"Está en pie de guerra": el último y desesperado intento de Mark Zuckerberg por transformarse a sí mismo y a Meta

Kali Hays
| Traducido por: 
Zuck McKinsey

Dianna 'Mick'" McDougall para Business Insider; Gerard Julien, Justin Sullivan, Alex Wong/ Getty Images

  • El nuevo personaje de Mark Zuckerberg es una respuesta de supervivencia al periodo más turbulento de los 20 años de historia de Meta. 
  • Esta vez se ha inspirado en el tipo de CEO que prefiere Wall Street y no Silicon Valley: el que se deja asesorar por los consultores empresariales, prefiere los despidos a las visitas guiadas y valora la "eficiencia" por encima de todo. Llámale Zuck McKinsey.

A principios de julio, Mark Zuckerberg desveló el último y quizá más importante producto de la historia de Meta: un nuevo Mark Zuckerberg.

El nuevo Zuck tiene abdominales, es cinturón azul de jiu-jitsu brasileño y ha aceptado luchar contra Elon Musk en una jaula. A sus 39 años, habla durante horas en "The Joe Rogan Experience" y otros podcasts sobre su afición a "recibir muchas palizas" y "aplicar presión" a sus oponentes dentro y fuera del tatami. Se apresuró a lanzar Threads, el clon de Twitter basado en texto de Instagram, en el momento más débil de Twitter. No ha tenido piedad en los momentos más débiles de su propia empresa, despidiendo a decenas de miles de empleados en el último año con calculada frialdad. Manda desde una distancia blindada. Los altos cargos de Meta, acostumbrados desde hace tiempo a ver a Zuckerberg en la sede de Menlo Park, ahora esperan verlo a través de Zoom, donde participa en las reuniones desde una de sus 10 mansiones, normalmente en California o Hawái, con un fondo intencionadamente discreto. Cuando acude a la oficina, suele estar flanqueado por personal de seguridad a la entrada y a la salida. 

Desde fuera, la transformación parece sacada de un cómic. Es como si Zuckerberg se hubiera metido en una cabina telefónica al estilo de Clark Kent y hubiera salido de ella demacrado y con ganas de partirle la cara a Elon. ¿De dónde ha salido esta nueva versión alfa de Zuckerberg? ¿Qué ha pasado con los modelos anteriores, más suaves: el niño prodigio de la tecnología que lanzó Facebook desde su dormitorio (Zuck de Harvard) y el multimillonario normal, arrepentido pero todopoderoso que se fue de "gira exploratoria" por Estados Unidos (Zuck Silicon Valley)?

Resulta que la metamorfosis personal de Zuck dista mucho de ser superficial. Según una docena de personas que han estado en la órbita de Zuckerberg a lo largo de los años, la nueva personalidad del CEO es una respuesta de supervivencia al periodo más turbulento de los 20 años de historia de su empresa. En los últimos dos años, TikTok le ha quitado usuarios a Facebook. Apple ha cambiado su configuración de privacidad, debilitando el otrora indomable negocio publicitario de Facebook. Protectores y figuras paternas como Sheryl Sandberg, directora de Operaciones, y Mike Schroepfer, director de Tecnología, ya no comparten los focos, lo que deja a Zuckerberg más expuesto y aislado que nunca. Y el metaverso, en el que Zuckerberg insistió durante un año que era el futuro de la empresa, se convirtió en un sumidero de 40.000 millones de dólares sin dirección y perforó la imagen de Facebook, antaño inexpugnable, como la acción de crecimiento favorita de Wall Street. De otoño de 2021 a otoño de 2022, el valor de Meta se desplomó unos asombrosos 700.000 millones de dólares.

"Estaba asustado", dice a Business Insider alguien que conoce a Zuckerberg desde hace años. Así que Zuckerberg, que ha declinado hacer comentarios para este artículo, hizo lo que ha hecho en otras coyunturas críticas en la historia de Meta: se consideró a sí mismo como un problema de código que había que resolver, introduciendo un nuevo personaje basado en el tipo de líder que creía que su empresa necesitaba para sobrevivir. Esta vez, sin embargo, se inspiró en el tipo de CEO preferido por Wall Street y no por Silicon Valley: uno que se deja aconsejar por consultores de gestión, que prefiere los despidos a las visitas guiadas y que valora la "eficiencia" por encima de todo. Llámale Zuck McKinsey. 

Zuckerberg le dijo a Rogan hace un año que dirigir Meta había llegado a ser como despertarse cada día y "recibir un puñetazo en el estómago". Ahora, Zuck McKinsey está devolviendo el golpe. Los golpes que reciba tendrán un impacto colosal no sólo en el futuro de la empresa, sino en el panorama tecnológico en general, en cuya configuración desempeña un papel fundamental.

"Está en tiempos de guerra", dice un antiguo empleado de alto rango. "Está en modo 'salvar la empresa'".

Zuckerberg lleva mucho tiempo insistiendo en que él es quien es. "Uno tiene una sola identidad", declaró en 2009, pocos años después de dejar Harvard. "Los días en los que tienes una imagen diferente para tus amigos del trabajo o compañeros de trabajo y para el resto de gente que conoces probablemente están llegando a su fin muy rápidamente. Tener dos identidades diferentes es un ejemplo de falta de integridad". 

Por aquel entonces, Zuckerberg todavía era Zuck Harvard, el prodigio hacker con capucha que fundó la mayor red social del mundo en su residencia de estudiantes de segundo año. Zuck Harvard era un empollón hecho y derecho, ansioso e imperioso a partes iguales. Proclamaba a bombo y platillo que Facebook "haría el mundo más abierto", declaraba que "los jóvenes son más listos" e imprimía tarjetas de visita que decían "Soy CEO... perra". El lema informal de la empresa, que Zuckerberg describió por primera vez en una entrevista con Business Insider, era "muévete rápido y rompe cosas".

Bajo ese descaro juvenil se escondía una incipiente mentalidad empresarial despiadada, que se manifestó sobre todo en la forma implacable y metódica en que despidió a un cofundador clave de Facebook. Pero Zuck Harvard no dejaba de ser un universitario que intentaba abrirse camino en un mundo que empezaba a rehacer a su imagen y semejanza. Por el camino, introdujo algunas pequeñas modificaciones en su imagen, sobre todo en un esfuerzo por parecer un adulto. En 2009, empezó a llevar corbata en el trabajo para "indicar a todo el mundo en Facebook", explicó, que iba "en serio".

En 2012 se presentó una actualización completa, Zuck Silicon Valley. El 18 de mayo, Facebook celebró su salida a bolsa. El 19 de mayo, Zuckerberg se casó con su novia de toda la vida, Priscilla Chan. Con accionistas y una familia a la que rendir cuentas, adoptó un personaje de multimillonario incómodo: un hombre de Davos al que le encantaba poner un poco de salsa barbacoa dulce en sus carnes ahumadas caseras; un comprador insaciable de competidores potenciales que se retaba a sí mismo a conocer a una persona nueva y a escribir notas de agradecimiento todos los días. En 2014, Zuckerberg anunció que iba a cambiar el lema interno de la empresa de "muévete rápido y rompe cosas" a "muévete rápido con una infraestructura estable". Si llevaba jersey, lo más probable es que fuera un jersey personalizado de Brunello Cucinelli. Zuck Harvard era un niño que pensaba que la destrucción molaba. Zuck Silicon Valley era un marido y padre con un legado que construir y proteger a toda costa.

La personalidad original de Zuckerberg, Zuck Harvard, era infantil y ansiosa. Pero en sus primeros negocios siempre hubo algo de despiadado.
La personalidad original de Zuckerberg, Zuck Harvard, era infantil y ansiosa. Pero en sus primeros negocios siempre hubo algo de despiadado.

Dianna 'Mick' McDougall para Business Insider; Paul Sakuma/AP

El intento de Zuckerberg de ser todo para todo el mundo hizo que se especulara seriamente con su candidatura a la presidencia de EEUU. También provocó desastres para millones de personas: desinformación, recopilación secreta de datos, genocidio y una insurrección. Zuck Silicon Valley se disculpó mucho en público, pero sus esfuerzos de arrepentimiento a menudo cayeron en saco roto, como cuando testificó ante el Comité Judicial del Senado de EEUU en 2018 luciendo un corte de pelo a lo César y traje y corbata, logrando parecer al mismo tiempo arrepentido y engreído por el fiasco de Cambridge Analytica. Pero nunca sintió la necesidad de ajustar su nueva personalidad, porque Facebook seguía ganando en Wall Street. De 2012 a 2021, los usuarios mensuales de la empresa aumentaron de 1.000 millones a 3.500 millones en todas sus aplicaciones, y el valor de la empresa se disparó de unos 100.000 millones de dólares a más de un billón de dólares. El personaje actualizado de Zuckerberg seguía siendo bueno para el crecimiento.

Pero una actualización de software sacudió a Zuck hasta la médula.

En abril de 2021, Apple, el viejo enemigo de Zuckerberg, envió una notificación a los usuarios que cambiaría el negocio de Meta para siempre. Con el lanzamiento de su nueva actualización de software, iOS 14.5, unos 1.000 millones de usuarios de iPhone de todo el mundo tendrían ahora la opción de impedir que aplicaciones como Facebook, Instagram y WhatsApp rastrearan su actividad con fines publicitarios. Apple permite a los usuarios renunciar a la clave del enorme negocio publicitario de Facebook con un solo clic. Y la publicidad, dependiente de la segmentación basada en datos, representaba el 98% de los ingresos de la compañía.

"Lo de Apple era mucho peor de lo que decían", explica a Business Insider un antiguo empleado de alto rango de Meta. "Y se extendió a todas las áreas de la empresa". Un golpe de interruptor para Apple se había convertido en una amenaza existencial para Facebook.

Facebook intentó responder con una táctica sacada directamente del libro de jugadas de Zuck Silicon Valley: cuando te encuentres con un obstáculo, construye a través de él. Según este antiguo empleado, la empresa se apresuró a apuntalar el negocio de compras online de la plataforma. Si los usuarios compraban en la aplicación de Facebook durante el tiempo suficiente, pensaban, podría recuperar algunos de los datos cruciales de los usuarios que Apple había retirado. Facebook incluso lanzó un día para promover las compras en la plataforma. 

"No funcionó", dice el extrabajador. "Es sorprendente lo mal que funcionó. Todo el mundo veía que no funcionaba".

Al cabo de un año, la empresa tuvo que confesar lo mal que funcionaba. La empresa comunicó a los accionistas que el giro de Apple hacia la privacidad le iba a costar a la compañía unos ingresos publicitarios sin precedentes de 10.000 millones de dólares en 2022. 

Zuck Silicon Valley se enfrentaba de repente a algo con lo que nunca antes había tenido que lidiar: la reducción de los ingresos. Y a una escala que amenazaba con destruir todo lo que había construido. Peor aún, su respuesta reveló que no había encontrado ninguna forma eficaz de contraatacar. Fue entonces cuando Zuckerberg, según un empleado de toda la vida, "despertó".

Zuckerberg joven

Al principio, Zuckerberg tardó en prestar atención a la llamada de atención. Desde sus días en Harvard hasta sus apariciones en el Capitolio, todo lo que había visto eran cifras que iban siempre hacia arriba. "Sólo conocía el crecimiento desmesurado de los usuarios y los ingresos", afirma un antiguo inversor. "Todo eso se detuvo en seco".

Aferrado a su personaje de Zuck Silicon Valley, Zuckerberg se lanzó a un bombardeo mediático para pregonar su visión del metaverso. Insistió en que el reino virtual, mal definido y aún inexistente, generaría ingresos de cientos de miles de millones de dólares a finales de la década. Imaginó un mundo en el que las gafas Quest de Meta sustituirían a los MacBook de Apple. Incluso cambió el nombre de toda la empresa, para demostrar lo seguro que estaba de que miles de millones de personas pronto serían poco más que drones con gafas de realidad virtual que trabajarían, comprarían y socializarían en el universo virtual de Meta.

El cambio de nombre de Facebook también tuvo la ventaja a corto plazo de desviar parte de la atención de los "papeles de Facebook", un conjunto de documentos publicados por la denunciante Frances Haugen en los que se detallaba hasta qué punto la empresa conocía los daños que sus plataformas estaban causando a todo tipo de cosas, desde la política hasta la imagen corporal de los niños. Durante una sesión interna de preguntas y respuestas unas semanas después del cambio de marca, un empleado preguntó si el cambio de nombre de la empresa había sido un éxito, según recordó un antiguo empleado que ya ha abandonado la empresa. Chris Cox, director de Producto, dijo que había sido un éxito porque la cantidad de cobertura del cambio de nombre "fue más del doble del volumen de la cobertura de los Papeles de Facebook".

"Es el tipo de cosa que sólo podíamos haber soñado cuando hicimos el cambio en términos de cobertura de prensa", explicó en aquella reunión. "Y fue algo realmente importante porque los Papeles de Facebook fueron una enorme noticia, especialmente dentro de Estados Unidos".

Cuando Zuck Silicon Valley apostó por el metaverso, el tamaño de la empresa se disparó. La plantilla de Meta pasó de menos de 50.000 empleados a principios de 2020 a casi 90.000 a mediados de 2022. Y Zuckerberg, según un antiguo empleado, pasó de estar a pocos niveles de los mandos intermedios a al menos 10 niveles. "Se hinchó por completo", afirma el antiguo empleado.

Según este extrabajador, "Zuck odiaba ver en qué se convertían los mandos intermedios y el consiguiente jueguecito del teléfono escacharrado". En lugar de frenar las cosas, siguió motivando a los directivos para que contrataran más y más. Si un ingeniero senior quería ascender, tenía que gestionar un equipo lo suficientemente grande como para merecer un ascenso. Cuanta más gente contratara, más posibilidades tendría de conseguir un puesto mayor. A veces, el tamaño era lo único que importaba. "Se convirtió en un montón de gente persiguiendo títulos dirigiendo equipos enormes sin contexto ni necesidad", dice un antiguo empleado.

El Zuck de Silicon Valley tuvo que luchar contra las audiencias del Congreso y constantes desastres en materia de relaciones públicas, pero su empresa nunca dejó de crecer.
El Zuck de Silicon Valley tuvo que luchar contra las audiencias del Congreso y constantes desastres en materia de relaciones públicas, pero su empresa nunca dejó de crecer.

Dianna 'Mick' McDougall para Business Insider; Zach Gibson/Getty Images

Durante gran parte de 2022, dice otro empleado, Zuck mantuvo una actitud de "negocios como de costumbre" (aun cuando las acciones de Meta se derrumbaron de 331 dólares por acción en enero a 99 dólares por acción en octubre). Estaba obsesionado con hacer que el metaverso funcionara y de vez en cuando enviaba mensajes de texto a empleados con los que nunca había interactuado, haciéndoles preguntas sobre un proyecto de Reality Labs en el que estaban trabajando. Wall Street no se lo creía. Ante las enormes pérdidas de Meta en el metaverso y la desaceleración del crecimiento de los ingresos por primera vez, Zuckerberg se vio obligado a congelar discretamente la contratación de ingenieros, una medida impensable hasta entonces. Con la inflación por las nubes y una recesión en ciernes, a los inversores ya no les interesaba el tipo de moonshot innovadora que había dado vida a Zuck Silicon Valley. Lo que querían eran directivos responsables que dirigieran empresas bien engrasadas y rentables.

Tampoco ayudaba que los ejecutivos más experimentados estuvieran abandonando Meta en masa.

Incluso durante su época del chico más listo de la sala, Zuck Harvard siempre tuvo la sabiduría de rodearse de cabezas más veteranas y sabias. La principal de ellas fue Sheryl Sandberg, que esencialmente dirigió el negocio durante 14 años mientras Zuckerberg se centraba en el producto y la ingeniería. "Es casi como si me hubiera criado como a un hijo", dijo una vez. Pero como Zuckerberg no supo adaptarse a la caída del número de usuarios y del precio de las acciones en favor de un sueño imposible, su madre profesional decidió que era hora de dejar que su hijo se hundiera o nadara por su cuenta.

La relación entre Sandberg y Zuckerberg se había vuelto tensa en los últimos años, según varias personas con información privilegiada, en parte debido a la distancia física impuesta por la pandemia. A diferencia de otros empleados veteranos de Meta, Sandberg no se alojó en la finca de Zuckerberg en Hawai durante la primera oleada de la pandemia. Sus reuniones de varias horas los viernes en Menlo Park con Zuckerberg, un sello distintivo de su asociación, se quedaron en el camino, aunque se reunían a través de Zoom. Según una persona cercana a Sandberg, ella supo que había llegado el momento de marcharse cuando Zuckerberg decidió apostar el futuro de la empresa por una tecnología que ni siquiera existía. 

"Ella no quería formar parte del metaverso", afirma esta persona. "Simplemente había terminado".

La salida de Sandberg, anunciada en junio de 2022, formaba parte de una cascada de salidas del primer grupo de cerebros de Zuckerberg. Se fueron el director de Tecnología, Mike Schroepfer, y la directora de Negocios, Marne Levine, que llevaban 14 y 13 años en la empresa, respectivamente. "Zuck no es tan arrogante como para no escuchar a quienes le rodean", afirma un antiguo empleado. "Pero en algún momento, esas personas pueden no tener la misma visión que él y eso crea una separación y esas personas se van".

Las salidas dejaron a Zuckerberg más firmemente a cargo de todos los rincones de la empresa que nunca y mucho más aislado. Javier Oliván, que sustituyó a Sandberg como director de Operaciones, no tiene ni de lejos la misma presencia interna o externa que ella. En el año que lleva en el puesto, apenas ha hecho apariciones públicas. Sólo ha hablado en una conferencia de resultados. Casi nunca se dirige al personal durante las sesiones de preguntas y respuestas. Ahora todo queda en manos de Zuckerberg, cuyo círculo íntimo de confianza se ha reducido a un reducido grupo de ejecutivos conocido como el "pequeño equipo". A diferencia de sus predecesores, conocidos como el "equipo M", pocos miembros del actual equipo pequeño tienen mucha experiencia laboral fuera de la empresa que fundó Zuckerberg. 

"Realmente no es un buen augurio para el tipo de información que está recibiendo", afirma un empleado actual. 

"Hace imposible que el tipo vea lo que está pasando", añade un antiguo empleado de alto rango.

En medio del tumulto bursátil y las salidas de ejecutivos, hubo un nuevo grupo de personas que se ganaron el oído de Zuckerberg. Eran el tipo de personas de las que Zuck Harvard se habría burlado y Zuck Silicon Valley habría ignorado amablemente. Y resultaron ser las personas que ayudaron a diseñar el nuevo y más despiadado Zuck: los consultores de gestión.

startups

En público, Zuckerberg siguió proyectando una confianza vertiginosa en que los miles de millones que ya había gastado en el metaverso merecían la pena. En privado, según una persona familiarizada con el asunto, Meta contrató discretamente a Bain & Company para analizar los costes de la empresa. El movimiento supuso un cambio no sólo en Meta, sino en la mentalidad de su CEO.

Poco después de la llegada oficial de Bain, Meta anunció en mayo de 2022 la congelación de sus contrataciones. En julio, los máximos ejecutivos, como el jefe de Ingeniería, Maher Saba, enviaron informes repletos de jerga de consultores, en los que exigían a los mandos intermedios que identificasen a los empleados de "bajo rendimiento" y a los que "no hacían nada". Lori Goler, jefa de Personal, envió una nota en la que decía a los empleados que debían trabajar con expectativas de "mayor intensidad".

Ese mismo mes de julio, durante la presentación de los resultados trimestrales de la empresa, apareció la primera señal de McKinsey Zuck. Zuckerberg nunca había sugerido otra cosa que un potencial ilimitado para su empresa. Ahora declaraba sin rodeos que los empleados debían "hacer más con menos recursos" y que algunos equipos "se reducirían". Esta cautela premeditada era el polo opuesto a Zuck Silicon Valley. 

El fracaso del metaverso, con el que Zuck contaba para ser el próximo gran negocio de Facebook, ayudó a impulsar otra transformación en su persona.
El fracaso del metaverso, con el que Zuck contaba para ser el próximo gran negocio de Facebook, ayudó a impulsar otra transformación en su persona.

Dianna 'Mick' McDougall para Business Insider / Facebook

Entonces, el 9 de noviembre, Zuckerberg anunció que Meta iba a despedir a 11.000 trabajadores, un asombroso 13% de la plantilla de la empresa. Fue un miércoles, que desde entonces se ha convertido en el día preferido de Meta para los recortes de empleo, siguiendo la tradición de la consultora de que da tiempo a preparar los documentos, llevar a cabo el despido y celebrar reuniones informativas a posteriori.

Aunque muchos en Meta sabían que se avecinaban despidos y se habían preparado para el momento doloroso, la envergadura de la medida fue una sorpresa. Ese viernes, Zuckerberg convocó una reunión informal para responder a las preguntas de los empleados que quedaban en la empresa. Aunque respondió a pocas preguntas de los trabajadores, se mostró compungido, abatido e incluso emocionado. Era la última aparición de Zuck Silicon Valley, el tipo que quería agradar a todo el mundo. 

Durante los tres meses posteriores a su primer despido, Zuckerberg se entusiasmó innegablemente con la reducción de costes. Recortó las prestaciones y beneficios de los empleados, hizo más estrictos los controles de rendimiento y dijo a los empleados que ya no quería una empresa de "gestores gestionando a gestores". A principios de año, decretó que 2023 sería el "año de la eficiencia" de Meta. 

"No le inmuta que la gente se vaya", afirma el antiguo empleado de alto nivel. "Realmente sólo piensa en Meta a largo plazo". McKinsey Zuck estaba en plena forma.

La nueva y más despiadada personalidad de Zuckerberg se puso de manifiesto en marzo de este año, cuando anunció que Meta despediría a otros 10.000 trabajadores. "La rentabilidad permite la innovación", reiteró durante una reunión con los empleados un par de días después, pronunciando un mantra de responsabilidad fiscal que habría disgustado a las versiones anteriores de Zuckerberg. Ahora, cuando se le preguntó si los empleados podían confiar en su toma de decisiones tras despedir a más de 20.000 personas en menos de seis meses, no se molestó en disculparse. Los empleados, respondió en un monótono tono de seguridad, deben juzgarle únicamente por si Meta está "progresando" y por "los resultados que somos capaces de ofrecer."

"Operar de forma más eficiente", añadió en una verborrea que ruborizaría a un consultor de Bain, "nos dará los recursos y la confianza para alcanzar nuestra visión a largo plazo ofreciendo buenos resultados que nos conviertan en una empresa atractiva en la que trabajar e invertir."

La respuesta marcó un cambio asombroso en la mentalidad de Zuckerberg. Durante años, a los empleados les había sorprendido su franqueza durante sus sesiones semanales de preguntas y respuestas con el personal. "Recibía todo tipo de preguntas y las respondía", explica Katie Harbath, directora de Políticas Públicas durante 10 años antes de dejar Meta en 2021 para fundar la empresa de tecnología cívica Anchor Change. Ahora, dice otro empleado veterano, "todo lo que hace está coreografiado".

Es probable que el ascenso de Zuck McKinsey tenga profundas implicaciones para la empresa que dirige. Sus empleados están frustrados por la falta de acceso a él, y se ha instalado un cinismo al preguntarse cuándo volverá a bajar el martillo. Según fuentes internas, su objetivo es reducir el número de empleados a la cifra de 2020, unos 5.000 menos que en la actualidad. En abril, durante una tensa reunión telefónica con los empleados, Zuckerberg no negó la posibilidad de que se produjeran más despidos este año, además de los ya anunciados. En mayo, explicó durante otra conversación con los trabajadores que, aunque el último de los despidos "importantes" de este año había terminado, "todavía pasará algún tiempo hasta que superemos todo esto".

En junio, Meta anunció una orden de regreso a las oficinas. En julio, la empresa comunicó a los empleados que ahora sería más difícil conseguir ascensos. Y puede que haya más bajas en la cúpula. Se dice que Andrew Bosworth, empleado de Meta desde hace 17 años que sustituyó a Schroepfer como director de Tecnología el año pasado, tiene últimamente una relación más tensa con Zuckerberg, cuando antes ambos parecían muy compenetrados. Dada la falta de avances en el metaverso, que ha hecho perder a la empresa más de 40.000 millones de dólares en pocos años, Bosworth ha intentado "controlar" el despilfarro, en palabras de un empleado de Reality Labs. "No me sorprendería en absoluto ver otra reorganización ejecutiva a finales de este año", añade esta persona.

El nuevo Zuckerberg se centra implacablemente en los resultados, lo que le ha valido los elogios de Wall Street: "Esto es exactamente lo que los inversores querían ver".
El nuevo Zuckerberg se centra implacablemente en los resultados, lo que le ha valido los elogios de Wall Street: "Esto es exactamente lo que los inversores querían ver".

Dianna 'Mick' McDougall para Business Insider; Mark Zuckerberg

Zuck McKinsey ya está reformando toda la estructura de su empresa, y su nueva forma también podría tener consecuencias radicales en el panorama político y social en su conjunto. Pocas personas en el planeta ostentan tanto poder como Zuckerberg, e incluso sus versiones anteriores, más consideradas, consiguieron causar un daño enorme a todo, desde el flujo de información global hasta los cimientos de las instituciones democráticas. Se movió rápido y rompió muchas cosas. Ahora que parece haber abandonado el énfasis de Zuck Harvard en hacer el mundo más abierto y el enfoque de chico bueno de Zuck Silicon Valley, no es difícil imaginar que un hombre que tiene como nuevo pasatiempo practicar llaves de estrangulamiento en su garaje ya no se preocupe demasiado por las campañas de desinformación o la privacidad de los usuarios.

A pesar de los riesgos que plantea, Zuck McKinsey sólo ha recibido el aprecio del único grupo al que Zuckerberg da ahora prioridad: los accionistas. "Tiene tendencia a tener una estrella polar", afirma Mark Shmulik, analista de Bernstein que sigue a Meta desde hace años. "Ha elegido un nuevo tema y ha apostado fuerte por él; da la casualidad de que es exactamente lo que los inversores deseaban ver". En lo que va de año, las acciones de la empresa han subido un 150% y subiendo.

Sin embargo, incluso los fans de Zuckerberg en Wall Street están sorprendidos por su capacidad para adoptar una personalidad tan orientada a los negocios. "El hipercrecimiento se ha acabado", añade el veterano inversor de Meta, alabando el nuevo enfoque de Zuckerberg, más orientado a la consultoría. "Sabe que aún necesita reinventarse. Pero el dinero ya no es gratis. Está tomando la sabia decisión de volver a priorizar, aunque antes no habría pensado que lo haría".

Tal vez la revelación —que en el fondo de Zuckerberg se escondía un guerrero destrozado y sin camiseta ansioso por un combate en la jaula— no debería haber sido una sorpresa. En cierto modo, Zuckerberg no ha hecho más que adoptar la personalidad del líder al que admira desde que estudiaba latín en la Academia Phillips Exeter: Augusto, el emperador romano que sucedió a Julio César. Conocido como un político astuto que no se detenía ante nada para derrotar a sus enemigos, Augusto creó la fachada de una república libre al tiempo que se instalaba como emperador vitalicio. "Básicamente, mediante un enfoque realmente duro, estableció 200 años de paz mundial", se entusiasmó Zuckerberg en una ocasión. "Eso no le salió gratis, y tuvo que hacer ciertas cosas".

En su nueva encarnación, la autoridad de Zuckerberg en Meta es tan absoluta como la de Augusto en Roma. Ya no queda nadie que cuestione su mandato. Como dijo a los empleados enfadados durante una reunión en abril sobre nuevos despidos, la responsabilidad de todo lo que ocurre en Meta ahora "recae únicamente" en él. Zuckerberg ha dejado claro que, haga lo que haga la empresa de aquí en adelante, sólo él merecerá el mérito, o la culpa.

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