Los jefes vuelven a estar al mando

Beatrice Nolan,
Sarah Jackson
| Traducido por: 
Los mandatos de retorno a la oficina y los despidos están siendo la baza de los jefes.

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  • Tras una breve transferencia de poder a los trabajadores, parece que los jefes vuelven a estar al mando.
  • Entre el auge de la IA, las órdenes de regreso a la oficina y los despidos, la ansiedad de los empleados se ha elevado exponencialmente. 
  • Ahora, a los CEO les preocupa menos que los trabajadores renuncien, según explica un experto laboral a Business Insider.

Los CEO vuelven a estar al mando.

Entre el auge de la inteligencia artificial que amenaza el empleo, los estrictos mandatos de regreso a la oficina y los despidos masivos, parece que los jefes están recuperando el poco poder que habían conseguido los trabajadores. 

Ya no entusiasman las políticas que gracias a la pandemia pretendían poner al empleado en el centro y que habían dado cierto poder a los trabajadores, como la semana de 4 días, el teletrabajo y la Gran Dimisión. En su lugar, hemos pasado a una oleada de despidos masivos y estrictos mandatos de regreso a la oficina.

Las empresas querían mantener contentos a los empleados para que no dimitieran, explica a Business Insider Peter Cappelli, profesor de gestión de la Wharton Business School.

"Es una de las pocas veces que los directores generales han escuchado a la gente de RRHH", afirma. "Una de las razones por las que están empezando a presionar más fuerte ahora es porque creen que los trabajadores no pueden dimitir e irse a otros sitios tan fácilmente como antes".

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Se ha desvanecido el efecto de la Gran Dimisión

La Gran Dimisión, el fenómeno laboral estadounidense por el que miles de trabajadores decidieron renunciar a sus puestos —la gran renuncia a la española también existe, aunque es un fenómeno de una menor magnitud, ha conseguido que los trabajadores se sientan empoderados. La cuestión es cuánto han ganado realmente con ello.

Esta tendencia comenzó a principios de 2021 a raíz de la pandemia y vio cómo millones de personas abandonaban sus puestos de trabajo. En aquel momento, la tendencia fue aclamada por muchos como una recuperación del poder de los trabajadores, pero ahora algunos no están tan seguros.

Una cuarta parte de las 628 personas que cambiaron de trabajo y que Joblist encuestó el pasado junio dijeron que se arrepentían de haber dejado su último puesto, y el 42% afirmó que sus nuevos empleos "no han estado a la altura de sus expectativas."

"Esta sensación general de que los empleados se han forrado en este periodo es sencillamente falsa", afirma Cappelli.

Varios economistas ya afirmaron recientemente a Business Insider que solo algunos trabajadores obtuvieron un verdadero poder de negociación y que la creciente inflación anuló en gran medida cualquier aumento salarial.

"Creo que estábamos en un periodo de mercado laboral ajustado y de creciente reconocimiento del deseo de los trabajadores de tener voz y voto en su forma de trabajar", explica Erin Kelly, profesora del MIT Sloan. Sin embargo, advierte de que la narrativa estaba siendo impulsada por unas pocas grandes empresas y que era "un poco demasiado pronto para determinar cuánto ha cambiado eso".

Volver a la oficina, o si no...

Reuniones presenciales tras el mandato de retorno a la oficina.

AP

Los mandatos de regreso a la oficina se están endureciendo a pesar de la resistencia de los empleados. Las grandes empresas tecnológicas y los bancos lideran esta tendencia, con distintos grados de severidad y resistencia.

Un ingeniero de desarrollo de software de Amazon —donde los empleados tienen que acudir a una oficina central 3 días por semana, cambiar de equipo o "dimitir voluntariamente"—, afirma a Business Insider que una de las motivaciones para volver a la oficina sería "un intento explícito de reducir el salario de los desarrolladores y el poder de la mano de obra".

Durante el auge tecnológico de la pandemia, las empresas tech "tenían todo el dinero del mundo y contrataron en masa, lo que significaba que los desarrolladores, de repente y por primera vez en décadas, por fin tenían cierto poder real en el mercado laboral. 

Fue un nicho de trabajadores que cogió mucha fuerza durante un tiempo", afirma el empleado de Amazon. "Ahora, la visión conspirativa de volver a la oficina es una respuesta a ese poder".

Algunos también ven la obligación de volver a la presencialidad como un medio de despido silencioso.

La vuelta a la oficina es ridícula innecesaria e incluso cruel.

"Mi corazonada es que Amazon tuvo tan mala prensa en las 2 últimas rondas de despidos y esta es una forma de seguir con la agenda de recortes sin que puedan considerarse despidos. En realidad, están forzando a la gente a renunciar", asegura el empleado de Amazon Web Services.

Las políticas de trabajo flexible pueden ayudar a reforzar la tasa de retención de una empresa e impulsar la contratación, pero los despidos, unidos a un entorno económico incierto, parecen haber envalentonado a los empresarios a prescindir de ellas.

"Va a dificultar la retención y la contratación de personal", asegura a Business Insider Nick Bloom, economista de Stanford, refiriéndose a los mandatos de retorno a la oficina. "Supongo que solo significa que no están buscando activamente ampliar su plantilla.

"No significa necesariamente que estén despidiendo a gente de forma agresiva, pero es evidente que es una señal de que no están presionando para que se queden, de lo contrario no lo estarían haciendo".

Sin embargo, los directivos que ordenan la vuelta a la oficina podrían estar arriesgando sus propios resultados.

"En cualquier ciclo del mercado laboral en el que nos encontremos, los mejores empleados de cada organización siempre tienen opciones fuera", afirma Raj Choudhury, profesor de la Harvard Business School. "No importa si estamos en recesión o en fase de crecimiento: el riesgo no es perder a todos los empleados, sino a los mejores".

"Creo que ese es el verdadero problema al que se enfrentan estos líderes si quieren imponer por la fuerza este modelo de vuelta a la normalidad a todo el mundo", añade.

Ansiedad por la IA

La IA sustituirá miles de trabajos y los empleados están ansiosos por ese momento.

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Desde el lanzamiento de ChatGPT de OpenAI a finales del año pasado, el auge de la IA generativa ha avivado la ansiedad de los trabajadores por la posible pérdida masiva de puestos de trabajo.

Algunos jefes han elogiado públicamente la capacidad de la herramienta para realizar el trabajo de varios empleados. El CEO de Octopus Energy, un proveedor de energía doméstica con sede en el Reino Unido, declaró en mayo que la IA ya realizaba el trabajo de 250 personas en la empresa.

El auge de la IA está destrozando a la generación Z

Varios empleados ya han manifestado su preocupación porque su empresa está contemplando la integración de la IA en sus procesos. Cappelli afirma que hay pocas pruebas de que la IA haya suprimido puestos de trabajo en la actualidad y que algunos temores son "exagerados".

La tecnología no es infalible —ya ha causado varios quebraderos de cabeza a las relaciones públicas—, pero hay algunas oportunidades de ahorro de costes y eficiencia que hacen que a muchos empresarios les merezca la pena cierto nivel de riesgo.

"Lo que ha ocurrido ahora es que los empresarios no saben cuál será el uso de la IA generativa", afirma Cappelli. "Así que debido a eso, parece una pausa en la contratación". "Por eso, si eres un trabajador que busca empleo ahora mismo, te parecerá que estamos en recesión", sentencia.

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