9 síntomas y pruebas de diagnóstico de cáncer que la gente está pasando por alto por culpa del coronavirus, según un oncólogo

El diagnóstico temprano de patologías se ha visto severamente afectado por el paso de la pandemia de COVID-19 y sus secuelas, que se han convertido en un problema mayor para la salud pública a largo plazo. 

"Debido a lasaturación del sistema sanitario muchas consultas y pruebas han sido retrasadas. Muchas de las pruebas que se han retrasado son pruebas de screening, que permiten el diagnóstico precoz del cáncer", cuenta a Business Insider España el Dr. Miguel Ángel Berenguer Francés, oncólogo médico especialista en oncología radioterápica y detección y prevención del cáncer, miembro de Doctoralia.

En palabras de Berenguer, muchas de ellas se aplazaban en el tiempo o pasaban a ser telefónicas, perdiéndose la cercanía de la exploración del paciente y el llamado "ojo clínico".

En medio de la pandemia, las llamadas telefónicas demostraron que la tecnología estaba ahí, que los pacientes estaban dispuestos a utilizarla y que ahorraba muchos recursos a la sanidad pública, según detallaba en una entrevista con Business Insider España el Dr. Frederic Llordachs, socio y cofundador de Doctoralia.

Aunque Berenguer considera que se debe encontrar, en la medida de lo posible, un equilibrio entre la telemedicina y la visita presencial.

"La llamada telefónica ha tenido un papel muy importante, pero no puede ser una estrategia constante ya que la exploración clínica es vital para valorar un tipo de lesión o una recaída tumoral".

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Durante el confinamiento, el número de nuevos diagnósticos decreció un 21%, conforme a los últimos datos publicados por diversas sociedades científicas en colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Entre abril y mayo, los peores meses de la pandemia, el número llegó a caer hasta el  32% —afectando prácticamente a todos los tipos de cáncer por igual, dado que no se priorizó ninguna prueba de diagnóstico—.

No obstante, a pesar de los retrasos iniciales, los pacientes diagnosticados han recibido el tratamiento oncológico adecuado, respetando los plazos establecidos.

"Los servicios de Oncología Médica y Oncología Radioterápica no han parado durante los peores momentos de la pandemia y han continuado administrándose los ciclos de quimioterapia y las sesiones de radioterapia que se tenían pautadas. El problema ha sido más a nivel de diagnóstico que a nivel de tratamiento", explicita Berenguer. 

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Aunque los pacientes no diagnosticados se identificarán en los meses posteriores, ya sus estadios estarán más avanzados de lo que hubiera sido sin la pandemia de COVID-19.

"Este problema no solo pasará en el cáncer sino también en enfermedades cardiovasculares, renales o respiratorias", lamenta. 

Para más, según los datos de un estudio realizado por Less Survivable Cancers Taskforce (en Reino Unido), el número de personas que reporta síntomas tempranos de cánceres con altas tasas de mortalidad disminuyó durante la pandemia del 69% al 59% —por miedo a contagiarse o saturar los centros sanitarios, según los investigadores—.

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Tos y mucosidad, síntomas también comunes en COVID-19

Junto al cáncer de mama, colon y próstata, el cáncer de pulmón es uno de los tipos que más incidencia tienen en España a lo largo del año y cuya tasa de mortalidad es mayor. 

Solo en 2020 se registraron 29.638 nuevos casos.

El mismo se suele alertar por una tos persistente que, en ocasiones, puede presentar sangrado. Asimismo, puede identificarse tras el diagnóstico de una infección respiratoria persistente, cambios en la voz o falta de aire. 

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Todos estos síntomas, durante la propagación de la pandemia, estuvieron estrechamente relacionados con la detección de casos de COVID-19, que inicialmente es una enfermedad respiratoria que puede dejar irreconocibles los pulmones de los pacientes.  

"Los síntomas son muy variados, pueden partir desde la tos y la mucosidad, que se asociaba a clínica respiratoria como el COVID, aunque pudieran ser síntomas de cáncer de pulmón", destaca Berenguer en una entrevista con Business Insider España.

Dolores osteoarticulares

Los dolores osteoarticulares están relacionados con el deterioro y la disfunción del sistema óseo y articular de los pacientes, que puede ir acompañado de rigidez o inflamación en las zonas más afectadas. 

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Conforme a las declaraciones de Berenguer, este fue otro de los síntomas que se pasaron por alto durante la pandemia. 

A pesar de ser uno de los síntomas silenciosos más comunes de que algo no anda bien en el organismo, también podrían relacionarse con la inflamación por COVID-19 o el síndrome de la fatiga crónica asociado a la infección con el SARS-CoV-2. 

Cambios en el ritmo intestinal

Otro de los signos claves de una infección con el SARS-CoV-2, sobre todo en niños, podría poner en riesgo el diagnóstico de un problema tan o más grave para tu salud: alteraciones gastrointestinales. 

Sobre todo en los menores, el COVID-19 suele provocar náuseas, vómitos y diarrea. 

Para el diagnóstico del cáncer también es importante observar desde cómo comes, hasta cómo deshechas esos alimentos. 

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Una de las posibles afecciones podría ser la saciedad temprana tras ingerir pequeñas cantidades de comida —uno de los síntomas más ignorados comúnmente por los pacientes, según la Universidad de Johns Hopkins— o tener dificultad para tragar, dice a Business Insider Ioana Bonta, medica oncóloga del Cancer Treatment Centers of America.

O bien, tener poco apetito, una afección común que puede indicar cáncer de colon, ovario, estómago o páncreas, según el Instituto Nacional de Salud de EEUU.

Asimismo, los cambios en las deposiciones u orina pueden aparecer signos de que algo no anda bien, como la sangre, el color y hasta la frecuencia. 

Pérdida de peso

En la misma línea que las afecciones anteriores, tu sistema inmunológico podría estarse atacando a sí mismo, y tu cuerpo alterar su propio metabolismo. 

Si adelgazas 5 kilogramos de repente, sin ninguna explicación, deberías considerar acudir a tu médico de cabecera.

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Según la Sociedad Americana del Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) esta suele tener más incidencia en los cánceres de páncreas, estómago, esófago y pulmón.

Mamografías

"No siempre el cáncer debuta con clínica, en ocasiones una analítica rutinaria o una prueba de screening como una mamografía, la sangre oculta en heces o una colonoscopia ayudan al diagnóstico", reconoce Berenguer a Business Insider España.

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Como se ha mencionado con anterioridad, no se priorizó ninguna de estas pruebas aunque fuese uno de los tipos de cáncer más diagnosticados en España —con 32.953 nuevos casos sólo en 2020—.

Además, asociados al cáncer de mama, la irritación mamaria, los bultos en el pecho o incluso los cambios en la piel pueden haber pasado desapercibidos por las pacientes.

"Las mamas no son una zona común en la que tener sarpullidos, por lo que hay que tenerlo en cuenta", destacaba Bonta con anterioridad. 

Citologías

Los datos proporcionados por los servicios de Anatomía Patológica, Hematología, Oncología Médica y Oncología Radioterápica de 37 hospitales de tercer nivel de diferentes Comunidades Autónomas a la AECC revelan que, desde marzo hasta junio de 2020, se registraron un 30% menos de citologías que en el año anterior. 

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"Durante la primera ola de la pandemia, se observó una disminución del 57% de la actividad diagnóstica en citologías en general", revela la Asociación.

Usualmente, estas pruebas detectarían de forma temprana el cáncer de cuello de útero, identificando células anómalas o potencialmente anómalas de la vagina y del cérvix. 

Biopsias

Asimismo, destaca la AECC, durante los mismos meses se vieron severamente afectadas las biopsias, que pasaron a ser un 41% menos que en el año anterior. 

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Esto dio lugar a una disminución en el diagnóstico del cáncer relacionado con esta prueba del 23,5% durante los peores meses de confinamiento estricto. 

Colonoscopias

Los cambios en los hábitos intestinales es también uno de los primeros síntomas del cáncer de colon, que afectó a más de 44.000 personas en 2020. 

Pero, dado que estos estaban asociados a otras patologías con una atención médica de urgencia, los programas de diagnóstico a través de las colonoscopias también de retrasaron y podrían haber afectado a la detección temprana de la patología.

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Los médicos recomiendan que las personas con un riesgo promedio de cáncer de colon consideren la detección del cáncer de colon alrededor de los 50 años, realizándose colonoscopias cada 10 años o sigmoidoscopia flexible y colonoscopia virtual cada 5 años cada una, según el Siteman Cancer Center (Centro de Cáncer Alvin J. Siteman en el Hospital Barnes-Jewish y la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, EEUU). 

Analíticas rutinarias

En unas analíticas rutinarias tu médico podría observar los hematíes (glóbulos rojos), la hemoglobina (proteína rica en hierro), los hematocritos, los leucocitos (glóbulos blancos) y las plaquetas, ejemplifica MedlinePlus.

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Con ello, detectar si tus niveles son normales o si puedes estar presentando uno de los cuadros asociados al diagnóstico de cáncer: la anemia, donde no se registran suficientes glóbulos rojos sanos. 

Si no hay una explicación, señala Bonta, puede ser una "señal de alerta" respecto de un posible cáncer de colon o de recto. De hecho, un análisis de sangre que detecta un número bajo de glóbulos rojos es a veces el primer signo de un cáncer colorrectal.