16 hábitos cotidianos que te pueden llevar a sufrir un caso de cáncer severo

Más allá de la genética y un mal azar, la mayoría de las enfermedades subyacentes que aparecen con el paso del tiempo vienen de la mano de una serie de malos hábitos que han fomentado su aparición. 

Algunos de ellos, como el tabaquismo, el alcoholismo o la mala alimentación son más que evidentes. Pero también aquellos que promueven la inflamación corporal y la obesidad, factores que podrían ser condicionantes en un caso de cáncer avanzado.

Así como la ausencia de revisiones médicas periódicas o evitar acudir a un especialista por un dolor que crees que será pasajero, como los dolores de cabeza o las molestias gastrointestinales.

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En ello coincide la doctora Amelia Carro Hevia, cardióloga especialista en medicina cardiovascular y cardiología preventiva, directora médica del Instituto Corvilud y miembro de Top Doctors, que ha hablado con Business Insider España sobre las rutinas que arruinan la salud del corazón.

"La salud de nuestro organismo en general se ven muy condicionada por una serie de hábitos que podemos considerar los 5 pilares de la salud: la respiración, el ejercicio físico, el descanso, el estrés y la alimentación", defiende Carro.

Además, defiende, la gran mayoría de ellos podrían estar estrechamente relacionados y ser fácil de integrar en una nueva rutina más sana, que evite que te pongas enfermo también con cualquier otra patología. 

"Por ejemplo, para un descanso adecuado se tiene en cuenta patrones de alimentación y ejercicio. Cambiar horarios o tipo de cena y realizar una cierta cantidad de ejercicio físico, el descanso se ve favorecido", describe. 

Estos son los 16 hábitos que pueden estarte llevando a sufrir un cáncer severo en el futuro.

Llevar una vida sedentaria

El sedentarismo aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o metabólicas que ponen en jaque a tu sistema inmunológico. 

"Nuestro organismo está diseñado para el movimiento", explica Carro. 

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"La inactividad evita el funcionamiento de muchas estructuras que participan en procesos vitales (por ejemplo, recambio óseo —que, por si no lo sabías, se regenera de media a los 10 años—) y resulta dañina hasta el punto de ser un claro factor de riesgo de enfermedades crónicas y cáncer".

Tu tipo de trabajo o turnos de noche

Por el contrario, ciertos tipos de trabajos asociados a una mayor carga de estrés o a un desajuste de horas también podrían exponerte a sufrir un cáncer en el futuro. 

Uno de los estudios publicados en Journal of the American Medical Association (JAMA), encontró que las mujeres que trabajaban como enfermeras durante el turno de noche tienen un aumento significativo de las probabilidades de padecer enfermedades coronarias. 

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En esta misma línea, un metaanálisis publicado en la revista Cancer Biomarkers and Prevention, demostró que los que llevan un horario nocturno tienen un 19% más de riesgo de sufrir cáncer en el futuro.

"La falta de sueño puede aumentar indirectamente el riesgo de cáncer", coincide la National Sleep Foundation, según Eat This, Not That!.

No descansar

Según National Sleep Foundation, la insuficiencia de sueño se ha relacionado fuertemente con la obesidad y problemas del sistema inmunológico, que son factores de riesgo establecidos para muchos tipos de cáncer.

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"Durante el descanso se ponen en marcha mecanismos de regeneración y reparación. Cuando el descanso es insuficiente o de mala calidad, esa reparación no se completa y las células activan vías alternativas para compensar los defectos que van surgiendo en ellas. Puede ser la destrucción de la célula (que sería una "muerte celular temprana"), pero también existe un mecanismo por el que la célula, en lugar de autodestruirse, se "vuelve inmortal", en forma de transformaciones que la llevan a una multiplicación incontrolada (tumores, cáncer)", destaca a Business Insider España la directora médica del Instituto Corvilud.

Dormir demasiado

No obstante, el otro extremo puede ser igual de malo para tu salud. Según los hallazgos de un estudio de Journal of the American Heart Association, exceder las 7 u 8 horas recomendadas de sueño está relacionado también con riesgos de mortalidad y eventos cardiovasculares.

Estar siempre cansado e ignorarlo

Últimamente se ha hecho más hincapié en la fatiga como un síntoma silencioso alarmante de que algo no anda bien en tu organismopor el COVID-19, ya que este es uno de los primeros indicios que aparecen de la enfermedad. 

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Has de saber que este síntoma está también muy relacionado con una larga lista de enfermedades subyacentes, como la anemia, la celiaquía o la leucemia si va acompañada de dificultad para respirar.

"La mayoría de las veces no será cáncer, pero revíselo porque nunca se sabe", insisten expertos a The Healthy. 

Tener una alimentación desequilibrada

Tal y como se ha mencionado con anterioridad, la obesidad es un factor de riesgo de varios tipos de cáncer. Pero lo cierto es que cualquier alimentación desequilibrada, por exceso o defecto, puede ser muy perjudicial para tu salud. De ahí a que las pérdidas de peso repentinas sean un signo de alarma.

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"Los alimentos procesados

están llenos de innumerables sustancias químicas tóxicas que pueden aumentar el riesgo de cáncer", advierte a Eat This, Not That! Yeral Patel, médico de medicina familiar certificado por la junta en Newport Beach, California.

Sufrir altos niveles de estrés

"El estrés, ansiedad (debido a estrés mantenido) o la depresión conllevan liberación de mediadores y hormonas que pueden acabar perjudicando el funcionamiento de muchos órganos, entre ellos el corazón", ejemplifica la doctora Carro.

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De hecho, justo antes de la pandemia del COVID-19, en 2019, una investigación del Instituto de Células Madre del Cáncer en la Universidad Médica de Dalian, en China, encontró que la hormona del estrés, epinefrina, desencadena una cascada de reacciones bioquímicas que favorecen el avance del cáncer de mama.

Tomar demasiado el sol

La luz solar produce radiación ultravioleta (UV), que es la principal causa de cáncer de piel, incluidos el carcinoma de células escamosas y de células basales. 

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"Los estudios descriptivos muestran que las tasas de incidencia de los principales tipos de cáncer de piel, carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas y melanoma son máximas en poblaciones en las que la exposición al sol ambiental es alta", según los autores de un estudio publicado en Journal of Epidemiology.

No socializar

"Las personas que están solas tienden a tener más estrés", reconoce la doctora Soma Mandal. "Puede provocar enfermedades cardíacas, cáncer y demencia. También puede afectar la capacidad del sistema inmunitario para combatir las infecciones virales".

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Según un estudio publicado en la revista Antioxidants and Redox Signaling, la inflamación a largo plazo causada por la soledad puede representar un mecanismo clave en el desarrollo de enfermedades crónicas asociadas a la soledad como la aterosclerosis, el cáncer y la neurodegeneración, divulgaEat This, Not That!.

Ver mucho la televisión

Las personas que pasan más de 2 horas al día sentadas mirando la televisión tienen un 70% más de riesgo de desarrollar cáncer colorrectal a una edad temprana —el tipo de cáncer más diagnosticado en España en 2020—, según un estudio que vio la luz en 2019. 

Fumar

El hábito de fumar se ha asociado a un amplio abanico de muy diferentes enfermedades, entre las que se encuentra el cáncer —de pulmón, principalmente—. Pero entre las que también están los catarros y los resfriados, las lesiones en la piel, en los dientes y otras enfermedades respiratorias. 

No tener sexo

Una investigación de 2016 basada en casi 32.000 hombres encontró qué cuanto menos frecuentes son sus eyaculaciones, más grande es el riesgo de padecer cáncer de próstata. Otros hallazgos, publicados en American Journal of Cardiology, encontraron que quienes tienen menos de una relación sexual al mes, tienen muchas más probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.

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Si la falta de sexo tiene relación con una disfunción eréctil inexplicable, podría estarse hablando de enfermedades subyacentes como la diabetes, el tabaquismo, el estrés e incluso la rutina. Pero el doctor Matthew Schmitz explica en VeryWell Health que si se desarrolla repentinamente, puede ser motivo de preocupación.

Ignorar síntomas

Muchos de los hombres que empiezan a presentar problemas derivados de la dificultad de orinar, o la aparición de sangre en la orina o el semen —síntomas de cáncer de próstata— tardan hasta 6 meses en reportar estas molestias a un especialista, según Moshe Shike, gastroenterólogo del Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering, Nueva York, Estados Unidos.

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"Los hombres no solo sufren más de cáncer que las mujeres, sino que además tienen un pronóstico peor. De hecho, la menor esperanza de vida de hombres con respecto a las mujeres se explica, en parte, por esta razón", detalla a Business Insider España Juan Ramón González, coordinador del estudio y jefe del Grupo de Bioinformática en Epidemiología Genética de ISGlobal.

Beber alcohol

El consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer al menos 7 tipos de cáncer —incluidos boca, garganta, mama, colorrectal y esófago—, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer. De hecho, tal y como informaEat This, Not That!, un estudio publicado a principios de mes en The Lancet Oncology ha concluido que el año pasado, el 4% de los 7 cánceres diagnosticados en todo el mundo (741,300 casos) se pueden atribuir al consumo de alcohol.

No seguir programas de prevención y diagnóstico

Las revisiones médicas periódicas suelen asociarse a edades avanzadas, cuando los programas de prevención (tabaquismo, alimentación, actividad física, etc.) deben imperar. Además, para los pacientes que tienen antecedes, como en los casos de cáncer de mama, se recomienda que acudan antes de lo establecido (a partir de los 50 años para el diagnóstico en mamas) a un especialista.  

Tomar suplementos

No hay evidencias científicas que respalden que los estimulantes ayudan a combatir enfermedades, dado principalmente a que el sistema inmunológico funciona como un todo. Además, un exceso de suplementos no supervisados podría ser peor que la enfermedad. 

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"La evidencia muestra que no hay ningún beneficio por tomar vitamina E y que el betacaroteno puede ser dañino porque aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en personas que ya están en riesgo, como las que fuman, y también aumenta el riesgo de morir por una enfermedad cardíaca o por accidente cerebrovascular", advierte al medio especializado en alimentación un miembro del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés), el doctor John Wong.