Reactivar la vacunación, combatir la tercera ola y conseguir una gestión más transparente: 9 desafíos a los que se enfrenta Carolina Darias, nueva ministra de Sanidad

Ya es oficial. Desde hoy, la nueva ministra de Sanidad es Carolina Darias. Lo confirmó ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Salvador Illa es ya únicamente el candidato del PSC a las elecciones en Cataluña de febrero.

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Eso no quiere decir que Illa ya haya dejado mucho trabajo hecho. Carolina Darias asume una cartera crucial en uno de los momentos más difíciles de la historia democrática de España. La pandemia de coronavirus azota con fuerza en su tercera ola, con la incidencia acumulada disparada y una campaña de vacunación que acaba de comenzar con el firme propósito de inmunizar a la mayoría de la población en solo unos meses.

A los problemas que ponen farmacéuticas como AstraZeneca sobre la distribución de sus dosis en Europa, la aparición de variantes como la británica en suelo español, la tensión política que se vive entre Gobierno central y comunidades autónomas o en el mismo Congreso de los Diputados, hay que sumar también todos los propósitos y promesas que dejaron suscritas PSOE y Unidas Podemos —los socios de la coalición del Gobierno— en el ámbito sanitario.

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En otras palabras: estos son los desafíos que tiene Carolina Darias como nueva ministra de Sanidad, tanto para la pandemia como para más allá.

Reactivar la vacunación para acelerar el ritmo diario

El objetivo prioritario es reactivar la vacunación en toda España y acelerar el ritmo diario para lograr alcanzar la inmunidad de rebaño cuánto antes. 

La campaña ha sido suspendida este fin de semana en algunas comunidades autónomas como País Vasco, Andalucía o Madrid por falta de vacunas, escasez que se ha visto agravada por los retrasos en las entregas anunciados por las farmacéuticas.

Este lunes llegó una nueva remesa de Pfizer con 351.000 dosis, que deberían garantizar la continuidad de la vacunación. 

Por ahora, España se mantiene entre los 10 países que más población han inmunizado tras haber administrado 1,24 millones de dosis. 

A pesar de todo, la campaña avanza a un ritmo más lento del esperado y el ministerio probablemente tendrá que dar cuentas de por qué los objetivos marcados no se cumplen. 

Al inicio de la campaña de vacunación, Salvador Illa aseguró que la inmunidad de rebaño se alcanzaría en verano, mientras que los expertos empiezan a apuntar a 2022 como escenario más probable. 

Hacer frente común con Europa ante las farmacéuticas

Además, España tendrá que posicionarse en el frente que se ha abierto entre la Unión Europea y las farmacéuticas que han anunciado retrasos y reducciones en las entregas de dosis. 

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La última ha sido AstraZeneca, que ha advertido que solo podrá hacer llegar un 40% de lo prometido en el primer trimestre de 2021 a la UE. Esto implica que solo llegarán 31 millones de dosis, y no los 80 millones que esperaba la Unión. 

Los Estados miembros ya han protestado por los anuncios y algunos, como Italia, han asegurado que tomarán medidas. Por su parte, el primer ministro de Letonia ha dicho que los países deberían evaluar la posibilidad de coordinarse para llevar a las compañías a los tribunales si es necesario, según recoge Reuters. 

"Europa invirtió miles de millones para ayudar a desarrollar las primeras vacunas COVID-19 del mundo. Para crear un bien común verdaderamente global", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una reunión virtual del Foro Económico Mundial.

"Y ahora, las empresas deben cumplir. Deben cumplir sus obligaciones", ha añadido.

Por ahora, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha dicho que España apoyará las acciones que la Comisión Europea considere oportuno llevar a cabo para garantizar la entrega de las vacunas contra el coronavirus. 

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Mantener a raya la tercera ola para evitar la saturación del sistema sanitario

El éxito de la vacunación dependerá también de que se pueda mantener a raya el repunte de casos que se está viviendo en toda España. 

La tercera ola viene provocada por las infecciones ocurridas durante las vacaciones navideñas, pero también se empieza a confirmar que la cepa británica anda detrás del pico de contagios. 

Las comunidades autónomas han aumentado las restricciones con cierres de la hostelería casi completos y toques de queda cada vez más tempranos. Algunas están a las puertas del confinamiento domiciliario y, aunque el gobierno ha descartado esa posibilidad, si continúa el aumento de los contagios tendrá que volver a evaluar la estrategia. 

Los expertos advierten de que en este periodo es fundamental vacunar al mayor número de personas posible para evitar la propagación de las nuevas variantes, que son más contagiosas. En el caso de la detectada en Sudáfrica, cuya presencia no ha sido todavía confirmada en España, podría incluso hacer menos eficaces las vacunas. 

Por ello, Sanidad deberá coordinar las labores de vigilancia para detectar cuanto antes posibles casos de esta cepa y, a la vez, acelerar la vacunación para protegerse frente a ella o futuras variantes que pudieran ser más peligrosas. Sanidad ya ha admitido que la variante británica está creciendo "muy rápidamente" en España.

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Mejorar relaciones con la sanidad privada y los farmacéuticos 

Otro de los desafíos de la nueva ministra será gestionar la relación con la sanidad privada, que ha requerido la intervención de un juez  en algunas comunidades autónomas para obtener las vacunas. 

El sector privado está reivindicando que también ellos atienden pacientes de coronavirus, algunos inclusos derivados de la pública, pero que el reparto está siendo poco equitativo. 

En Cataluña, la patronal del sector ACES asegura que solo se ha vacunado a un 5% de los sanitarios de la privada, frente al 50% de la pública.  

Por otro lado, el ministerio también se enfrenta a las críticas que señalan que el plan de vacunación no ha querido contar con los centros privados, lo que podría liberar la presión asistencial que vive la pública, principal golpeada por la tercera ola y que soporta la presión de la vacunación. 

"El plan de vacunación no contempla la colaboración de la sanidad privada. Está funcionando y lo estamos consiguiendo mediante la sanidad pública", ha declarado en ese sentido Salvador Illa. 

Otro colectivo profesional que espera mucho de la nueva ministra es el de los farmacéuticos, con los que el gobierno central mantiene también algunas tensiones desde el inicio de la pandemia por discrepancias sobre el papel que deberían jugar las farmacias. 

"Los farmacéuticos podríamos hacer mucho más para contener la pandemia, y así lo hemos hecho saber a las autoridades sanitarias. Como profesionales esenciales en la Salud Pública, y en primera línea de atención, tenemos una posición de primer orden para tener un papel mucho más activo del que estamos desarrollando", asegura Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Farmacéuticos, en declaraciones a Business Insider España. 

Aguilar asegura que el papel del sector es esencial en plena campaña de vacunación: "La Farmacia Comunitaria tiene una posición inmejorable para informar sobre la necesidad de vacunación - su calidad, seguridad y eficacia-, los colectivos prioritarios, la importancia de cumplir con las dosis establecidas, y, también, como parte activa del Sistema Español de Farmacovigilancia".

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Consensuar un criterio común y garantizar la transparencia en la gestión de la pandemia  

Los retrasos de las farmacéuticas y los obstáculos que se han encontrado durante la campaña de vacunación han provocado la desconfianza frente a un gobierno que ya arrastraba una reputación dudosa en cuanto a la transparencia de sus decisiones. 

"Como ciudadanos de la Comunidad Económica Europea exigimos ver esos contratos. Exigimos ver qué es lo que pasa ahora que Pfizer ha reducido el número de vacunas que tenía firmado", señala José María García Ruiz de Morales, jefe de Inmunología del Hospital de León, en declaraciones a Business Insider España. 

"Para financiar esa investigación se han utilizado recursos de la Comunidad Económica Europea", recuerda el médico e investigador. 

García pide "transparencia a los en los órganos supranacionales, pero también a nivel nacional". El inmunólogo señala que quiere ver publicado cuántas vacunas llegan exactamente a cada punto de España y cómo se distribuyen después. 

"En mi hospital somos 5.000 trabajadores y se han puesto 490 vacunas", explica el médico. "Quiero saber por qué. Lo que quiero saber es cómo se han distribuido las vacunas. Tengo derecho a saberlo como ciudadano y como sanitario", asegura. 

Los profesionales sanitarios también piden protocolos comunes para evitar problemas como los que se han vivido con las dosis sobrantes que han obligado a desperdiciar vacunas o a vacunar a personas que no estaban en los grupos prioritarios. 

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Tender puentes a las comunidades autónomas y conseguir una "cogobernanza" efectiva

Desde 2004, el Gobierno había celebrado siete conferencias de presidentes, un órgano por el cual el Ejecutivo central trata temas transversales con los dirigentes de todas las comunidades autónomas del país.

Desde que estalló la pandemia en España, se han celebrado otras trece ediciones de este órgano: más que las que se habían celebrado en toda su historia.

También se pueden contar a decenas la cantidad de Consejos Interterritoriales de Salud que se han convocado con el objetivo de fomentar lo que se ha venido en llamar la "cogobernanza". Esta fue la palabra sobre la que se articuló la "nueva normalidad" cuando se superó la primera ola de la pandemia el pasado verano.

Tras varios meses en los que el mando único lo ostentó el Gobierno central en virtud del decreto de estado de alarma, el Gobierno diseñó una nueva normalidad en la que serían las comunidades autónomas, como venían reclamando, las que podrían tomar decisiones para combatir de forma efectiva las consecuencias sanitarias que había originado el COVID-19 en sus respectivos territorios.

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Sin embargo, la tensión ha sido una constante. El ya exministro Illa protagonizó una sonora polémica con la presidenta de la Comunidad de Madrid durante otoño del año pasado a cuenta de las restricciones que se debían de ir aplicando en cada autonomía para hacer frente a la segunda ola.

Estas fricciones se resolvieron con el acuerdo de decretar un nuevo estado de alarma que abría la puerta a dictar un toque de queda. Las comunidades autónomas contaban con el margen para decretarlo entre unas horas concretas, tal y como prevé el BOE en el que se incluyó dicho decreto.

Sin embargo, ahora, en plena tercera ola, la fricción ha vuelto: 15 de 17 comunidades autónomas han solicitado adelantar ese toque de queda y Sanidad ya lo ha descartado. El Ministerio entiende que las comunidades tienen todavía varias herramientas por explotar previstas en el decreto de estado de alarma, como es el cerrar todos los establecimientos no esenciales.

Este es el marco contextual con el que llega la nueva ministra Darias a su departamento. En su mano está el volver a tender puentes con el resto de administraciones.

Afrontar una legislatura tensa con un Congreso muy polarizado

Que el mandato del Gobierno no iba a ser fácil se atisbó ya a principios de 2020 y se reafirmó el año pasado cuando Vox presentó una moción de censura que no prosperó. De este clima de polarización no ha estado exento el hasta ahora ministro Illa, que en las comisiones parlamentarias de Sanidad ha procurado dar explicaciones de su gestión, aunque no en todas ha convencido.

Los principales grupos de la oposición han llamado la atención esta semana por cómo el ministro Illa ha dejado su cargo sin haber comparecido en la Cámara Baja explicando su gestión sobre la tercera ola, y alentando críticas por parte de los mismos grupos políticos sobre su presunta inacción.

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La propia organización de extrema derecha ha despedido al hasta ahora titular de Sanidad como el ministro "del coronavirus y de la eutanasia", según han recogido diversos medios de comunicación.

En la comparecencia con la que Sánchez ha anunciado el nombramiento de Darias, el presidente se ha referido a Illa con una palabra que, según él, define su acción política: "Respeto". "No ha presumido de sus aciertos y se ha disculpado de sus errores". "Ha sido a mi juicio un ministro extraordinario, una persona honesta, que ha evitado siempre la confrontación política en estos tiempos tan duros".

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Hacerse cargo y coordinarse con un equipo que no es el suyo... y en el menor tiempo posible

Fernando Simón, funcionario y director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, ya ha 'sobrevivido' a siete ministros. Lo comentó él mismo esta semana en una de sus ruedas de prensa diarias en las que repasa la situación de la pandemia.

Aunque no es en ningún caso un aviso, el propio Sánchez se habría inmiscuido en la confección del equipo del nuevo Ministerio de Sanidad de Darias, siempre según Vozpópuli. El presidente no quiere que salgan ni el propio Simón ni Silvia Cazón, la secretaria de Estado de Sanidad que ostenta el cargo desde que Illa recuperara esta histórica figura orgánica el verano pasado.

El propio Illa se despidió este martes en la rueda de prensa posterior del Consejo de Ministros advirtiendo que había confeccionado un documento para tratar de facilitar en la medida de lo posible la transferencia de poderes e información que lega en el departamento a Darias. La idea es que de este modo, su sucesora pueda afrontar decisiones de la manera más informada posible.

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Esto implica, por supuesto, una estrecha colaboración con Simón y Cazón. Desde que estalló la pandemia, Illa ha asistido a infinitas reuniones con Simón. Cazón también se ha convertido en uno de los rostros del Gobierno y de la gestión de la pandemia por las comparecencias que ha realizado ante los medios.

A la nueva ministra Carolina Darias no le quedará más remedio que seguir delegando en estas dos figuras de su equipo, y en otras tantas. Pero el desafío que también tiene por delante implica conseguir la mayor compenetración y confianza para que la gestión sea lo más eficaz posible.

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La campaña de vacunación ha comenzado y los altos cargos insisten en repetir que, sin imprevistos, la inmunidad podría llegar al 70% de la población en verano. Pero Carolina Darias va a ser ministra de Sanidad hasta que termine la legislatura, presumiblemente en 2024.

Esto quiere decir que la pandemia no será el último de sus problemas.

Carolina Darias tendrá que asumir todos los desafíos que el propio Illa ha tenido que dejar en el tintero por la gestión de la emergencia sanitaria. Por ejemplo, el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos contemplaba en Sanidad la eliminación progresiva de los copagos, empezando por el de pensionistas y el de vulnerables. También se comprometieron a introducir la atención bucodental y a reducir listas de espera para la Dependencia en "al menos" un 75%.

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La eliminación del copago ya ha comenzado, y se ha conocido el anteproyecto de Ley de Medidas para la Equidad, Universalidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud. Pero las cosas no se quedan ahí: como detallan en La Sexta, Darias tendrá que reforzar la Atención Primaria ahora que la pandemia ha evidenciado sus carencias. También tendrá que impulsar la salud digital.

Un puntal clave de las nuevas políticas sanitarias que la nueva ministra tendrá que desplegar durante y después de la pandemia, por ejemplo, es el retorno de sanitario y las mejoras laborales para los que ya trabajan en España. Algo que ya se contempla, por ejemplo, en los Presupuestos Generales del Estado para este año.