el largo plazo y dejando que las cosas que pasen en el plazo de un año sean una anécdota de toda la estrategia de inversión. 

Bellobí ponderaría una cartera de inversión en 2024 con un poco de liquidez, renta variable europea —incluyendo acciones españolas—, algún bono corporativo de calidad y deuda pública muy bien seleccionada y a corto plazo. 

La asesora de la EFPA España cree que este año podría dividirse la cartera en entre un 40% y un 60% de renta variable, con diversificación global, y preferiblemente a través de fondos de inversión o ETF. Mientras que el porcentaje restante se mantendría en la renta fija, minimizando la exposición al riesgo de la divisa y con los mismos instrumentos de inversión. 

Wakefield, sin embargo, valora que un término medio, equilibrado y balanceado, es la cartera permanente de Harry Browne. En este caso, el inversor tendría un 25% invertido en oro (para protegerse de la inflación), otro 25% en bonos del Estado, un 25% en acciones de crecimiento a largo plazo y otro considerable 25% en liquidez para ir aprovechando las oportunidades del mercado. 

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