España ha vivido la primavera más cálida y la segunda más seca de la serie histórica: la temperatura superó en 1,8 °C el promedio del período de referencia 1991-2020, según los datos de AEMET. Mientras que el verano de 2023 pinta abrasador y tormentoso, con termómetros muy por encima de la media, en Europa el calor también reventó récords en los termómetros este mes de junio.

Desde temperaturas extremas en Italia a tormentas en Hungría o el espeluznante mercurio de España, donde en ciudades como Córdoba, Sevilla y Badajoz los termómetros han alcanzado los 44 °C de máxima. Además, Europa es el continente que más rápido se calienta: el verano pasado lo hizo 2,3 °C por encima del promedio preindustrial, según un informe de la OMM y Copérnico.

Y fuera del viejo continente, México ha encadenado 4 olas de calor con temperaturas de 30 a 50 grados; otra devastadora ola de calor abrasó el sur de China y puso a prueba la red eléctrica, y otra ola de calor en dos estados de la India dejó al menos 170 muertos, tal y como informó Los Angeles Times.  

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las olas de calor como un “periodo inusualmente caliente, seco o húmedo, de día o de noche, que se inicia y termina de forma abrupta, con una duración de al menos 3 días”. Son una de las muchas consecuencias del cambio climático y pueden tener múltiples efectos peligrosos para la salud.

Además de mantenerte permanentemente hidratado y evitar la exposición al sol en las horas centrales del día —especialmente para evitar insolaciones y golpes de calor—, hay algunas formas sorprendentemente creativas de enfrentarte a una ola de calor, recomendadas por el equipo de Euronews.

Ducha fresca a media tarde (o pies en agua helada)

El termómetro sube conforme avanza la jornada, por lo que trabajar o hacer las tareas de casa puede resultar harto difícil por el calor. Para recuperar la concentración y la alerta, refrescarte y mejorar tu estado de ánimo, nada mejor que una ducha fría o fresca a media tarde.

Una alternativa es sumergir tus pies en un barreño con agua helada, o en fin de semana, acudir a la piscina a última hora de la tarde para ponerte a remojo y de paso, nadar y beneficiar a tu salud. 

Ventilador con hielo

Existe un truco viral para convertir tu ventilador en aire acondicionado: llena un bol grande con un montón de cubitos de hielo o bien con un gran bloque de hielo, y ponlo delante del aparato. De este modo, todo el aire que desprenda pasará a través de los cubitos de hielo y te llegue muchísimo más frío.

Además, para que el ambiente se refresque lo ideal es que el ventilador permanezca cerca del suelo, ya que el aire frío permanece abajo mientras que el caliente arriba.

Ventila solamente al amanecer y al anochecer

Cuando haga mucho calor, las ventanas —e incluso persianas y cortinas— deberán permanecer cerradas a cal y canto: de otro modo permitirás que entre el aire caliente, incrementando la sensación de bochorno en la vivienda.

Los momentos más apropiados para ventilar son los de mayor frescor: de madrugada, o al amanecer y al anochecer, consiguiente que un flujo de aire más fresco entre en tu vivienda. 

Para las horas centrales del día, hay un truco extra —compartido en un hilo de Twitter por la directora ejecutiva de Energy UK, Emma Pinchbeck—: poner periódicos o cartón en las ventanas si no tienes persianas, bloqueando la entrada de luz y calor. 

Cocina de madrugada o a primera hora de la mañana

Conviértete en un sigiloso chef nocturno si tienes que cocinar platos que requieran poner el horno, la vitro o la cocina de gas a funcionar. Lo mejor, siempre que puedas, es comer alimentos crudos y frescos durante la ola de calor. Apuesta por las ensaladas y los platos vegetales ricos en agua para rehidratarte.

Recuerda que cualquier foco de calor que pueda ser eliminado, mucho mejor: otra buena idea es secarte siempre el pelo al aire libre.

Infusiones de menta (y rodajas de pepino)

Además de procurar a tu organismo la suficiente agua, puedes apostar por otras bebidas refrescantes como el agua con pepino, o las infusiones de menta: el mentol natural estimula los receptores de frío en el cuerpo. 

Método egipcio para dormir

Lo peor de las noches tropicales —aquellas en las que el termómetro supera los 20 grados— o de las todavía más horripilantes noches ecuatoriales —cuando el mercurio está por encima de los 25 grads— es dormir bien. De hecho, ya hay estudios que confirman que el cambio climático nos está robando horas de sueño.  

Puedes poner en práctica el método egipcio para regular tu temperatura corporal e intentar conciliar el sueño: la clave de esta estrategia reside en utilizar sábanas húmedas y frías en tu cama, de forma que puedas relajarte. Puedes también hacerlo con una toalla alrededor de tu cuerpo. 

Utiliza ropa holgada y ligera

Las fibras naturales como el algodón y el lino hacen que la tela sea más transpirable, y además, no liberan microplásticos al medio ambiente. 

Cuando hace mucho calor, este tipo de tejidos son mejores para absorber el sudor y ayudar a que el aire circule por todo el cuerpo. 

Utiliza gorros para el calor

Puedes utilizar gorros de frío específicos para las migrañas, o en todo caso, cubre bien tu cabeza en las hroras centrales del día.

También existen gorros de refrigeración transpirables que absorben el sudor, e incluso gorras solares, una forma ecológica de refrescarte. Prueba qué tal funcionan estos peculiares inventos.

Empieza a trabajar antes para aprovechar el fresco

Si trabajas de forma remota, o tienes flexibilidad horaria, una buena idea es meterte un buen madrugón, aprovechando así las horas más frescas de la jornada para resolver las ideas más difíciles. La noche y el amanecer también son los momentos idóneos para hacer deporte en verano. 

Haz respiraciones de yoga

Existen 2 respiraciones de yoga ideales para refrescarte cuando hace mucho calor: se llaman sitali y sitkari, y consisten en inhalar el aire lentamente por la boca, a través de la lengua (poniéndola en forma de tubito) o de los diente y expulsarlo lentamente por la nariz.

Estas respiraciones hacen que la temperatura corporal descienda y refrescan el organismo. Además, calman el hambre y la sed, estimulan la digestión, incrementan la producción de saliva y activan el sistema nervioso parasimpático, evitando la ansiedad y el estrés que provocan en muchas personas las altas temperaturas.